Bienes Culturales Extremadura |
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Resolución de 24 de julio de 2013, de la Consejera, por la que se incoa expediente de declaración de Bien de Interés Cultural para el Patrimonio Histórico-Artístico
de Medellín, en la categoría de Sitio Histórico El Estatuto de Autonomía en la redacción dada por Ley Orgánica 1/2011, de 28 de
enero, de reforma del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Autónoma de Extremadura, recoge como competencia exclusiva en su artículo 9.1.47 la “Cultura
en cualquiera de sus manifestaciones”, así como el “Patrimonio Histórico y Cultural de interés para la Comunidad Autónoma”. La Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y
Cultural de Extremadura, regula la competencia y el procedimiento para llevar a cabo la declaración de Bien de Interés Cultural de un bien que se entienda de entre los más relevantes del
Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura. El procedimiento se describe en los artículos 7 y siguientes de la citada ley. La localidad extremeña de Medellín se localiza en la provincia
de Badajoz, dentro de la comarca de las Vegas Altas, a unos 40 Km. al este de Mérida y a unos 10 Km. al oeste de Don Benito. Se accede a dicho municipio a través de las carreteras
EX-206 y BA-088. El municipio de Medellín es una de las poblaciones con mayor renombre, arraigo y trascendencia histórica de Extremadura. Esta viene marcada en gran parte, por
la magnífica localización estratégica de que disfruta al asentarse en un alto cerro desde el que se controla uno de los mejores vados del río Guadiana. La inmejorable feracidad de las vegas de los ríos Ortiga y
Guadiana; el hecho de existir en ese lugar una zona vadeable para cruzar este último, así como la gran visibilidad del llamado Cerro del Castillo han favorecido que, desde la prehistoria,
este lugar haya atraído la atención de las diferentes comunidades humanas que por él han pasado. Las primeras ocupaciones de este enclave se asentaron en la
parte alta del cerro, zona desde la que han ido descendiendo progresivamente a lo largo de la historia. Son de singular interés patrimonial dentro de la delimitación del Sitio Histórico y de
su entorno los siguientes elementos: Correspondientes al Calcolítico y Edad del Bronce, se han localizado algunas evidencias arqueológicas (hogares, agujeros de postes, vertederos, etc.) que atestiguan
la existencia de ocupaciones humanas desde al menos el III milenio aC en adelante. De la Edad del Bronce, también se han localizado vestigios in situ siendo datados
algunos de ellos entorno a los siglos XIV-XIII aC. Dentro del periodo orientalizante, es muy importante destacar
los descubrimientos realizados durante la excavación de la necrópolis tartésica de Medellín. Del periodo romano destaca por su excelente grado de
conservación el teatro, así como otras estructuras monumentales, como un posible templo, un pórtico columnado, tabernas, muros de aterrazamientos, así como posibles restos del puente de ese
período. Del período tardoantiguo y medieval se han de reseñar principalmente los vestigios de época musulmana como algunos lienzos de murallas, diversas partes del
castillo, así como los aljibes y cisternas localizados en él. De época medieval cristiana destacan los inmuebles de la Iglesia
de Santa María, la Iglesia de Santiago y la Iglesia de San Martín, así como diversas reformas y ampliaciones del castillo. La época moderna de esta localidad vendrá marcada por el
acontecimiento del descubrimiento de América, en la que destacará Hernán Cortés. Los monumentos
más emblemáticos que se erigen en este periodo son la Iglesia de Santa Cecilia y el puente que en tiempos de Felipe IV (siglo XVII) se construyó sobre el río Guadiana. En época contemporánea, Medellín se verá afectado por dos
importantes conflictos bélicos: de un lado la Guerra de la Independencia, con el desarrollo de
la famosa “Batalla de Medellín”, producida el 28 de marzo de 1809, que terminó con la derrota de
las tropas españolas del General Cuesta y la destrucción de numerosos inmuebles de esta localidad; y de otro, la Guerra Civil, de la que aún se conservan parte de las trincheras
realizadas por los soldados republicanos que se fortificaron en este enclave. De lo anteriormente manifestado, se deduce que el enclave de
Medellín atesora importantes vestigios arqueológicos, inmuebles y monumentos de gran valor artístico y al mismo tiempo ha sido el escenario donde se han desarrollado numerosos y
trascendentales acontecimientos históricos que han tenido lugar en dicha población y su entorno.
