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Nota aclaratoria: He recibido un atento correo de Alberto Pereiro Rivas, que dice textualmente: Me
gustaría que pudieras cambiar la errata en la orden de Alcantara, pues el nombre san Julian de "Perero", es correctamente escrito san Julian de "Pereiro".
Segun mis pesquisas sobre el origen del apellido del caballero Pereiro, este procede de una familia gremial dedicada a la fabricación de arcos y ballestas.
pues la madera del arbol Pereiro, es recomendada para tal fin, por ser uno de entre tantas especies de arboles frutales usadas para la fabricación de este
tipo de armas. Deduciendo que los que fabrican estas armas, (arcos y ballestas),usan y trabajan con ellas, es de suponer que Pereiro llegase a
caballero a traves de dichas armas.
Bibliografía Especifica Órdenes Militares
Las Órdenes Militares nacen en el siglo XII como instituciones religiosas respaldadas por bulas Pontificias. Las Órdenes de Calatrava, Alcántara y
Montesa, de vinculación cisterciense, siguen la regla de San Benito, y la Orden de Santiago, la regla de San Agustín. Sus fines fundamentales eran la Alabanza
a Dios y el servicio activo en el combate de la fe ante los males de la época en que se vive. Para cumplir esta función, en sus inicios emplearon las armas
de la guerra. Actualmente sus armas son el Espíritu y los dones recibidos de Dios.
En Madrid, la sede de las Órdenes Militares se encuentra en el Monasterio de las Comendadoras de Santiago, en la Plaza de las Comendadoras, donde celebran sus actos religiosos.
Orden de Alcántara. Fue creada para defender los intereses del Reino de León en su frontera meridional en peligro debido
al fortalecimiento de los musulmanes con los almorávides. Aunque tuvo sus orígenes fuera de los límites de la región actual, estuvo ligada directamente a Extremadura.
Cuentan que sobre el año 1156, Caballeros de Salamanca a las órdenes de Don Suero Fernández Barrientos, a la sazón en lucha con
los musulmanes de Extremadura, recorrían la Ribera del Duero, entonces frontera del reino leones con los musulmanes de Extremadura, con el objeto de levantar una fortaleza en un
lugar idóneo. Estando en estos menesteres fueron a dar con un viejo ermitaño, de nombre Amando, que había sido soldado en la Cruzada, que en Tierra Santa había
llevado a cabo bajo las ordenes del conde Enrique de Borgoña.
El ermitaño había levantado una sencilla ermita en aquellos parajes y cuando los caballeros le narraron sus proyectos,
el monje Amando convenció a los Caballeros de Salamanca para que alzaran una fortaleza al estilo de las del Temple, junto a la Ermita que él había
construido, lugar situado en la ribera del río Coa, en el reino de Portugal, en las proximidades de Ciudad Rodrigo.
La fama de aquellos caballeros a cuya cabeza figuraba don Suero Fernández Barrientos se extendió por aquellas tierras y fueron muchos los que vinieron a
aumentar el número de los guerreros que constituían la guarnición de la nueva fortaleza. Por consejo del ermitaño Amando, decidieron constituirse en Orden Militar al estilo de las del Hospital y el Temple.
Un monje del Cister don Ordoño, obispo de Salamanca, les aconsejó que tomaran su regla.
Era el Cister una reforma de la Orden de San Benito, hecha a fines del siglo anterior en Borgoña por San Roberto. El obispo
don Ordoño hizo venir a algunos monjes para que instruyeran a los caballeros en la Regla. Quedó fundada así la Orden cuyo instituto era la defensa de la fe
cristiana, distinguiéndose por entonces con el nombre de Orden de San Julián de Perero, quizás porque este santo era el titular de la ermita de Amando. La
aprobación de la creación de la Orden por don Ordoño, fue confirmada por el Papa Alejandro III en el año 1117. El rey D. Alonso, tomo en el año 1176 bajo su
protección con todos sus bienes. Fue declarada nullius diócesis por el Papa Lucio III en el año 1183, poniéndola bajo la custodia directa de la Santa Sede,
obligándose la Orden a la defensa de la fe y a la guerra perpetua contra los moros. Los miembros de la Orden se sometían a los tres votos de obediencia,
pobreza y castidad perpetua. Sólo tres días de la semana comían carne y otros tres ayunaban desde la Cruz de septiembre hasta Resurrección. Dormían vestidos,
guardaban silencio en la iglesia y refectorio. Su hábito fue inicialmente el de los monjes del Cister,
que por mayor comodidad para las acciones bélicas lo cambiaron y añadieron el escapulario. En 1410 el Papa Benedicto XIII cambió su blasón, anteriormente un blasón de
sinople, por una cruz flordelisada y esmaltada de sinople. Vestían túnica de lana blanca muy larga, escapulario con una pequeña capilla, y sobre él, cuando salían
del convento, una capa o tabardo de color negro, que sustituían por un manto blanco en las ceremonias, adoptando como
blasón un peral silvestre con las raíces descubiertas y sin hojas sobre campo de oro. Ningún caballero podía recibir los sacramentos sin el manto blanco,
que también lo usaban como sudario. El cabello lo llevaban cortado por encima de la oreja y la barba redonda. Cuando por tregua u otra razón, no
se empleaban en los menesteres guerreros, permanecían recluidos en el convento, observando como clérigos la Regla.
La orden de Alcántara fue adquiriendo un gran poder económico debido a la gran concesión de tierras y privilegios que recibieron para su
propia defensa, desempeñando un papel importante en los acontecimientos bélicos castellanos de los últimos siglos medievales, en unos casos apoyando al monarca
y en otros tomando partido por bandos nobiliarios contrarios al rey. Muerto en combate el fundador de la orden, don
Suero Fernández Barrientos, le sucedió en el gobierno de la misma, don Gómez Fernández, su compañero de fundación y, según la opinión de algunos, su
hermano, con el título de prior. Don Gómez deseaba extender su Orden a Castilla y sabedor de que don Alfonso VIII, preparaba una irrupción en
la Extremadura musulmana, le ofreció sus servicios que fueron aceptados. El Maestre y sus caballeros participaron en la contienda y una de las primeras plazas que reconquistaron fue la de Trujillo.
Vasallo don Gómez del Rey de Castilla asistió a las Cortes de Carrión. Se ignora si don Gómez y sus
freires asistieron a la batalla de Alarcos. Perdida aquella batalla por los cristianos, los moros llegaron hasta Toledo, asediándola. En Trujillo
resistieron los Caballeros de la Orden que la guardaban, pero su inferioridad numérica les obligó a rendirse. La muerte del primer Maestre don Gómez Fernández
debió producirse en el año 1.200, pues en él se eligió su sucesor. Gobernando el rey Fernando II de León, Ciudad Rodrigo, tras ser reconquistada del
poder de los moros, estaba siendo repoblada por cristianos, pero estos molestaban con sus incursiones a sus vecinos del reino de Portugal, separado ya de la Corona Leonesa.
Su rey Alfonso Enríquez envió una expedición de castigo que arrasara Ciudad Rodrigo,
confiando el mando de la misma a su hijo y heredero, el príncipe don Sancho. Invadiendo la fuerza portuguesa, las tierras de León talando y devastando
todo a su paso, el Prior de la Orden de Alcántara se apresuró a acudir con sus freires y vasallos, dispuesto a defender lo que consideraba su territorio.
Incorporados los miembros de la Orden al ejército del rey Fernando que acudía a enfrentarse a los
portugueses, se trabó la batalla en los campos de Argañán, siendo los invasores derrotados y quedando muertos o prisioneros los portugueses que no lograron escapar con su príncipe.
Don Fernando no se contentó con esta victoria, decidió dirigir sus armas contra los moros de la
frontera meridional de su reino. Traspasada la frontera y después de tomar unas cuantas villas, cayó sobre la de Alcántara, plaza fuerte que,
sin embargo no pudo resistir las arremetidas del monarca cristiano, rindiéndose. Toma en combate las villas de Santibáñez
y Milana y cae sobre la de Alcántara, a la que ocupa a su vuelta, y la ciudad de Cáceres que da a guardar a los Caballeros de Santiago.
Los portugueses, queriendo aprovechar la oportunidad de que Fernando andaba ocupado en otras partes, invadieron de nuevo sus dominios, penetrando en
Galicia, tomando Tuy y otros castillos, al mismo tiempo que a marchas forzadas se dirigían hacia Badajoz, con el intento de ocupar esta población, sabedor de ello, el rey
Fernando, se encaminó a la capital extremeña y en las calles de Badajoz, fueron derrotados los invasores. El rey portugués
en su huída, se golpea contra un madero, fracturándose una pierna fracturada, es apresado por los leoneses.
En todas estas guerras sirvió don Gómez con sus freires y vasallos, pero el Rey no les donó ninguna plaza
conquistada, dado que la Orden no tenía todavía rentas ni fuerzas para defenderlo y lo habría perdido. Pero le confió dominio sobre varias villas
contiguas a su territorio, en la ribera del Coa, y algunas heredades. De nuevo los almohades, entraron en León y pusieron cerco a Ciudad Rodrigo en cuyo
auxilio corrió el rey Fernando, apoyado, también en esta ocasión, por don Gómez y sus freires. Los cristianos, aunque inferiores en número, alcanzaron la
victoria y a ello contribuyeron poderosamente los caballeros de don Gómez. Agradecido el rey por el auxilio de la Orden de Perero, declaró solemnemente que la
tomaba bajo su protección y amparo, mediante un Real Privilegio. Esta última afectaba también a las granjas y ganados de los frailes, hecho que indica que, aparte de la
función militar, la comunidad estuvo interesada en la actividad agropecuaria desde sus primeros tiempos.
El Prior don Gómez, se dirigió al Papa Alejandro III dándole cuenta de la existencia
de su orden, que tenia la aprobación de los obispos de Salamanca y Ciudad Rodrigo, solicitando las gracias y prerrogativas que otras ordenes análogas tenían
concedidas. El Pontífice Alejandro III otorgó lo solicitado mediante Bula el 29 de de Diciembre
de 1.177. En este momento la Orden se se extendía ya por León y Extremadura. El Papa Lucio III, la ratificó mediante Bula el 4
de abril de 1.183, apareciendo por primera vez en ella el nombre de Maestre dado al Jefe o Prelado Supremo de la Orden.
En algunos documentos de su primera época esta institución también aparece denominada Orden de Trujillo, recibiendo como tal algunas donaciones en territorio castellano.
La Orden de Alcantara tuvo un papel importante en la conquista y poblamiento del territorio
extremeño. Los caballeros de Alcántara intervinieron en la ocupación de Cáceres, Mérida,
Badajoz, Medellín y Trujillo. En recompensa, los reyes les concedieron tierras y casas en diversos lugares, y aldeas,
villas y fortalezas, especialmente en el partido de la Serena: Benquerencia, Zalamea, Villanueva de la Serena y Magacela
La villa de Alcántara había sido conquistada en 1213 y entregada por Alfonso IX a la Orden de Calatrava para que se encargase de su
defensa. Interesaba mantenerla en poder de los cristianos porque era un enclave defensivo importante que protegía una de las vías utilizadas por los
musulmanes penetrar en tierras del reino de León. Pero la fortaleza se encontraba demasiado alejada de Calatrava, lugar donde estaba el convento
mayor de esta Orden. En caso de producirse una ofensiva musulmana los refuerzos de tropas no podían llegar con la rapidez deseable. Además, los
caballeros de Calatrava también tenían a su cargo la defensa de enclaves fronterizos en el reino de Castilla. Esta circunstancia y el hecho de que
tanto esta Orden como la de San Julián pertenecieran al Cister, explican la cesión de Alcántara, en 1218, a los caballeros de San Julián. A partir de este momento añadieron a su nombre el
de Alcántara, que con el tiempo al perder el nombre de Perero, se quedó con el de Orden de Alcántara.