Por citar solo algunos: guerras sertorianas, nacimiento de Hernán Cortés, Batalla de Medellín,
acontecimientos de la Guerra Civil, etc. Todo ello justifica que Medellín es un bien de relevancia y ha
de disponer del máximo nivel de protección que asegure su salvaguarda, por lo que el objeto del presente documento es establecer su incoación de Bien de Interés Cultural en la Categoría de
Sitio Histórico. Dicho documento refleja una reseña histórica del yacimiento, la descripción de los principales elementos patrimoniales que allí se conservan, la delimitación
del bien y del entorno, las referencias catastrales de las fincas e inmuebles que quedan dentro de la
delimitación de BIC y de su entorno, también se recoge la normativa de protección del Sitio Histórico y su entorno, en la cual se incluye la caracterización, justificación y
criterios básicos para futuras intervenciones; el Régimen de intervención; la conservación de los restos
arqueológicos que allí existen; la Administración competente en relación a la categoría
señalada; los usos permitidos en éste y su entorno; el Régimen de visitas del Bien, etc. Vista la propuesta de 4 de julio de 2013, de la Directora
General de Patrimonio Cultural de la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Extremadura, y
en virtud de las competencias en materia de Patrimonio Cultural, Histórico-Arqueológico,
Monumental, Artístico y Científico de interés para la región, recogidas en el art. 2.1.
de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, del Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, y en virtud
de las facultades conferidas por el Decreto 104/2011, de 22 de julio, por el que se regula la
estructura orgánica básica de la Administración de la Comunidad Autónoma de Extremadura y
por el Decreto 210/2011, de 5 de agosto, por el que se establece la estructura
orgánica de la Consejería de Educación Cultura y demás preceptos de general aplicación,
RESUELVO: Primero. Incoar expediente de declaración de Bien de Interés
Cultural para el Patrimonio Histórico-Artístico de Medellín (Badajoz) que se encuentra
descrito en el Anexo, en la categoría de Sitio Histórico, para el reconocimiento y protección de este
elemento del patrimonio cultural extremeño. Segundo. Continuar la tramitación del expediente, de acuerdo con
la legislación vigente. Tercero. Remítase la presente resolución al Diario Oficial de
Extremadura para su publicación y la apertura de un trámite de información pública por periodo
de un mes. Cuarto. Notifíquese a los interesados, al Ayuntamiento de
Medellín, al Registro General de Bienes de Interés Cultural del Ministerio de Educación, Cultura
y Deporte para la anotación preventiva, y publíquese en el Boletín Oficial del Estado. Mérida, a 24 de julio de 2013. La Consejera de Educación y Cultura, TRINIDAD NOGALES BASARRATE
A N E X O 1. Evolución diacrónica del sitio histórico y conjunto
arqueológico de Medellín. El municipio de Medellín es una de las poblaciones con mayor
renombre, arraigo y trascendencia histórica de Extremadura. Ésta viene marcada en gran parte, por
la magnífica localización estratégica de que disfruta al asentarse en un alto
cerro desde el que se controla uno de los mejores vados del río Guadiana. La inmejorable feracidad de las vegas de los ríos Ortiga y
Guadiana; el hecho de existir en ese lugar una zona vadeable para cruzar este último, así como
la gran visibilidad del llamado Cerro del Castillo han favorecido que, desde la
prehistoria hasta la actualidad, este lugar haya atraído la atención de las diferentes comunidades
humanas que por él han pasado. Se explica a continuación la importancia histórica de Medellín
mediante una breve descripción de los vestigios arqueológicos y hechos históricos que de cada
época se han documentado en dicha localidad. 1.1. Calcolítico y Edad del Bronce. Durante el seguimiento arqueológico de las obras de adecuación
del Parque Arqueológico de Medellín, realizadas en los años 2007 y 2008, se
descubrió un lugar en la ladera oeste del Cerro del Castillo, en el que existía
estratigrafía “in situ” de época prehistórica. Se realizó un sondeo arqueológico que
permitió documentar ocupaciones humanas anteriores a las que se conocían hasta la
fecha en Medellín. Concretamente, materiales cerámicos de Época Calcolítica (formas
abiertas de borde engrosado típicas del III Milenio aC) y, sobre todo, los
importantes niveles de ocupación del Bronce Final, que han aportado restos de 3 hogares (dos de
ellos superpuestos), que testimonian la permanencia de la ocupación de este momento.