El acuerdo de la donación incluía también la conversión de la Orden San Julián en filial de la de Calatrava. Conservaba la independencia en la elección de
su maestre, que podía ser escogido independientemente entre caballeros de los dos hábitos y aquél participaba en la elección del maestre de Calatrava.
Pero quedaba sometida a la regla de esta última Orden y era supervisada por ella. En 1259, Alfonso X le donó Eljas, aldea
perteneciente a la jurisdicción de Coria, aunque hasta 1303 no pasó a poder de la orden. Se benefició de la disolución de la Orden del Temple obteniendo Trevejo en 1312
Esta sujeción duró de hecho poco tiempo, ya que la Orden de Alcántara defendió
su independencia, pero no llego a olvidar por completo la relación que había existido inicialmente entre ambas. En 1318, los
caballeros de Alcántara recurrieron al maestre de Calatrava para que resolviera las diferencias que tenían con su maestre, el comendador mayor y el clavero;
durante el sitio de Algeciras (1343) falleció el maestre don Nuño Chamizo y Alfonso XI ordenó a los caballeros de Alcántara que continuaran
el cerco bajo el mando del de Calatrava, hasta que fuera elegido el de su Orden; y hubo también caballeros del hábito de Calatrava que ocuparon el
maestrazgo alcantarino: don Martín López de Córdoba (1364) y don Fernando Rodríguez de Villalobos (1394), que era clavero de Calatrava cuando fue electo de Alcántara.
La villa de Alcántara y sus alrededores alcanzó gran prosperidad bajo el gobierno de los Maestres. Tenían fábricas de paños, de
sayales, de jergas y de lienzos. El comercio se hacía por Lisboa sirviéndose de grandes barcas y veleras, exportando curtidos, calzado, lienzos, granos, ganados, vinos, etc.
Durante la Reconquista, participaron en numerosas contiendas en las fronteras de los reinos
cristianos con al-Andalus. Su victoria más famosa fue conseguida en la batalla de la Higueruela.
Cuando había paz o tregua, los caballeros permanecían dentro del convento. Adquiriendo cada vez mayor pujanza,
no es de extrañar que no pasara mucho tiempo sin que estallaran las querellas entre Alcántara y el Temple, llegando inclusive al choque armado entre ambas Ordenes.
Con el Concejo de Realengo de Badajoz mantuvo un largo pleito sobre los límites de sus respectivos términos. Ambos solucionaron las
diferencias mediante un pacto (1264) por el que Badajoz renunciaba a las Sierras de San Mamede y San Pedro y a las fortalezas de Mayorga y Piedrabuena,
conservando bajo su jurisdicción sólo Azagala. En el término de Cáceres se apropió de Araya en 1436, según atestigua un documento de ese año incluye el lugar
en la jurisdicción de la Orden y señala que su incorporación era reciente.
El patrimonio de la Orden, se encontraba principalmente en el partido de Alcántara, y en La Serena,
convirtiéndose en una de las potencias económicas de Extremadura en aquella época. Debido a su poder económico y militar, la Orden desempeñó un papel importante en
los acontecimientos bélicos castellanos de los últimos siglos medievales, en unos casos apoyando al monarca y en otros tomando partido por bandos nobiliarios contrarios al rey.
Los caballeros de Alcántara defendieron a Fernando IV (1295-1312) frente a los infantes de la Cerda, quienes, ayudados por el rey don Dionís de Portugal, querían obtener
la Corona de Castilla. Durante la guerra los portugueses ocuparon diversos lugares de la ribera del Coa, entre ellos la fortaleza de San Julián
de Pereiro, sede originaria de la Orden. Y la plaza no volvió a ser recuperada porque la reina doña María de Molina, cuando firmó el Tratado de Alcañices
(1297), renunció a las tierras conquistadas por don Dionis. En las luchas civiles los caballeros de la Orden no siguieron siempre el partido
tomado por su maestre. Tras el asesinato de Pedro I (1369), el Maestre y parte de los frailes defendieron los derechos al trono del infante don Fernando de
Portugal, mientras que el Clavero y otros caballeros, se unieron a don Enrique de Trastámara. La división de los miembros de la Orden convirtió sus
tierras en campo de batalla hasta la firma del Tratado de Alcoutin (1371) entre Castilla y Portugal.
La guerra por la Corona portuguesa (1381-1385), tuvo importantes repercusiones en las posesiones fronterizas de la Orden.
Durante el reinado de Juan II en las luchas protagonizadas por los infantes de Aragón, participó el maestre don Juan de
Sotomayor a favor del infante don Enrique. Los disturbios que se produjeron en el reino de Castilla en tiempos de Enrique IV (1454-1474) repercutieron
vivamente en la Orden, y se plasman en el conflicto que enfrentó al maestre don Gómez de Solís, partidario del infante don Alfonso, con el clavero don
Alonso de Monroy, leal al monarca. Éste se hizo elegir maestre en 1472 y, tras la muerte de don Gómez (1473), le disputó el cargo don Juan de Zúñiga.
La lucha entre ambos por el maestrazgo forma parte de la guerra civil castellana, en la que se enfrentaron los partidarios de Isabel la
Católica con los de la Beltraneja, y terminaron con el reconocimiento de don Juan de Zúñiga como maestre en 1480.
La Orden no sólo combatió a los invasores, sino que también se mezcló en la política de la época.
El Maestre don Gonzalo-Martínez de Oviedo, decimocuarto Maestre, mezclado en las intrigas de Castilla, temeroso de la ira del Rey, se
refugió en el castillo de Valencia de Alcántara, con la esperanza de obtener la ayuda del rey de Portugal. Este no llegó y las tropas del Rey
escalaron durante la noche las murallas del castillo, cogieron preso al Maestre don Gonzalo, que fue degollado.
Continuó la sucesión de Maestres, unos con mejor suerte que otros, hasta llegar al final, un tanto aventurero, de don Martín Yañez de Barbudo. Desastroso fue su final; un ermitaño
del Santuario de Nuestra Señora de los Hitos, cerca de Alcántara, llamado Juan de Sayo, que gozaba fama de santidad, le dijo que sabía por revelación divina
que habría de tomar Granada sin perder ni un solo hombre.
El Maestre, concedió crédito al visionario y envió dos escuderos al rey de Granada, mofándose de
su religión y retándole a singular combate entre ambos, o entre caballeros que eligiesen, siendo dobles los moros que los cristianos. Los mensajeros fueron
presos y maltratados lo que enfureció al Maestre y le empujó a marchar sobre Granada. Salió la expedición, llevando delante una cruz y el pendón de la
Orden. Llegó a Córdoba donde mentes sensatas quisieron disuadirle de su descabellado proyecto, pero alegó que obedecía por mandato divino, se alborotó
el pueblo y hasta se le agregaron cinco mil ciudadanos, confiando ciegamente en la protección de Dios.
En Egea le mataron tres caballeros y entonces acusó al ermitaño de mentiroso, pero este aseguró que en la batalla resultaría
victorioso porque así se lo había revelado Dios. Entretanto, el reino de Granada ya estaba en armas: cinco mil jinetes y más de ciento veinte mil
infantes esperaban al tozudo Maestre. Salieron y sorprendiendo a las huestes de don Martín Yañez hicieron tal matanza que fueron pocos los que lograron
escapar, pagando, el crédulo Maestre, el crédito concedido al ermitaño. El trigésimo sexto y último Maestre de Alcántara: don Alonso de
Monroy, se decantó por el apoyo de los Reyes de Portugal, quizás por proximidad al dicho reino. Encarcelado se fugo de ella, participó durante las luchas civiles entre los bandos
de "la Beltraneja" e Isabel "la Católica". Don Alonso de Monroy, hasta su muerte, contando ochenta años, en 1.511, siempre fue afecto a la dinastía
portuguesa. Con él terminó la independencia de la Orden de Alcántara, cuyos caballeros tanto y tanto colaboraron a la Reconquista. Su
participación en la toma de Granada fue el último hecho de armas de los caballeros de Alcántara como Orden independiente
Al concluir la Reconquista con los Reyes Católicos, se inició el proceso de la unidad nacional,
entre otras medidas incorporaron los maestrazgos a la Corona en 1494. El rey don Fernando obtuvo el maestrazgo en 1494, tras la renuncia presentada por don Juan de Zúñiga.
La documentación medieval de la Orden, que se conservaba en el convento de San Benito de Alcántara, ha
desaparecido, durante la Guerra de la Independencia, sin conocer si fueron propios o extraños los causantes. En el Archivo General de Simancas se conservan documentos sobre la
administración de la Orden a partir de 1495, un año después de que el maestrazgo fuera ocupado por don Fernando el Católico.
La concesión del título de Gran Maestre de las tres órdenes militares a los Reyes Católicos y la posterior vinculación de los Maestrazgos a la Corona
por el Papa Adriano VI en su bula de 4 de mayo de 1523, tuvo como consecuencia inmediata un cambio en la concepción tradicional medieval de las órdenes,
que perdieron el carácter eminentemente defensivo para el que habían sido creadas y pasaron a convertirse en una importante fuente de ingresos para la monarquía castellana.
En 1.530, la Orden obtuvo del Papa Clemente VI, la potestad plena para corregir, alterar, limitar y reformar sus estatutos. En 1.540, el Papa Paulo III
concedió a los caballeros legos de Alcántara una dispensa relajando el voto absoluto de castidad y libertad para disponer de sus bienes. Sustituyeron el voto de castidad por el de la defensa de la Inmaculada.
Desaparecida la función primitiva de luchar contra los invasores, la Orden de Alcántara se orientó por otros campos y así
estableció un colegio en la Universidad de Alcalá que fue posteriormente trasladado a Salamanca por acuerdo del capítulo celebrado en Madrid en el
1.552. Según los informes de los obispos castellanos en 1571, su jurisdicción abarcaba 54 comunidades, más del 12 por 100 de la totalidad
de las extremeñas, con un volumen de población de 14.005 vecinos, el 11,5 por 100 del total regional. La circunscripción más importante era el Partido
de Villanueva de la Serena, que constaba de 19 comunidades y un total de 5.170 vecinos en ese año.
Durante los siglos de la Edad Moderna el potencial económico de las órdenes militares, administrado teóricamente por la monarquía, se convirtió en un beneficio de
los grupos sociales privilegiados, que aprovecharon las continuas crisis de la Hacienda real para obtener de ellas ingresos muy sustanciosos, primero
como arrendatarios de la totalidad de los Maestrazgos; durante el reinado de Carlos V los banqueros alemanes, sobre todo, y más tarde como directos
beneficiarios de sus rentas. Muchos lugares se privatizaron, pasando su jurisdicción a los propios vecinos, mediante la obtención de cartas de
exención jurisdiccional, o a manos de los señores. Los lugares
privatizados de la Orden de Alcántara durante el siglo XVI fueron: Villasbuenas, Arquillo, Acebuche, Brozas y Cabeza del Buey.
La unidad económica de explotación y de obtención de rentas de una orden militar se basaba en la Encomienda, que al menos hasta la crisis del siglo XVII podía
definirse como una explotación agraria autosuficiente con un carácter militar de su fortaleza. Desde entonces se convirtió en una forma de tenencia y de explotación de la tierra,
característica de la Extremadura moderna. La Orden de Alcántara contaba con un total de 37 Encomiendas, agrupadas en los Partidos de Alcántara, Brozas, Gata, La Serena y Valencia de Alcántara,
cuyas rentas y derechos estaban en manos de miembros de la nobleza y la milicia; que residían en la corte y cuyo papel se limitaba al de
meros rentistas, cada vez menos preocupados por el mantenimiento y la mejora de las explotaciones.
Una encomienda estaba compuesta por los siguientes elementos: un castillo o casa fuerte para su defensa, las
casas de los moradores, paneras o trojes para el almacenaje de los cereales, molinos o aceñas donde moler el trigo, un horno para cocer el pan,
una cisterna para el aprovisionamiento de agua en caso de incendio, unas caballerizas, un corral para acorralar el ganado extraviado que era
prendido por los guardas de la encomienda y, en los alrededores, una huerta con árboles frutales y sistemas de canalización y riego, algunas tierras de
sembradura de pequeña extensión y, finalmente, una o varias dehesas de pasto o de pasto y labor. La principal fuente de ingresos territoriales que obtenían los comendadores
procedía de la explotación de las dehesas y en concreto de su arrendamiento para pasto de los ganados
mesteños trashumantes. Cuando las dehesas se labraban, los vasallos de la Orden tenían preferencia sobre los demás para arrendarlas, siempre en
condiciones más ventajosas que los arrendamientos de las tierras de particulares. Tanto en las tierras como en las dehesas labradas el pago se
efectuaba en especie, generalmente a cambio de una parte proporcional de lo cosechado. Las huertas también eran cedidas en arrendamiento para su
explotación. Además del cobro de las rentas, los comendadores disfrutaban de una
serie de derechos que reportaban importantes beneficios económicos, aunque algunos de ellos eran meramente nominales y en la práctica no llegaron a
ejercerse durante la época moderna. El derecho más importante que percibía la Orden de Alcántara, por su
cuantía económica, era el cobro de los diezmos. El cobro de los mismos dio origen a continuas tensiones, pleitos y sucesivas Concordias que sobre esta cuestión
se venían produciendo ya desde el siglo XIII, la primera de que se tiene noticia data del año 1233; tensiones que llegaron a su punto culminante
durante el siglo XVI, dando lugar a las Concordias de 1536, 1577, 1591 y 1594 para llegar a un acuerdo definitivo que terminase con mas de tres
siglos de disputas, quedando a cargo de la Orden el mantenimiento de las fábricas parroquiales y el sustento de los párrocos en los territorios de su
jurisdicción. La crisis demográfica y económica del siglo XVII afectó de manera
considerable a las encomiendas de la Orden de Alcántara, sobre todo a aquellas más próximas a la frontera con Portugal, que entre los años
1640-1668 y a comienzos del siglo XVIII sufrieron los efectos devastadores de las guerras de Independencia de Portugal y de Sucesión, respectivamente.
En el año 1653 el convento de San Benito de Alcántara elevó al Consejo de órdenes
un memorial dando cuenta de la grave situación en que se encontraba como consecuencia de la guerra. Los efectos más significativos de la devastación
causada por la crisis económica y enfrentamientos militares dieron lugar al abandono de las explotaciones cerealísticas, ruina total de la mayor parte de los viñedos,
demolición de casas, corrales y cercados para construir baluartes defensivos y reconversión de las dehesas de pasto y labor en pastizales, situación que se prolongó, al menos,
hasta el primer tercio del siglo XVIII, y cuya consecuencia más notable fue la caída de las rentas de los comendadores.
A partir del siglo XVII un cuerpo de Caballería del Ejército, español despliega en su estandarte la cruz de Alcántara. Fue
creado en los Países Bajos por el Maestre de Campo don Juan Francisco Nestien, con ocasión de aumentar las fuerzas de caballería que allí operaban, bajo el reinado de Felipe IV.
Las acciones de este regimiento se basan en numerosos hechos de armas, hasta culminar en la guerra de
la Independencia, donde el tercio de Alcántara luchó en Somosierra, Aranjuez Puente del Madero, Vich, Figueras, Murviedro, Valls y Valencia.
Hasta la ocupación de los franceses en 1808 poseyó la Orden 35 comendadurías con 53 villas y aldeas, dos conventos de comendadores y un colegio en Salamanca fundado en 1552
La República suprimió esta Orden en 1873, pero el Rey Don
Alfonso XII la restauró, al comienzo de su reinado. Sus dignidades son Gran Maestre, que al igual que en
las otras Ordenes lo es el Rey, Comendador Mayor, Clavero, Gobernador eclesiástico del Priorato del Sacro Convento, y los Priores de Magacela, Zalamea y Rollan
En la obra: "Noticias de las Ordenes de Caballeria de España, Cruces y Medallas de Distincion. Madrid: Imprenta de Collado 1815"
Orden Militar de Caballería de Alcántara La Orden llamada hoy de Alcántara, fue al principio la de san Julián del Pereiro, dicha así por
el lugar donde tuvo su asentamiento, junto á la ribera del rió Coa, á diez leguas de ciudad Rodrigo. Sus fundadores fueron dos hermanos D. Suero Fernández
y D. Gómez Fernández Barrientos, año de 1156, en cuyo año la aprobó D. Orduño, obispo de Salamanca, y monge del Cister, baxo la regla de san Benito.
El fin de la institución de esta Orden y caballería fue la defensa de la fé de Cristo, haciendo guerra al Sarraceno. Alexandro III en 29 de diciembre de
1177 confirmó su aprobación, y la recibió debaxo de la protección de la Silla apostólica. Lucio III en 4 de abril de 1183 la declaró exenta y nullius
diocessis, con inmediación á la silla apostólica , y lo mismo hizo Inocencio III en 27 de mayo de 1205. En 1113 el Rey cedió á la Orden de
Calatrava la villa de Alcántara, pero no pudiendo atender á su defensa, por las muchas fronteras que tenla que guardar, dio la dicha villa con aprobación del
Rey á la Orden de san Julián del Pereiro, con varias condiciones, desde cuyo tiempo empezó a titularse de Alcántara. Antiguamente usaba esta Orden en su
estandarte las trabas de gules de la de Calatrava junto á un peral de sinople en campo de oro, que era la Insignia de la del Pereiro: pero habiéndoles mudado el
hábito el papa Benedicto XIII, en 1410 les dió la cruz verde, que no se diferencia de la de Calatrava sino en el color; y los caballeros la traen al
pecho, ó en una medalla de oro pendiente de una cinta verde. Tuvo esta Orden sus maestres, hasta que su administración fue incorporada á la
corona en tiempo de los reyes católicos. Según Pascual Madoz, en el año 1845 en su Diccionario Geográfico Estadístico Histórico, en su tomo I:
"ALCÁNTARA (ORDEN Y CABALLERÍA DE): una de las 5 órdenes militares que se fundaron en España en la edad media para sostener la guerra contra los musulmanes. Reinando en Castilla y Toledo
D. Sancho el Deseado, y en León y Galicia su hermano D. Fernando, varios guerreros al mando de Don Suero Fernandez, buscaban un lugar donde hacer guerra á
los infieles: aconsejados por un ermitaño llamado Amando, eligieron la orilla del rio Coa, donde construyeron su primitiva casa denominada de S. Julián de Pereiro, situada en el reino de Portugal á 10 leguas de Ciudad-Rodrigo, donde se fortificaron. Creciendo su número les aconsejó el obispo de Salamanca D. Ordoño, se uniesen conforme á la regla de S. Benito, al modo que lo prescribía el Cister; adoptaron el consejo y el mismo obispo aprobó esta nueva orden, que
fue confirmada en 1117 por el Papa Alejandro III: muerto D. Suero le sucedió en el mando su hermano D. Gómez, que se tituló prior, y en el año 1176 el rey D. Alonso recibió esta orden y convento en su encomienda y protección con todos sus bienes, habiéndosela declarado
nullias diócesis por el papa Lucio III, en el año 1183. El hábito de esta orden
fue en el principio el que traian los monjes del Cister: imposibilitados por este ropage para hacer la guerra, le cambiaron en unos capirotes; y en el año de 1411 adoptaron por último el
escapulario y cruz verde que llevan en la actualidad. En 1217 el Rey D. Alonso IX de León, donó la villa y castillo de Alcántara á la orden y caballeria de Calatrava, siendo su maestre Don Garci Fernandez de Quintana, con la condición de guardarlos y de construir otro convento como el que tenia esta orden en el reino de Castilla. Calatrava por encontrarse lejos de su convento y no poderla defender, la traspasó el año siguiente y con todas las formalidades de derecho, á la orden de Pereiro; esta la recibió con las condiciones impuestas á la de
Calatrava, y ademas con la de recibir la visita del Maestre de esta orden, que se habia de ejecutar conforme á la del Cister: desde entonces la orden de S. Julián de Pereiro, que solo tenia por armas un peral,
añadió las dos trabas negras de la de Calatrava. En consecuencia de esta adquisición, la orden de Pereiro se trasladó á la Villa de Alcántara en el año 1221, siendo su IV Maestre D. Garci Sánchez, titulándose de Pereiro y Alcántara, y desde esta época hasta el año 1346 guardaron clausura sus individuos en la fortaleza de la villa, rezando en una iglesia cuyas ruinas se conservan todavía al pie del castillo: bien fuese porque la guerra impidiese la comunidad, bien por otra causa cualquiera, es lo cierto que en el espresado año 46 se salieron y alojaron en las casas capitulares,
reuniéndose para los oficios divinos en la iglesia de Almocobar; y asi continuaron hasta que los Reyes Católicos dispusieron la construcción de un convento, que se verificó estramuros el dia 11 de abril de 1499 y á 1 / 4 de legua SE. del pueblo. Este edificio está arruinado y es el que se conoce con el nombre de convento viejo: poco tiempo permanecieron en aquel estado puesto que en el año 1534 vivían ya dentro de los muros de la villa ocupando el buen convento de S. Benito que igualmente mandaron construir los Reyes Católicos. La residencia de los freires en Alcántara en nada favoreció á los moradores de la poblacion: hechos señores feudales en virtud del sistema general entonces en Europa, los comendadores
que eran elegidos por los caballeros, para la administracion., custodia y defensa de las villas y lugares que habían recibido, se hicieron poderosos y
vinieron á ser dueños de todas las rentas, frutos, regalias, autoridad y gobierno del pais, en términos que llegó el estremo de que abusando de su posición y privilegios, quitaban á los vecinos los pastos y hasta el uso de las aguas, sobre lo cual
se elevaron quejas al Rey en 1316, hasta que sufriendo el poder feudal las vicisitudes que le hicieron desaparecer, los mismos Reyes Católicos se hicieron los maestres de la orden en virtud de breves de los Papas Julio II y Adriano VI en los años de 1509 y 1523. Concluidos los maestres, concluyeron también los comendadores, y en su lugar se crearon las mesas maestrales, administradas por los Reyes y el Consejo de las Ordenes, con las funciones que ha desempeñado hasta ser sustituido por el que hoy se llama
Tribunal Especial de las mismas. Las principales dignidades de esta Orden son
las siguientes. 1ª la de Maestre, 2ª la del Prior del convento de Alcántara, quien ejercía el oficio de párroco universal dé los freyres, con la jurisdiccion que se sabe han ejercido y de que solo les queda una sombra, la 3ª fue la de Comendador Mayor creada
mucho después de la fundación de la Orden y cuando ya esta gozaba de varias encomiendas. Entre otras prerrogativas tenia la de citar á capítulo y presidirlo. Concluyó esta
dignidad en el siglo XVI cuando los reyes se hicieron los administradores de las encomiendas; la 4ª es la de Clavero, que se creó muy al principio de la Orden , cuyo destino estaba limitado á cerrar, abrir y custodiar las puertas del convento. Adquirió después otros
privilegios que desaparecieron como los primeros: 5ª era la de Sacristán Mayor; este destino correspondía al de las catedrales que llaman tesorero, porque tenian el cargo de guardar y custodiar los ornamentos sagrados; 6ª y última, es el Priorato de Magacela, autoridad creada luego que se ganó el partido de la Serena. El rey D. Fernando III hizo merced á su Maestre de todo este partido, edificando desde
entonces un convento de la Orden en Magacela con su prior, que tiene en materias canónicas los mismos privilegios que el de Alcántara. Presentamos á continuación para concluir este art. la sucesión de los grandes Maestres de la Orden de Alcántara, digna por muchos títulos de fijar la atención de nuestros
lectores. Al primer Maestre, D. Gómez Fernandez en el año de 1195 entre otras mercedes le concedió el Rey de Castilla D. Alonso IX la villa y castillo de Trujillo. Murió el año 1200, gobernó la Orden 40 años. II: Maestre, D. Benito Suarez, alcanzó bula de Inocencio III, para no pagar diezmos y no ser inquietada
la Orden por los bienes adquiridos habia 40 años. Mandó la Orden 16, y se enterró en S. Julián de Pereiro. III: Ñuño Fernandez, que entró á gobernar el convento el año 1217. A este entregó el Maestre de Calatrava la villa de Alcántara; y en su tiempo se trasladó á esta villa la Orden de Pereiro. Murió en 1219, y se enterró en S. Julián de Pereiro. El IV que ya se llamó de Pereiro y Alcántara, fue Frey D. Garcia Sánchez. Asistió á la famosa batalla de las Navas de Tolosa. Fue electo en 1219. Le concedió D. Alonso de León el IX todas las villas y
lugares que conquistase, habiéndolo hecho á Valencia de Alcántara. Mandó la Orden poco mas de 7 años. Murió en 1227 . Se sepultó en S. Julián de Pereiro. V: Frey D. Arias Pérez, entró á gobernar en 1227. El rey D. Alonso de León el IX le dio el
lugar y castillo de S. Juan de Mascoma (que hoy es Santibañez) y su encomienda. Reconquistó á Trujillo el 25 de enero del mismo año, ganó á Magacela y Zalamea, asistió á la batalla dada al rey moro Beneut, cuyo servicio le valió ciertas casas y heredades en Mérida y Badajoz; por fin ganó á Medellin en este año. Gobernó la orden cerca de 8, concluyendo en 1234. VI: Frey D. Pedro Yañez, principió á ejercer en 1234.