Las dataciones radiométricas realizadas determinan que las
ocupaciones más antiguas se inician ya en los siglos XIV-XIII aC. En dichas obras de adecuación se hallaron, además, otros
fragmentos cerámicos removidos, adscribibles al Bronce Pleno, I Edad del Hierro, II Edad del
Hierro, y Época Orientalizante, por lo que se podría decir que la ocupación
humana del Cerro del Castillo de Medellín ha sido continua desde, al menos, la Edad
del Bronce, hasta la actualidad. 1.2. Periodo Prerromano. Sobre el origen indígena de Medellín, Schulten señaló en su día
un posible origen tartésico, aunque será Martín Almagro Gorbea, con las primeras
campañas arqueológicas sistemáticas realizadas en el Cerro del Castillo y su entorno,
quien marque las primeras bases de la ocupación prerromana de este
yacimiento. Así, establece varios periodos: — Medellín I (800-650 aC). Bronce Final-Orientalizante Antiguo. — Medellín II (650-600 aC). Orientalizante Pleno.
— Medellín III (600-500 aC). Orientalizante Tardío. — Medellín IIIC (500-450 aC). Post-Orientalizante. — Medellín IV (450-79 aC). Cultura de los Oppida.
A) Época Orientalizante. El descubrimiento más significativo para este periodo es sin
duda la “Necrópolis de El Pozo”. En este enclave se han realizado varias intervenciones
arqueológicas, las primeras en 1969 y 1970, a las que sucedieron las acometidas en 1982,
1984-1985 y 1986 todas ellas dirigidas por el Prof. M. Almagro Gorbea. En su localización se hallaron, entre otros vasos, el
significado Kylix ático, ampliamente recogido en su literatura científica. Durante las diferentes campañas de excavación se han documentado
en esta necrópolis unas doscientas tumbas, si bien, a juzgar por la extensión del
área funeraria y densidad de los restos, la Necrópolis de “El Pozo” podría haber
albergado unas dos mil tumbas. En la necrópolis se distinguen dos tipos de sepulturas: las
urnas en hoyos y los busta. Para todas ellas el rito funerario utilizado fue la cremación de
cadáveres. En la necrópolis se han documentado, además varios depósitos de
ofrendas íntimamente relacionados con los ritos funerarios que acompañan los
enterramientos. M. Almagro ha podido establecer una periodización de la
necrópolis a partir de los restos materiales y la caracterización de las estructuras funerarias
documentadas. Una primera fase se desarrollaría entre la segunda mitad del siglo
VIII aC, y la última entre el 500 aC y el 475 aC. Este investigador también documentó en el Cerro del Castillo
estructuras y fragmentos de cerámicas de retícula bruñida y de tipo Carambolo en niveles
revueltos de la excavación del teatro de 1969-70, así como cazuelas tartésicas en el área
de Porta Caeli, que han ayudado al Prof. M. Almagro a identificar el hábitat
orientalizante en esta zona y establecer la secuencia cronológica ya citada sobre este
período. A grandes rasgos esta se conformaría por una primera fase,
Orientalizante Antiguo (inicios del siglo VII aC), es la época más antigua del poblado, definida
por cerámicas Tipo Carambolo y de retícula bruñida. La segunda fase, Orientalizante
Pleno (1/2 del S. VII a.C. finales del S VI aC), se encuentra caracterizada por la
presencia de cerámicas Tipo Medellín. La tercera fase, Orientalizante Tardío (600 aC S V aC),
identificada con la presencia de restos de adobe cocido que se atribuyen con restos de la muralla o de
viviendas. B) Cultura de los Oppida. El desarrollo de esa población prerromana se encontraría ligado
tanto a las óptimas condiciones agrícolas que ofrecerían las fértiles Vegas del
Guadiana, como también al control de la ruta de comercio de metales, especialmente oro y
estaño, que existiría entre la zona tartésica y la turdetana.