Asistió á las conquistas de Córdoba y Sevilla y pasó á la de Murcia. Por estos servicios le fueron concedidos los castillos de Benquerencia y Alcocer con toda su jurisdiccion. Se le dio
asimismo la villa y castillo de Salvaleon ; también la aldea de la Alcantarilla con algunos molinos. En su tiempo se concedió indulgencia plenaria á los de esta Orden que muriesen en la guerra. Murió después de gobernar la Orden 20 años. VII: Frey D. Garcia Fernandez de Ambia, electo en 1254. Encontróse en la conquista de las villas de Arcos y Lebrija, en la de Niebla y en la de todo el Algarbe. Concedióle la corona la villa y castillo de Morón, la iglesia de Sta. Maria de Badajoz, con algunas yugadas de tierra y otras heredades, con todo lo que fundó una. encomienda, que se llamó Casas de Calatrava. Mandó la Orden cerca de
30 años. Murió en Alcántara en 1281, se enterró en Sta. Maria de Almocobar de Alcántara, iglesia que fundó. VIII: Frey D. Fernán Pérez. Entró á mandar la Orden en tiempo del rey D . Sancho en 1284, siendo Maestre ocho años. Murió en 1292 y se enterró en la misma iglesia que su antecesor Ambia. IX : Frey D. Fernán Pérez Gallego: sucedió en 1292 . En su tiempo
fue ocupada la casa fundadora de esta Orden llamada de S. Julián de Pereiro, por los portugueses. Asistió á la conquista de Tarifa. Mandó la Orden 7 años, muriendo el de 1238. Se enterró en Almocobar. X : Frey D. Gonzalo Pérez Gallego sucedió el año de 1298, siendo ya comendador mayor de la Orden, y reinando D. Fernando el IV. Este le cedió las villas de Eljas y Aldeanueva en 1303. Este último pueblo se denominó después Villanueva, á poco tiempo Villanueva de Lares y Villanueva de Magacela, y por último Villanueva de la Serena. Mandó la Orden
cerca de 19 años. Murió en el de 1316. Se enterró en la iglesia de Ntra. Sra. de Almocobar de Alcántara. XI: Frey D. Ruiz Vázquez, electo en 1316. Hallóse con los tutores infantes del rey D. Alonso el XI, en la entrada que hicieron en el reino de Granada cuando perecieron aquellos. Fué depuesto dejándole el título de Maestre y la encomienda de Magacela, donde murió sin poderse fijar el dia ni año; pero sí que todo sucedió en el transcurso de dos. XII: Frey I). Suer Pérez. Entró á mandar en 1318. Asistió á la batalla que se dio por D. Juan Manuel, hijo del infante D. Manuel, contra Ormin, capitán del rey de Granada; la batalla se dio cerca de Teba y Árdales. Asistió á
otros muchos combates , concediéndole los reyes entre otros privilegios, una feria franca para la villa de Alcántara, por 12 dias. También le hicieron donación dol cast. de Almorchon y las villa de Priego y Cañete, con sus
términos. Mandó la Orden 17 años. Murió en el de 1335 enterrándose en la iglesia que los anteriores. XIII: Frey D. Rui Pérez Maldonado. Tomó esta dignidad siendo Clavero, el año de 1335. Estuvo en el levantamiento del sitio que los portugueses hablan puesto á Badajoz; les picó la retirada con buen éxito. Previendo su deposición por el rey D. Alonso el XI, dimitió su dignidad de Maestre después del mando de 2 años. XIV: Frey D. Gonzalo Martínez sucedió á Maldonado, ó mejor le antecedió
en 1335, teniendo que renunciar por no ser canónica la elección que luego se verificó en 1337. Hallóse en las entradas que hizo el rey en tierra de moros. Le nombró este capitán general de la frontera de Andalucía después dé la batalla dada junto al rio Palute contra el infante
Aboruelique llamado el Picazo, rey de Algeciras. Tuvo muchos hechos de armas en que quitó á los moros banderas y estandartes. Nada bastó, ni el haberse retirado de Valencia de Alcántara, para que el rey D. Alonso el XI lo depusiese y mandase prender alcanzándole la muerte en la prisión. XV: Frey D. Ñuño Chamizo, fué electo en 1340. Entre sus muchos hechos de armas cuando acompañó al rey en todas sus correrías contra moros, se encuentra el dé la famosa batalla do Bellamarin. Murió á fines de setiembre de 1343, ahogado en el rio Guadarranque, llevando provisiones al castillo cercado de Torre de Cartagena. XVI: Frey D. Pedro Alonso Pantoja, siendo ya comendador de Lares. Estuvo en la toma de Algeciras
en la que fué herido, de cuyas consecuencias murió en Alcántara en 1345. Se enterró on Almocobar. XVII: Frey D. Pedro Yañez de Campo, comendador mayor: electo en 1345. Vivió poco y se ignora donde murió. XVIII: Frey D. Fernán Pérez Ponce de León, electo en 1346. Asistió ala conquista de Gibraltar donde murió ol rey D. Alónso el XI. El sucesor de D. Alonso, Don Pedro su hijo, le nombró capitán general de las guerras contra moros. Mandó la Orden casi 10 años, y murió el 1355
el sitio de su muerte no está fijo en la opinión de los historiadores. Unos la dan en Morón y otros en Alcántara. Se verificó en el mes de agosto del citado año de 1355. XIX: Frey D. Diego Gutiérrez de Cevallos, electo el año de 1355 sin
antes haber tomado el hábito, y solo porque asi lo quiso el rey D. Pedro, con quien se enemistó después, y preso murió en la prisión gozando la dignidad solo 2 meses. XX: Frey D. Suero Martínez , elegido en 1356 , siendo Clavero de la Orden. Sirvió al rey D. Pedro de capitán general
en la villa de Gomarra en la guerra contra el rey Don Pedro de Aragón, y en otras contra los moros de Granada. Asistió á la guerra que se hizo en las fronteras de Soria, donde murió en 1361, después de mandar la Orden 6 años. XXI: Frey D. Gutiérrez Gómez de Toledo, electo en 1362, siendo prior de S. Juan y Adelantado del reino de Murcia. Murió en la pelea que trabó con los de Murcia, queriendo introducir víveres en la villa de Murviedro el año de 1365. Mandó poco mas de 2 años. XXII: Frey D. Martin López de Córdoba, electo habiendo sido repostero mayor del rey D. Pedro y ejerciendo el priorato de S. Juan, el año de 1365. Asistió á varios encuentros de guerra. Desempeñó varias comisiones diplomáticas, entre las que se encuentra la de ser embajador cerca del rey de Inglaterra. Por último se encontró en la batalla de Nájera. Gobernó 4 años. XXIII: Frey D. Pedro Muñiz de Godoy , elegido
en 1366 cuando se coronó en Burgos el rey D. Enrique. Nada se sabe del tiempo que mandó la Orden ni de su fin. XXIV: Frey D. Alfonso de Sotomayor, electo en 1367, Mandó 2 años. XXV: Frey D. Melen Suarez, elegido en 1369, año que el rey D. Enrique reinaba en Castilla. Era clavero cuando le eligieron. Le depusieron después de mandar la Orden dos años. XXVI: Frey D Ruiz Diaz de la Vega , electo en 1371 siendo comendador mayor. Gobernó cuatro años", murió en 1375. XXVII: Frey D. Diego Martínez, elegido siendo comendador mayor, en 1376; era rey D. Enrique el II, mandó la Orden siete años, muriendo el de 1383. XXVIII: Frey D. Diego Gómez, electo en 1383, reinando D. Juan el I. Fué capitán general
en la guerra contra los portugueses. Murió el año de 1384 en un encuentro que tuvo con el capitán Ñuño Alvarez, cerca de Badajoz. Gobernó un año y se enterró en Alcántara. XXIX : Frey D. Gonzalo Nuñez de Guzman, elegido en 1384. En
el siguiente asistió con el rey D. Juan á la batalla que se dio en Aljubarrota. En su tiempo se hizo constitución en la Orden para que todos los freyres pudiesen disponer de sus bienes en vida y muerte. No gobernó un año entero. XXX : Frey D. Martiañez de la Barbuda , elegido en 1385, siendo
clavero. Salió de Alcántara con trescientas lanzas y mil infantes con objeto de conquistar á Granada; no obstante de habérsele unido en el camino hasta cinco mil, pagó cara su osadía, muriendo con otros muchos caballeros junto á la torre Egea el año de 1394. Se enterró en Alcántara en Ntra. Sra. de Almocobar. Su epitafio se conserva en aquella iglesia.
Gobernó nueve años. XXXI: FreyD. Fernán Bodriguez de Villalovos, electo en 1394 siendo clavero de la orden de Calatrava y reinando D. Enrique el III, á quien sirvió como al príncipe D. Juan su hijo
en muchas guerras contra el rey de Portugal y el de Granada. Murió en Villanueva dé la Serena en 1408, después do haber gobernado la Orden 14 años. XXXII: el infante D. Sancho, hijo del infante D. Fernando, que ganó á Antequera y después
fue rey de Aragón, elegido en 1409, de ocho años de edad. Gobernó por él D. Juan de Soto Mayor, en cuyo tiempo concedió el Papa Benedicto XIII la cruz que llevan de insignia. Gobernó 7 años y murió en Medina del Campo, en 1416. XXXIII : Frey D. Juan de Soto Mayor, elegido siendo comendador mayor en 1416 reinando D. Juan II, quien le depuso después de haber gobernado 16 años. XXXIV: FreyD. Gutiérrez de Soto Mayor, electo siendo comendador mayor en 1432: concedió
el rey D.Juan II por mediacion de este Maestre a los vecinos de Alcántara y otros pueblos de la Orden la libertad y franquicia de todo pecho, tributo y contribución. Alcanzó privilegio para asiento en los capítulos por
el orden siguiente: Maestre, Prior de Alcántara, Comendador mayor, Clavero, Sacristán mayor y prior de Magacela, siguiendo los demas Freyres por
edades. Asimismo le otorgó D. Juan II á Belalcazar y los lugares de aquel estado, de donde trae origen el condado de Belalcazar. Murió en 1455, Gobernó la orden 22 años. XXXV: El rey D. Enrique el IV, pidió Bula al Pontífice Calisto III para gobernar por 10 años el Maestrazgo de Alcántara alegando los gastos de guerra, petición que le fué otorgada en 1455. Gobernó
dos años y medio concediendo á D. Gómez de Cáceres y Solis la autoridad de Maestre electo en 1458. En su tiempo con motivo de la guerra y los sufrimientos que son consiguientes, no menos
que por no tener edificada la iglesia del castillo se salieron los freyres fuera del convento y vivieron en casas particulares, ejerciendo los oficios divinos en la iglesia de Almocobar, hasta que los
Reyes Católicos los hicieron entrar en clausura edificando lo que hoy se llama convento viejo. Fue depuesto después de mandar
14 años. Murió en 1473. XXXVI: Frey D. Alonso de Monroy, elegido siendo Clavero el año de 1472. Como no fue canónica esta elección, volvió á elegirlo la Orden, el 28 de mayo de 1473, Las desavenencias de la deposición de su antecesor, hicieron que un sobrino de este se fortaleciese en Magacela. Queriendo conferenciar D. Alonso entró en aquella villa, quedando preso en su fortaleza, hasta la muerte de D. Francisco de Solis. Salió de la prisión para ser depuesto por los Reyes Católicos, quienes alcanzaron bula del papa Sisto IV para ser nombrado D. Juan de Zúñiga en lugar de D. Alonso. Se retiró este á Azagala donde permaneció con el título de Maestre hasta su muerte, verificada en 1511. Su cuerpo fue trasladado á Alcántara. El XXXV1I y último Maestre de Alcántara fue D. Juan Zúñiga, electo como queda dicho y de edad de ocho años, administrando el Maestrazgo hasta tener la edad suficiente, su padre
D. Alvaro. Se verificó todo esto el 23 de enero de 1475. En su tiempo, se espidió bula por Sisto IV para que no se admitiese en la Orden á ninguno que no fuera cristiano viejo de origen, y de
limpia sangre. Juntó ó tuvo capítulo general en Plasencia , del que resultaron las segundas definiciones de la Orden. También se convino en la construcción del nuevo convento de Alcántara. En su tiempo se hizo visita general, donde quedó establecido el modo de vivir espiritual y temporalmente de los freyres y caballeros de esta Orden.
Gobernando Zúñiga, impetraron los Reyes Católicos bula apostólica para ser administradores de todos los maestrazgos. Renunció D. Juan Zúñiga el Maestrazgo el año de 1495. Hizo un convento en Villanueva de la Serena, al que se recogió con algunos de la Orden. Fue después arzobispo de Sevilla y cardenal.
Murió en 14 de agosto de 1501 de 40 años. Su cuerpo fue trasladado á Plasencia desde Guadalupe en 1533. Gobernó el Maestrazgo 20 años y permaneció 10 en el convento de la Serena. Fue arzobispo dos. Según Pascual Madoz, en el año 1845 en su Diccionario Geográfico Estadístico Histórico, en su tomo I:
"ALCÁNTARA (PRIORATO DE) : dignidad ecl. de la orden militar y caballería de su nombre, que desempeña el prior del convento de los Freíres de S. Benito de aquella villa como caballero dé la misma, con jurisdiccion ordinaria en el territorio de su comprensión: este priorato se declaró
nullius diócesis en el año 1183 por el papa Lucio III; pero los obispos de Coria, en cuya demarcación se halla enclavado, han resistido siempre esta declaración, y las cuestiones entre el obispo y el prior no han cesado jamas, cualquiera que haya sido el motivo por el que se hayan puesto en correspondencia ; oigamos sobre este punto al mismo obispo de Coria en ciertas observaciones dirigidas al
Gobierno en el año pasado de 1844 con motivo de la formación de la estadística del clero. «El llamado priorato de Alcántara enclavado en esta diócesis de Coria, no es realmente de jurisdiccion vere nullius,
porque el prelado de Coria da la colación de sus curatos que se proveen por S. M. como administradora perpetua de las órdenes militares, precedido el concurso en el Consejo Supremo de las mismas, no pudiendo darla el llamado prior de Alcántara por no tener facultades para ello. Las reales cédulas se hacen cargo de esta prerogativa de los prelados de Coria y vienen á ellos dirigidas. Asimismo confieren las órdenes sin contar para nada con el llamado prior de Alcántara; en Coria se embancan todas las dispensas
matrimoniales de este territorio, y de los espedientes formados y concluidos en Alcántara se apela al tribunal eclesiastico de Coria, quien en su primera providencia declara nulo todo lo obrado por no reconocer jurisdiccion. El priorato se halla dividido en
arciprestazos, y tal división, igual a la que se nota en toda esta diócesis, comprueba que el llamado priorato de Alcántara pertenece ó debe pertenecer á este ob., sobre cuyo particular hay pleito pendiente. El prior sin embargo sostiene la exención
de su territorio y ejerce de hecho las funciones que como á tal le corresponden. Todos los curas párrocos del territorio tienen la
denominación de priores. Los pueblos que el priorato comprende, partido judicial y provincia á que corresponden se manifiesta en el estado siguiente :
Benquerencia Brozas Cabeza del Buey Campanario Castuera Carbajo Ceclavín Cedillo Coronada Esparragosa de Lares Esparragosa de la Serena Estorninos Galizuela Garcigrande Guarda (La) Haba Helechar Herrera de Alcantara Herreruela Higuera de la Serena Malpartida Magacela Mata Membrio Monterrubio Navas del Madroño Peraleda Piedras Albas El Pino Quintana Rollan Salorino San Vicente Santiago de Carbajo Santi Espiritu Villa del Rey Valencia de Alcantara Valle de la Serena Villanueva de la Serena Zalamea de la Serena Zarza la Mayor
Castuera Alcantara Castuera Villanueva de la Serena Castuera Valencia de Alcantara Alcantara Valencia de Alcantara Villanueva de la Serena Puebla de Alcocer Castuera Alcantara Puebla de Alcocer Ledesma Villanueva de la Serena Villanueva de la Serena Castuera Valencia de Alcantara Valencia de Alcantara Villanueva de la Serena Castuera Villanueva de la Serena Alcantara Valencia de Alcantara Castuera Garroovillas -- Alcantara Valencia de Alcantara Castuera Ledesma Valencia de Alcantara Alburquerque Valencia de Alcantara Puebla de Alcocer Alcantara Valencia de Alcantara Castuera Villanueva de la Serena Castuera Alcantara Badajoz Cáceres Badajoz Badajoz Badajoz Cáceres Caceres Caceres Badajoz Badajoz Badajoz Caceres Badajoz Salamanca Badajoz Badajoz Badajoz Caceres Caceres Badajoz Badajoz Badajoz Caceres Caceres Badajoz Cáceres Badajoz Cáceres Caceres Badajoz Salamanca Caceres Badajoz Caceres Badajoz Caceres Caceres Badajoz Badajoz Badajoz Caceres Diccionario Histórico de las Ordenes de D. Bruno Rigalt Nicolas; Barcelona 1858 "Sobre la creacion de esta órden militar difieren algo los
autores; pero todos los que han escrito de ella, convienen en qué desde que apareció hasta nuestros dias, se ha mantenido constantemente en su brillo y
elevado esplendor; habiendo pertenecido á la misma los varones mas ilustres y de la mas distinguida nobleza de España Segun unos, fueron sus fundadores D. Suero Fernandez y D. Gome Fernandez Barrientos, por los años de 1.156, en que la aprobó D. Orduño,
obispo de Salamanca, y monge cisterciense ; pero la opinion mas acertada , es que la instituyó D. Fernando II, rey de Leon y de Galicia, en 1176 , á instancia
del nombrado Gome ó Gomez Fernandez, su gentil hombre, quien habia concebido el proyecto de la fundacion de una órden de caballería religiosa y militar al
objeto de formar una milicia aguerrida que cooperase a la espulsion de los enemigos comunes, los infieles. Declaróse el rey protector de la órden, y nombró gran
maestre al propia Gome Fernandez, dando su aprobacion el papa Alejandro III , en 1177, bajo el nombre de órden de San Julian del Peral, ( y no del Pereiro como
algunos dicen ). Los caballeros de esta órden observaban la regla de San Benito. El papa Leon III confirmó sus estatutos en 1283; habiendo merecido ya
igual aprobacion por los pontífices Lucio III, en 4 de abril de 1193, y de Inocencio III en 17 de mayo de 1205. Habiendo el rey D. Alfonso IX espulsado los moros de
Alcántara en 1213, confió la guarda de ella á los caballeros de la órden de Calatrava ; mas estos que solo permanecieron alli por espacio de cinco años, la
ofrecieron, con consentimiento del rey, á los de San Julian del Peral ; los cuales aceptando la oferta, tomaron el nombre de caballeros de Alcántara , y
para mostrar su agradecimiento , reconocieron por su jefe al gran maestre de Calatrava, á cuya órden se unieron. Mas luego hubo disenciones entre unos y
otros, que, dieron por resultado la separacion de las dos órdenes. Los de Alcántara se retiraron y formando una especie de sociedad, cuyos estatutos
estaban mas en armonia con ellos que los de su primera fundacion, eligieron un jefe superior, que tomó el título de gran maestre de Alcántara; cuya dignidad
fué unida, en 1495, á la corona de Castilla en la persona de su rey D. Fernando el Católico, por dimision voluntaria de D. Juan de Lanigá. En 1540, e1 papa
Pablo III, relevó á los caballeros de la órden del voto de castidad , permitiéndoles el matrimonio. La antigua divisa de los caballeros de Alcántara ,
consistia en las trabas de gules de los de Calatrava, y el peral de Sinople sobre campo de oro: mas cuando en 1410, el pontífice Benedicto XIII les cambió
el hábito, dióles la cruz verde de la propia forma que la de Calatrava, diferenciándose la una de la otra solo en el color. Esta cruz puede traerse
bordada sobre el pecho, ó bien en una medalla de oro pendiente de una cruz verde."