Para Almagro, el Medellín prerromano debió de constituir uno de
los oppida más importantes del suroeste de la Península Ibérica, con un núcleo de población
que ocuparía unas 13 Ha. Los resultados obtenidos durante los sucesivos
cortes estratigráficos realizados en la zona indicaban la existencia de un poblamiento
centrado en el Cerro del Castillo. Así se pudo observar en las catas realizadas en la
ladera norte de este cerro, que permitieron identificar con cierta exactitud parte del
trazado de la muralla prerromana y la existencia de un basurero fuera de la cinta defensiva. En
la zona alta de este cerro, y a tenor de los materiales recogidos en las catas
del castillo, se piensa que esta zona estuvo ocupada por alguna estructura de prestigio, una
regia o bien un santuario de tipo urbano La hipótesis sobre la existencia de ese importante núcleo de
población tartésico se ha ido corroborando en las excavaciones desarrolladas en estos últimos
años como demuestran los restos cerámicos y estructuras arqueológicas que de este
periodo se han documentado en el Cerro del Castillo, calle Palacios, plaza de Hernán Cortés
y otros lugares. Además de lo anterior, conviene destacar y valorar la existencia
de una red radial de caminos que evidenciaría, una chora orientalizante perfectamente
conservada. El profesor Martín Almagro relaciona los restos arqueológicos
hallados tanto en la necrópolis como en los sondeos realizados en el Cerro del Castillo, con
parte del oppidum prerromano de Conisturgis, que era la capital de los conios, uno
de los principales pueblos del mundo tartésico. 1.3. Periodo Romano. Tradicionalmente se ha atribuido la fundación de Metellinum
(también llamada Castra Metellina, Metelion y Colonia Metellinensis), al general Quinto
Cecilio Metelo Pio, quien fue enviado por Sila, a la Ulterior, en el año 79 aC, en
calidad de procónsul, para sofocar la rebelión del general Sertorio. Según parece,
Metelo ubicó en la margen izquierda del rio Anas un campamento militar en el marco de esas
guerras civiles, del cual se piensa que proviene la denominación del actual
Medellín. Poco se sabe de la urbe romana de Metellinum, la cual aparece
escasamente citada en las fuentes grecolatinas. Plinio es uno de los que primero la
menciona, quien indica que era una de las cinco colonias que existían en la Provincia
Hispana Ulterior Lusitania a mediados del siglo I dC. También Claudio Ptolomeo la
cita como ciudad vetona y la sitúa en un mapa cartográfico de la Hispania del
siglo II dC. A posteriori, también será recogida en varios de los itinerarios romanos de
Hispania. La mayoría del conocimiento que actualmente tenemos de este
periodo se deriva de los restos arqueológicos romanos que aún se conservan en este
lugar. Destaca el estudio que realizó la historiadora medellinense Dña. Salvadora Haba
Quirós, quien en su tesis “Medellín Romano. La colonia medellinensis y su
territorio”, sintetiza toda la información que de época romana se conocía hasta ese momento. Su
estudio se basaba en el análisis de la información que aportan las fuentes
clásicas, en el conocimiento del período prerromano, en los estudios epigráficos,
numismáticos, así como en los estudios realizados sobre los restos arqueológicos
conservados en dicho municipio.