MAESTRES DE LA ORDEN DE ALCÁNTARA
1) Suero Fernández Barrientos (1156-1174 Prior) POSESIONES DE LA ORDEN DE ALCÁNTARA IGLESIAS POSESIONES DOMINIOS Mérida, Medellín, Badajoz, Peñamacor, Coria, Galisteo, Córdoba,
Sabugal, Ciudad Rodrigo, Alba de Tormes, Salamanca, Toro, Mayorga, Castroverde y Benavente. ENCOMIENDAS
Valor en 1743 (en rs). Fuente: Melón Jiménez M. A. Extremadura en el Antiguo Régimen. Economía y Sociedad en tierras de Cáceres 1700-1814 Salamanca, 1989
A mediados del siglo XVIII las rentas que generaban las encomiendas de la Orden de Alcántara eran en su conjunto superiores a un millón de reales, siendo
sus principales beneficiarios el infante Cardenal de Toledo (209.058 reales) y el infante don Felipe (115.133 reales). Desglosadas por encomiendas, eran las
siguientes
PUEBLOS
PARTIDO JUDICIAL
PROVINCIA
Alcantara
Alcantara
Cáceres
2) Gómez Fernández Barrientos (1174-h. 1200), primer Maestre, recibió del rey de
Castilla D. Alonso la villa y castillo de Trujillo en 1195
3) Benito Suárez(1200-1208), consiguió la Bula de de Inocencio III, enterrado en
S. Julián de Pereiro
4) Nuño Fernández (1208-1219), enterrado en S. Julián de Pereiro
5) Diego García Sánchez (1219-1227), enterrado en S. Julián de Pereiro
6) Arias Pérez (1227-1234)
7) Pedro Yánez (1234-1254)
8) García Fernández de Barrantes (1254-1284)
9) Fernando Páez (1284-1292)
10) Fernando Pérez(1292-1294)
11) Gonzalo Pérez(1296-1312)
12) Ruy Vázquez (1312-1318)
13) Suero Pérez Maldonado (1318-1334)
14) Ruy Pérez Maldonado (1334-1335)
15) Fernando López (1335)
16) Suero López (1335)
17) Gonzalo Martínez de Oviedo (1337-1338)
18) Nuño Chamizo (1338-1343)
19) Peralonso Pantoja (1343-1346)
20) Fernando Pérez Ponce de León (1346-1355)
21) Diego Gutiérrez de Ceballos (1355)
22) Suero Martínez Aldama (1355-1361)
23) Gutierre Gómez de Toledo (1361-1364)
24) Martín López de Córdoba (1364-1369)
25) Pedro Muñiz de Godoy(1369)
26) Melendo Suárez (1369-1371)
27) Ruy Díaz de la Vega (1371-1375)
28) Diego Martínez (1375-1383)
29) Diego Gómez Barroso (1383-1384)
30) Gonzalo Nuño de Guzmán (1384-1385)
31) Martín de la Barruda (1385-1394)
32) Fernando Rodríguez de Villalobos (1394-1408)
33) Sancho de Castilla(1408-1416)
34) Juan de Sotomayor(1416-1432)
35) Gutierre de Sotomayor (1432-1456)
36) Gómez de Cáceres y Solís (1457-1470)
37) Alfonso de Monroy (1471-1473)
38) Juan de Zúñiga(1473-1504)
39)Fernando el Católico (1504-1516)
Según la Bula de Gregorio IX en Junio de 1235
- Santa María de Almocobar, en Alcántara.
- Santa María, en Badajoz.
- Santa María, en Valencia de Alcántara.
- San Benito, en Córdoba.
- Santa María, en Baeza.
- Santa María, en Matella.
- San Pedro, en Santibáñez.
- Santa María, en Salamanca
- Santo Tomás, en Alba de Tormes.
- Santa María y Santa Cristina, en Rivera del Duero.
- San Juan en Toro.
- Santa María, en Moraleja.
- Santa María, en Milana.
- Santa María, en Majadas.
- San Pedro, en Garciaz.
- San Miguel, en Barceal.
- San Nicolás, en Piedras Albas.
- San Juan, en Navasfrías.
- San Esteban, en Castroverde.
- Santa María, en Mayorga.
- San Pedro, en Monsanto y otras iglesias en Sanarge y Almecis.
- Castillo y villa de Alcántara.
- Castillo de Magacela.
- Villa de Malelias.
- Castillo y villa de Mediolano, en Galicia.
- Villa de Moraleja.
- Castillo de Portezuelo.
- Castillo de Santibáñez de Mascoras.
- Villa de Navasfrías.
- Villa de la Serena.
- Las villas que poseían junto a Zamora.
- Villa Ester.
- Villa Alfonso.
- Villa de Brozas.
- Villa de Conserta.
- Batandeira, Raigada, Villaturpino, Ferrería, Comenar, Almendraseca y Granja.
Son la base sobre la que descansa la organización político-administrativa de las órdenes militares. Pero no es hasta 1240 cuando nos encontraremos documentación que atestigüe la existencia de comendadores alcantarinos. A partir de este momento podemos considerar su presencia como algo usual, dejando entrever lo que será en el futuro el establecimiento de una auténtica red comendataria, donde las encomiendas empiezan a ser verdaderas entidades territoriales con un intrincado aparato administrativo y donde los comendadores pasan de ser meros representantes de la Orden, para convertirse en auténticos gestores con una importante autonomía administrativa.
No está completamente consolidada hasta finales del siglo XIII, momento en el que hay una acabada institución administrativa, basada en unas encomiendas que cuentan con suficientes recursos propios y en la que los comendadores son los beneficiarios de una gran parte de las rentas asignadas a sus encomiendas y, lo que es más importante, tienen el dominio juridisccional.
DISTRIBUCIÓN DE LAS ENCOMIENDAS EN EL REINO DE LEÓN:
1.-Encomienda de la Batundeira (Santa Marta de Velle. a pocos Km de la ciudad
de Orense.)
2.-Encomienda de la Bañeza (próxima a la anterior.)
3.-Encomienda de Barcial (Barcial de la Loma)
4.-Encomienda de Santa Maria de la Roxa (Santa Cristina, próximo a Zamora.)
5.-Encomienda de San Juan (Toro-Zamora)
6.-Encomienda del Pereiro: Se constituye alrededor de lo que fue el enclave matriz de la orden, el lugar del Pereiro. El lugar fué donado a la Orden junto
con la granja del Pereiro, por Fernando II en el año 1176. Posteriormente la Orden lo permutaría a Alfonso IX en 1209, por los lugares de Santa Cristina,
Curranos y Arbolexo. En los primeros meses de 1254, el entonces maestre de la Orden, Pedro Ibáñez, puebla el lugar de Fontanares, concediéndole fuero e
indicando que sus términos serían establecidos por Frey Juan, sacristán de la Orden y el comendador del Pereiro.
7.-Encomienda de Valelhas (actual Guarda-Portugal-)
8.-Encomienda de Peñamacor (Portugal)
DISTRIBUCIÓN DE LAS ENCOMIENDAS EN EXTREMADURA LEONESA:
1.-Encomienda de Torre de Alhándiga (Alba de Tormes)
2.-Encomienda de la Magdalena (Salamanca)
ENCOMIENDAS EN EL PARTIDO DE ALCÁNTARA
1.-Encomienda de Salvaleón (al sur de Valverde del Fresno)
2.-Encomienda de Navasfrías (sierrra de Gata)
3.-Encomienda de Santibáñez
4.-Encomienda de Moraleja
5.-Encomienda de Acehúche
6.-Encomienda de Portezuelo
7.-Encomienda de Zarza-Peñafiel (Zarza la Mayor).
No hay constancia del momento en que Zarza y el castillo de Peñafiel pasan a
manos de la Orden, aunque debe ser en fecha próxima a 1213, año en que se conquista Alcántara y se crean o desarrollan diferentes núcleos poblacionales
que ayudan al impulso de la colonización y organización de este territorio. En dicha villa existe desde 1251 una iglesia y en 1266 los pobladores reciben fuero
lo que nos indica una voluntad política, por parte de la Orden, de potenciar la repoblación. Los efectos parece que fueron los contrarios a los pretendidos,
como lo demuestra el hecho de que en 1323, los vecinos de la Zarza soliciten al maestre de la Orden, Don Suero Pérez, el desplazamiento de la villa a un lugar
provisto de mejores defensas y próximo al castillo de Peñafiel. Parece que el maestre y la Orden están de acuerdo con la propuesta y, a partir de esa fecha,
la importancia socio-económica se desplaza a Peñafiel, como lo demuestra un documento en 1327, en que se cita a Fernando Arias como comendador de Peñafiel y
no de Zarza.
Aunque la despoblación de esta último debió ser casi total, a mediados del siglo XIV se intenta una nueva repoblación mediante la concesión del fuero de
Alcántara, alentando a individuos residentes en tierras fuera de la Orden mediante la exención a todos los pobladores del pago de diversas rentas y al
reparto de casas y tierras de cultivo.
Seguramente los castillos de Bernardo y Benavente sean propiedad de dicha encomienda. No será hasta el XVI donde Zarza tome el protagonismo definitivo en
perjuicio de Peñafiel, así se construirá en la población en 1563 la Casa de la Encomienda.
8.-Encomienda de Piedras Albas(a medio camino entre Zarza y Alcántara)
9.-Encomienda de Ceclavín
10.-Encomienda de Belvis (Torre de Belvis, cercano a Brozas)
11.-Encomienda del Hospital (en Alcántara. En la iglesia de Santa Maria de
Almocobar)
12.-Encomienda de Brozas
13.-Encomienda de Valencia de Alcántara
14.-Encomienda de Esparragal (al norte de Valencia de Alcántara)
15.-Encomienda de Mayorga (San Vicente de Alcántara)
16.-Encomienda de Piedrabuena (al norte de Alburquerque)
17.-Encomienda de Herrera (Herrera de Alcántara)
La orden además poseía encomiendas en Badajoz y Andalucía.
El núcleo germinal de la Orden de Alcántara, parece que se formó con territorios donados por el Monarca Alfonso IX y parece verosímil, como ya se ha apuntado en un principio, que las fortalezas llevasen los nombres castellanos o cristianos de los primeros caballeros que tuvieron en ellos su habitación y así no ofrece muchas dudas que el de Mayorga, llevase desde un principio, el sobrenombre de un caballero castellano, quizás antes, se denominara con un nombre de origen árabe, puesto que estaba en tierras de su demarcación.
Cuando
el Papa Lucio III, confirma la Orden por segunda vez, en el año 1183,
encontramos relacionado en la Bula de la fundación de la Orden, los bienes de la
misma, que eran Sant Julíán del Pereyro con sus términos, Herrera, Colmenar,
Almendraseca, La Granja de Fonseca, continuando la Chrónica de Alcántara que,
“después el Maestre don Frey Benito y los otro sus sucesores, juntamente con sus
Freyles Caballeros, adquirieron otros muchos bienes, ansi villas y castillos que
ganaron de Moros, como otros grandes heredamientos en los partidos de La Serena
y de Alcántara”.
Durante el reinado de Alfonso IX y en el año de 1212, se va a producir la recuperación de las tierras de la sierra de Gata, con los emplazamientos de Almenara y San Juan de Mascoras (luego Santibañez) entre otros. Al año siguiente se llega hasta Alcántara, hecho que va a marcar un hito, de gran interés militar y psicológico, pues, de aquí en adelante, se va a producir un imparable avance cristiano en toda la región.
En tiempos del rey D. Alonso, sabedor éste, que los Moros habían tomado villas y castillos en tierras de Extremadura, decidió trasladarse con sus huestes a ellas, para reconquistar estos lugares que eran zona de su conquista. Pudiera ser que la historia de nuestro castillo, siguiera las mismas o perecidas vicisitudes que el resto de las fortalezas fronteras, esto es que tan pronto estaba en manos sarracenas, como en manos de cristianos.
El establecimiento del Convento de la Orden, desde San Julián de Pereyro a la villa de Alcántara, a partir de 1218, hizo que pasase a denominarse Orden Militar de Alcántara, siendo Maestre de la Orden D. Diego Sánchez. En el año 1220, se amplía el territorio tras la reconquista de Valencia de Alcántara, tiempos en que pasarían a denominarse Partido de Alcántara.
Sus Caballeros, se incorporaron al Ejercito del Rey de León, en la villa de Coria, cuando una vez efectuada su salida de Zamora, se dirigió hacia el castillo del Portillo en las sierras próximas a la villa de Ceclavin, tomando la fortaleza, después de un duro combate. Desde este lugar se trasladaron al castillo de Montanchez, tomando también la fortaleza a los Moros, y donde murieron muchos cristianos, entre los que se encontraba el propio Maestre D. Diego Sanchez, ocuría el año 1227.
El castillo de Mayorga, junto con el de Azagala y Piedrabuena, en el año de 1264, es mencionado con motivo de la confirmación de la conveniencia entre la Orden de Alcántara y la ciudad de Badajoz.
Torres Tapia, cita Comendadores en la fortaleza de Mayorga desde el año 1335, sucediéndose ininterrumpidamente hasta los tiempos mas modernos. Sin embargo, a los pocos años, con motivo de la súplica del Concejo de Valencia al Maestre Nuño Chamizo, para que les confirmase el fuero y privilegio que tenían de los Reyes y Maestres anteriores, entre otras mercedes, les concedió a los valencianos el derecho a gozar de las heredades que tenían en el término de Mayorga, impidiendo a éstos, acotar prados y egidos sin licencia, lo mismo que ocurrió en Esparragal y Herrera. Sin embargo en este caso permitió también a los vecinos de Mayorga que gozaran asimismo de las heredades que tuvieren en término de Valencia.
A la muerte del Rey D. Sancho de Castilla y León sucedió su hijo Fernando IV El Emplazado que tuvo serios problemas, para conservar sus reinos. Tenía por sus enemigos, al Infante D. Juan, hermano de su padre y a D. Alonso de la Cerda su primo; en favor de D. Alonso estaba el Rey de Francia y el de Aragón a favor de D. Juan el de Portugal, D. Dionis que entró en Castilla con un poderoso ejército, apoderándose de algunas villas y castillos en la ribera del río Quoa. El Maestre de Alcántara estuvo a favor del Rey D. Fernando IV.
El de Portugal tomó por la fuerza la fortaleza de S. Julián del Pereyro, haciéndose mas tarde la paces entre España y Portugal, no llegándose a recuperar por parte de la Orden sus castillos, entre ellos el de Mayorga, por haberse dado al Rey de Portugal. Esto sucesos ocurrían en tiempos del Maestre de la Orden D. Fernán Perez que falleció en el año de 1296.
En tiempos del Maestre D. Gonzalo Nuñez de Oviedo, privado del Rey D. Alonso, con motivo de la venganza de la reina Dª Leonor de Guzmán por estar enojada contra el Maestre, a causa de que éste, no votó por su hermano D. Alonso Meléndez de Guzmán para que fuese Maestre de la Orden de Santiago, el Rey lo mandó llamar a la Corte de Madrid, cuando se encontraba en Xerez de la Frontera, enviando una carta al Alcalde para que lo prendiese y lo llevase si no fuera el Maestre de motu propio.
No se avino a tales pretensiones reales y pasó por las villas y castillos de su jurisdicción, haciendo tomar a los Alcaydes homenaje para que no diesen entrada en ellos al Rey, al mismo tiempo que hacía llegar al Monarca la postura que había adoptado. Después de pasar por los castillos de Magacela, Benquerencia y Alburquerque, se hizo fuerte en el castillo de Valencia de Alcántara, con gentes que le eran fieles, entre los que se encontraban mas de un Caballero asturiano.
Alfonso XI llegó hasta las puertas de la fortaleza y después de tratar de convencer al Maestre, para que se rindiese, entró en el castillo al día siguiente, haciéndole prisionero y condenado a muerte por el Monarca, fue degollado. Los que les calumniaron, haciendo que el Rey se equivocara respecto a su persona, morirían de la misma forma; el año 1338. Al nuevo Maestre de la Orden Nuño Chamizo, le fueron entregadas “las fortalezas de Valencia de Alcantara, Piedrabuena, Santibañez y otras de la Orden”, posiblemente la de Mayorga, cerca de la de Piedrabuena, sería una de ellas.
Cuando estaba al frente de la Orden de Alcántara el que hacía el número XXVI de los Maestres, Don Diego Martínez, Comendador Mayor, transcurría la era de mil cuatrocientos trece, año 1375, reinando en Castilla y León Don Enrique II; el castillo de Mayorga lo regentaba en esta fechas Frey Alonso Tello, del cual era su Comendador.
Años mas tarde fue elegido el XXIX Maestre de Alcántara, Don Martínez de la Barbuda, nacido en Portugal. Se incorporó a Castilla a causa de la muerte de su Rey Don Fernando de Portugal sin dejar descendencia varonil, heredando el trono de Portugal Doña Beatriz, a la sazón Reina de Castilla y mujer del Rey Juan I.
Se subleva entonces el Rey de Portugal Don Juan, Maestre de Avis. Don Martinez de la Barbuda, Comendador del castillo de Mayorga, no le quiso seguir ya que entendía que Don Juan no tenía derecho sobre el reino de Portugal, interviniendo en favor de la Reina de Castilla en la batalla de Aljubarrota, hecho que le valió para que el Rey de Castilla le nombrara Maestre de la Orden de Alcántara en el año de 1385.
Corrían tiempos en que por parte de los dos bandos, castellanos y portugueses
estaban enzarzados en tomas y conquistas de castillos fronteros, llevándose la
palma el de Portugal sobre las fortalezas de Extremadura, destacándose el de
Valencia de Alcántara. Por este motivo, el Maestre Don Martínez juntó hasta
seiscientos de a caballo y muchos peones de Extremadura para tomársela al
Capitán Caballero portugués que la ocupaba, Martín Freire, que se rindió al cabo
de muchos meses de asedio. En este cerco seguramente intervinieron gentes del
castillo de Mayorga, pues en este tiempo lo gobernaba como su Comendador Frey
Fernán González Chacón, hijo de Gonzalo Chacón y hermano de Ruy González Chacón
que a la sazón era Comendador Mayor de León de la Orden de Santiago.
Años mas tarde, cuando quedó vacante el Maestrazgo de la Orden, por la muerte
del Maestre Don Fernán Rodriguez de Villalobos, tuvieron los Comendadores y
Caballeros de la misma que reunirse en asamblea para nombrar al nuevo Meestre.
Asi estaban cuando el Infante Don Fernando, hijo del rey Don Juan I de Castilla
y León y de Doña Leonor Sanchez de Castilla, hija de Don Sancho, Conde de
Alburquerque, se enteró de la falta de acuerdo entre aquellos.
Desde la Corte, que había reunido en Guadalajara, mandó el Rey llamar a Don Sancho de Roxas, Obispo de Palencia y después Arzobispo de Toledo, para decirle que había pensado nombrar como Maestre de la Orden a su hijo Don Sancho, diciéndole el Obispo que convendría que esta decisión fuese apoyada por los Comendadores de la Orden.
Fue
así como llegó la consulta hasta el Convento de Alcántara, donde estaban en
asamblea y después de grandes debates concertaron, por la intersección del
Comendador Mayor, elegir al hijo del Rey como Maestre de la Orden. Corría el año
de 1408 cuando fue elegido el Infante; no obstante debido a su minoría de edad,
tenía tan solo ocho años, y una vez aprobado todo el proceso por el Papa, fue
nombrado como Coadjutor y Gobernador del Maestrazgo hasta su mayoría Frey Juan
de Sotomayor y como Clavero Don Diego Ruíz de Ribera. Frey Gutiérrez de
Sotomayor Comendador del castillo de Lares; Frey Juan Mendez Comendador del
castillo de Magazela; Frey Alonso Gutierrez de Randova, Comendador de las casas
de Calatrava; Frey Francisco Vélez Comendador del Castillo de Benquerencia; Frey
Gonzalo García de Valdés Comendador de Ceclavín; Frey Diego Pérez Quijada
Comendador de Batumbera; Frey Fernan Gonzalez de Castañeda Comendador de la
fortaleza de Magdalena; Frey Pedro Núñez de Guzmán Comendador de diezmos; Frey
Martin Sánchez de Velasco Comendador del castillo de Castilnovo y Frey Alonso
Centellas Comendador del castillo de Mayorga.
Pasaría después el gobierno del castillo de Mayorga a manos de frey Diego Pérez
de Ribadeneira como su Comendador.
Cuando estaba al frente de la Orden el Maestre D. Gómez de Cáceres y Solis, éste casó una hermana suya con un Hidalgo de Trujillo, Francisco de Hinojosa, o de Cáceres. Esta boda se celebró en Cáceres y claro está estaban presentes el Maestre, con muchos Caballeros de la Orden que participaron junto con otros seglares de Extremadura, en las fiestas y juegos preparados para la ocasión. Se había hecho un tablado muy alto, para que los Caballeros lanzasen varas sobre él. D. Alonso de Monroy, Clavero de la Orden de Alcántara, tomó una lanza jineta en lugar de varilla y la arrojó sobre el tablero, al mismo tiempo que pronunciaba algunas palabras de mofa hacia los demás Caballeros, en sentido de demostrar su debilidad y hombres de poca fuerza. Estos se ofendieron por ello, particularmente el novio que quiso vengarse en otro juego de cañas.
En este juego le lanzó dos cañas a D. Alonso de Monroy directamente a al cara que pudo esquivar, viendo una clara mala intención del contrayente de la ceremonia nupcial; D. Alonso salió entonces en su persecución lanzándole una caña y pegándole en el calzo por detrás, lo derribó del caballo. En su ayuda acudieron los cuñados y hermanos del Maestre, e intentaron matar a D. Alonso que se defendió, pero fue prendido por el Maestre, enviándole preso al Convento de Alcántara, de donde escapó tiempo después.
Don Alonso de Monroy reunió a algunos que le eran fieles y deudos y tomó por la fuerza en venganza de lo que le había hecho el Maestre, los castillos de Robredillo y Trebejo, agregándosele hasta ochenta hombres de a caballo e iniciando así una guerra por las tierras de la Orden. Llegó a tomar de la fortaleza de Magacela y Azagala. Esto fue aprovechado por el Rey D. Enrique, que escribió a D. Alonso de Monroy para que siguiera guerreando contra el Maestre, aceptando y pidiendo ayuda a su hermano D. Fernando de Monroy, de la Villa de Belvis, dándole la ayuda que le solicitó a pesar de que también él estaba haciendo la guerra a su primo D, Fernando de Monroy El Bezudo primo suyo y Señor de Monroy.