Entre los más estudiados habría que destacar monumentos tan
emblemáticos como el teatro, sin duda edificio-guía de la ciudad, los restos del
puente sobre el río Guadiana, la necrópolis altoimperial de “El Pradillo”, además de
otros restos hallados en sus cercanías como la villa de “Las Galapagueras”. Respecto a los límites del conjunto urbano de la ciudad romana,
estos según la documentación histórica que existe, vendrían definidos por la muralla romana,
cuyo trazado hipotético ha sido descrito por Rodríguez Gordillo
(1916). Según este autor, la muralla romana “arrancaba del castillo de oriente a
occidente, bajaba a la Puerta Caeli y en dirección oeste, por detrás del Convento de las
Concepcionistas, por las calles Villavieja y Tena llega hasta la Puerta de la Villa
formada por dos torreones con un arco. De esos dos torreones sólo subsiste uno donde en su
parte inferior se ha dispuesto una hornacina de la Virgen de la Victoria. En su
parte superior se colocó la antigua campana del reloj, lo que le da la denominación de la
Torre del Reloj. Desde aquí se dirigía a la calle de los Alcaldes Buenos, de los
Oros y del Coso en cuyo final se sitúa la Puerta de Santiago. Después, por detrás del
Palacio de los Condes de las Atalayas y de la Iglesia de Santiago, subía hasta el
Castillo, encerrando así en su recinto el teatro. Frente a esta descripción, Salvadora Haba indicaba que los
restos que tradicionalmente han sido identificados con la muralla romana, son los que se
localizan en la parte noroccidental del cerro, describiéndolos: “… se trata de
un potente muro de unos 11 mts. de longitud, de 1,5 mts. de ancho, con perfecta
estructura realizada con dos paramentos exteriores de opus incertum, rellenos con
argamasa de opus caementicium y sin materiales reaprovechados, es decir, con fábrica
absolutamente similar a la hallada en el interior de la alcazaba de Mérida. Corre en
dirección nortesur, y se pierde al llegar al actual camino de subida al castillo
desde la Iglesia de San Martín. Va por una zona alta y accidentada, y se adapta a esa
topografía, siendo evidente que va asentado en la roca. En el lado norte, el muro termina o
remata en su ensanchamiento cuadrangular, a modo de bastión. Es aquí
justamente donde el muro de tapial árabe conecta con él y desciende en dirección
este-oeste”. Los datos antes citados sobre el trazado de la muralla romana,
están siendo actualmente revisados, ya que las últimas intervenciones arqueológicas
desarrolladas han demostrado que algunos de ellos no se ajustan a la realidad. El monumento mejor conservado y documentado de la época romana
de Medellín es en la actualidad, su teatro romano. La documentación de este
monumento se inició en 1969 y 1970, gracias a las dos campañas de excavaciones
desarrolladas por D. Mariano del Amo y de la Hera. Esas primeras excavaciones
permitieron conocer parcialmente de la estructura del mismo: parte del muro perimetral del
graderío, la cripta, los dos accesos a las gradas (vomitoria), una de las puertas de
acceso lateral, parte de la estructura de los dos grandes accesos laterales (aditus
maximus) y parte del muro del frente de escena (scaenae frons). Tras años de olvido en los que únicamente se desarrolló una
restauración de los restos exhumados por Del Amo, será ya en el año 2007 cuando se retomen
los trabajos de excavación de este teatro, dentro de las intervenciones del
proyecto “Adecuación del Parque Arqueológico de Medellín” que dirigía el
arqueólogo Santiago Guerra Millán en el programa “Patrimonio Crea Empleo” TECO de
Medellín. Es necesario mencionar, en este sentido, que además del teatro
recuperado en estos últimos años, las excavaciones ha permitido poner al descubierto
otros importantes vestigios de época romana, como parte de una vía empedrada y su