De esta forma, juntó el Clavero de la Orden de Alcántara hasta 200 caballos y 300 peones, marchando hasta la Villa de Coria, que la había tomado el Maestre, en favor del Rey D. Alonso de Portugal y que tenía el hermano de aquel, Gutierrez de Cáceres. Tomó la fortaleza fácilmente en un descuido de sus guardias. Enterado de ello el Maestre se dirigió con su gente a socorrer a su hermano e intentar reconquistarla, cercándola por espacio de nueve meses. Como al cabo de este tiempo no recibiera D. Alonso de Monroy ninguna clase de ayuda se estableció un pacto entre ambos bandos, por el que el Maestre se quedaba con La fortaleza de Coria y “D. Alonso de Monroy con las “Encomiendas de Piedrabuena y de Mayorga con sus castillos respectivos”.
No deja de tener protagonismo el castillo, las enemistades entre el Maestre y el Clavero de la Orden Don Alonso de Monrroy Señor de Deleytosa, Belvis y Almaraz seguían tensas, y cada vez iban a mas, hasta tal punto que éste último hizo elegir Maestre de la Orden al Comendador Don Alonso, hijo de Doña Juana de Sotomayor, tenía trece años cuando tomó posesión, siendo aprobado por el Rey este nombramiento y confirmado por el Papa motivo por lo cual el Maestre hizo una nueva Liga para hacer la guerra al Clavero. D. Alonso salió de Alcántara, en dirección al castillo de Montanchez, que lo había usurpado la Orden de Santiago, al mismo tiempo que pedía apoyo a su primo Fernando de Monroy, Señor de Monroy, pidiéndole hueste, ofreciéndole a cambio dos Encomiendas para dos hijos suyos; una vez prestada la ayuda que demandaba el Rey Castellano, consistente en 60 caballos y 100 peones, “pasó la Encomienda de Mayorga conjuntamente con su castillo a uno de los hijos del Señor de Monroy; corría el año de 1437”.
A Don Alonso de Monroy no quisieron algunos Caballeros de la Orden reconocerle el Maestrazgo, con lo que se dispuso a hacer valer sus derechos y junto a sus leales puso cerco a varios castillos de la Orden, Zalamea, Benquerencia y Magazela. Francisco de Solis que tenía la fortaleza de Magazela quiso vengarse del Maestre, metiéndole en una encerrona con falsas promesas, siendo de esta forma hecho prisionero, haciéndose nombrar por la fuerza Francisco de Solis en Magazela Maestro electo de la Orden por la fuerza.
Don Alonso de Monrroy se salvó de ser ejecutado gracias a la intersección de algunos Caballeros que por tal motivo, se decidió dejarlo preso en el castillo de Magacela, saliendo de esta fortaleza Francisco de Solis a tomar el resto de las posesiones de la Orden. Eran tiempos del reinado de D. Enrique IV, y corría la década 1450 -1460. En el transcurso de este periodo, viendo las desavenencias en la Orden, la Duquesa de Plasencia Doña Leonor Pimentel, solicitó del Rey Don Enrique la posesión del Maestrazgo de la Orden, convenciendo al Papa para que pasase a manos del hijo de la Duquesa Don Juan de Zuñiga.
Al cabo de siete meses desde que fuera hecho preso Don Alonso de Monroy, consiguió escapar de su prisión aprovechando el descuido de sus carceleros y mediante unas cuerdas anudadas de ballesta que había conseguido, se deslizó por los muros de la fortaleza valiéndose del ardiz de usar los calzos como guantes con el fin de no quemarse las manos; no obstante de conseguir salvar el muro se rompió una pierna y con ella así saltó al exterior. Cuando llegó a oídos de Francisco de Solis emprendió una búsqueda por los bosques cercanos al castillo, hasta que consiguió dar con él escondido entre los matorrales de un llano donde se había refugiado. Esta vez lo metieron en una mazmorra del mismo castillo, en la que iba a estar bastante mas tiempo.
El año 1474, murió el Rey Don Enrique IV, sucediéndole en estos reinos la Princesa Isabel y por ella Don Fernando Rey de Aragón. Don Francisco de Solis se alió con los Reyes Católicos para combatir a Don Alonso de Portugal, que pretendía ser nombrado Rey de Castilla. Fue herido de un escopetazo, así como el caballo que montaba, con tal mala fortuna que una pierna quedó atrapada por el cuerpo del animal, como no podía levantarse del suelo solicitó ayuda; así lo vió un tal Golondro, incondicional de Don Alonso de Monrroy, que lejos de hacer lo que le pedía, muy al contrario desenvainó su espada y de un espadazo le seccionó la cabeza al mismo tiempo que decía: “Así pagas la traición que le hiciste a mi amo”.
Cuando esta noticia llegó hasta Magacela, sus carceleros cambiaron de actitud; algunos Caballeros, juntamente con su carcelero en Magacela, Soto, que era el Clavero por entonces de la Orden, llegaron al acuerdo de liberar a Don Alonso, esto sucedía en el año de 1477. Partió Don Alonso de Magacela hacia el castillo de Montanchez y comenzó a guerrear por su cuenta con algunos de sus leales, contra Don Juan de Zúñiga que se decía Maestre de Alcántara.
D. Alonso de Monroy fue a solicitar de los Reyes Católicos se le volviera a reintegrar en el cargo, y se le devolviesen las posesiones que le pertenecían. No consiguó lo que fue a solicitar, y por ello a la vuelta a tierras extremeñas determinó resistirse por la fuerza a la usurpación de su Maestrazgo. Entabló alianza para ello con Dª María Pacheco Condesa de Medellin, tomando los castillos de Mayorga, Castilnovo, Piedrabuena y algunos otros que eran de su Orden.
Como quiera que D. Alonso fue a pedir de nuevo los derechos sobre su Maestrazgo y los Reyes le volvieran a responder que no era tal concesión de sus personas sino del Pontifice de Roma, el de Monroy despechado, ofreció sus servicios al Rey de Portugal. Este le prometió que penetraría en los reinos españoles con el título de Rey de Castilla y León, pasando de esta forma D. Alonso y la Condesa como vasallos del Rey portugués, entregándole la fortaleza de Mérida, no pudiendo sin embargo los portugueses entrar en ella por la resistencia que les pusieron los Caballeros de la Orden de Santiago a las órdenes de su Maestre D. Alonso de Cárdenas. Mas tarde la tomarían.
Desde esta fortaleza hicieron la guerra al Rey español, los partidarios de
Monroy y de la Condesa aliados con los portugueses, así como desde las
fortalezas de Medellín, Deleytosa, Azagala, Castilnovo, Piedrabuena y Mayorga.
A la vista de la intervención de los portugueses en Extremadura, los Reyes Católicos decidieron trasladarse hasta aquellas tierras, pues era tanto el daño que estaban causando que no había caminos, en aquellas tierras que estuviesen seguros para sus habitantes, significando solamente desolación, inseguridad y hambre.
Don Alonso de Monroy tomó el castillo de Montanchez desde donde hizo la guerra a Trujillo, lugar en donde se encontraba la Reina Isabel. La Reina ordenó que se tomase el castillo, pero cuando llegaron a él Don Alonso ya se había trasladado a los castillos de la Orden que le eran aliados, Mayorga, Piedrabuena, Azagala y Castilnovo, desde donde hizo la guerra a los pueblos de Badajoz y Cáceres con gente de Portugal.
Corría el año de 1479, cuando se firma la paz de nuevo entre Portugal y Castilla y entre las claúsulas figuraba para D. Alonso de Monroy el perdón real. Después de que D. Alonso renunciase a los derechos que tenía sobre el Maestrazgo de la Orden de Alcántara, pasó a ser Maestre D. Juan de Zúñiga, que entró al servicio de los Reyes Católicos. En el año 1492, fue Comendador del Castillo de Mayorga y Encomienda Frey Antonio Barba.
M. F. Ladera, detalla la relación de Encomiendas existentes en el año 1495 y que son identificables, por la existencia de un conjunto de cartas que los Reyes Católicos envian a los Comendadores correspondientes y a la alta dignidad de la Orden y en donde, se señalan el número de lanzas en que tenían que servir a los monarcas en caso de necesidad. El de Mayorga servía concretamente con tres lanzas. Al Partido de Alcántara pertenecían por estas fechas las Encomiendas de la orden: La Mayor, La Pueblas, Belvis y Navarra, Clavería, Hornos, Belvis, Ceclavín, Portezuelo, Peñafiel ( en La Zarza ), Acehuche, Benjayan, Castillo, Casas de Calatrava, La Magdalena, Casas y Juro de Coria, Santibañez, Las Eljas, La Moraleja, Villabuena, Herrera, Esparragual, El Peso de Valencia, Piedrabuena y Mayorga. De todos ellos por estas fechas a que nos estamos refiriendo, poseían castillo y fortalezas en buen estado la de La Mayor, ( el de Brozas ), Portezuelo, La Zarza, ( el de Peñafiel ), Santibañez, Las Eljas, La Moraleja, Herrera, Piedrabuena y la de Mayorga.
A partir del año 1570, serían solamente cuatro la Encomiendas que van a integrar el Partido de Valencia de Alcántara, juntamente con sus fortalezas. A saber: Herrera, Piedrabuena, Esparragal (ya muy deteriorada) y la de Mayorga.
Viendo los Reyes Isabel y Fernando las consecuencias que tenían sobre la seguridad en las fronteras, el nombramiento de ciertos Caballeros como Maestres de la Orden y que no ofrecían, o no ofrecieron siempre, las suficientes garantías de lealtad a la Corona de España, decidieron hacerse cargo de la administración de la Orden, en el año de 1494, obteniendo del Santo Padre Inocencio, el reconocimiento de la administración del Maestrazgo para si, con el fin de que no se volvieran a repetir que un Maestre pudiera aliarse con el Rey de Portugal. Mas tarde el Papa Adriano VI anexionaría este Maestrazgo a al Corona de Castilla y León perpetuamente y con él, la Encomienda y castillo de Mayorga.
Durante la guerra mantenida contra Portugal en el siglo XVII, el ejército del país vecino ocupó el territorio de la Encomienda, destruyendo el castillo en su retirada. Asi se decía de la Encomienda, en el informe de la visita de la Real Audiencia, en 1791: “Tiene un castillo en donde havitaban los dependientes y por haverlo arruinado los portugueses en las guerras del siglo pasado trasladaron su habitazion a donde oi se halla”. En este año de la Visita, se encuentra como Comendador el Brigadier de los Reales Ejércitos, Don Rafael de Valdés y Bazán, diciéndose entonces que es Villa eximida con jurisdicción ordinaria. En ese tiempo habitaban en la Casa de la Encomienda, el Alcalde Ordinario, el Administrador y dos guardas. Contaba con una capilla sin sacramentos, donde se decía misa los días festivos.
Siglos mas tarde la Encomienda pasaría a denominarse Dehesa de Mayorga en del partido judicial de Alburquerque, y jurisdiccional de San Vicente. Fue vendida por la Administración, de bienes nacionales en 18 de Octubre de 1843. Dividida en 19 partes, perteneciendo a cinco dueños siéndolo, de 13 el canónigo de Badajoz, D. Juan Pascual Sama.