correspondiente cloaca, restos de dos posibles tabernae, un monumental pórtico columnado, así como la pared norte y parte de las fachadas este
y oeste del posible templo romano que se localiza bajo la Iglesia de Santiago y que
ya en 2003, documentó la arqueóloga Dña. Ana Bejarano, en la excavación que desarrolló
en el interior de esa iglesia. Otras estructuras romanas que conviene señalar son aquellas que
se observan en distintos puntos del Cerro del Castillo, destacando las
siguientes: — Estructuras murarias de opus caementicium de Portacaeli. — Estructuras de opus caementicium al suroeste del actual
depósito de agua potable municipal. — Muros de opus incertum y opus quadratum localizados al sur de
la Iglesia de Santiago. — Estructura monumental de opus caementicium que existe al oeste
de la Iglesia de Santiago. 1.4. Período tardoantiguo y medieval. Época visigoda Parece que en esta época Medellín sufre una etapa de retroceso,
dados los pocos restos descubiertos, entre los que habría que destacar los
hallazgos aislados de las lápidas funerarias encontradas en las proximidades de la
ciudad, o el destacado ajuar áureo hallado en la zona de “El Turuñuelo”, el cual fue
fechado en torno al siglo VI dC. Época musulmana. Los primeros testimonios históricos que se conocen sobre
Medellín datan del año 825-912, en el que el geógrafo árabe Ibn Jurdadbih narra la
revuelta bereber del 768. Posteriormente, ya en el S. X dC, se la cita con su nombre
arabizado “Madallín”. Entre los siglos X-XI dC, se alude a la presencia de bereberes
en Medellín, destacándose su condición de plaza fortificada (hisn) y su dependencia
administrativa de Mérida. Entre las evidencias más significativas de este período cabe
destacar diversas partes del castillo, los aljibes y cisternas localizados en él, así
como las importantes ocupaciones que de esos períodos se han documentado durante las recientes
excavaciones del teatro romano. Época medieval cristiana.
Arranca, según las fuentes históricas, con la conquista en 1234
de la fortaleza de Medellín, por el rey Fernando III, quien la incorporará
definitivamente junto con Magacela, a la Corona de Castilla. Años más tarde y tras
diversos avatares políticos, el señorío de Medellín pasa a manos de Don Juan Pacheco,
influyente político que casaría a su hija Dña. Beatriz Pacheco, con D. Rodrigo
Portocarrero, quien ya contaba en 1445 con el título de “I Conde de Medellín”. Las construcciones más significativas que podemos señalar de
esta época en Medellín son la Iglesia de Santa María, la Iglesia de Santiago y la
Iglesia de San Martín, así como diversas reformas y ampliaciones del castillo. Las
recientes intervenciones arqueológicas han permitido documentar importantes vestigios de ese momento
como por ejemplo, la existencia de una necrópolis cristiana que rodea
a la citada Iglesia de Santiago. 1.5. Período moderno y contemporáneo. Edad Moderna. Comienza en Medellín con la pugna política surgida entre Dña.
Beatriz Pacheco y su hijo D. Juan Portocarrero, sobre quién debía ostentar el condado
de Medellín. Esta disputa terminará en el año 1476, por mediación de los Reyes
Católicos, quienes decidieron que el poseedor del condado debía ser D. Juan Portocarrrero. La época moderna de esta localidad vendrá marcada por el
acontecimiento del descubrimiento de América. Consecuencia de ello será el importante número de
medellinenses que participarán en la empresa de Indias. Entre todos ellos
destacará el ilustre Hernán Cortés, quien según las fuentes fue bautizado en
la Iglesia de San Martín de Medellín. Cortés se convertiría en el conquistador del
imperio azteca (actual centro de México) y I Marqués del Valle de Oaxaca, gobernador y
capitán general de la Nueva España. Los monumentos más emblemáticos que se erigen en este periodo
son la Iglesia de Santa Cecilia y el puente que en tiempos de Felipe IV (siglo
XVII) se construyó sobre el río Guadiana. Época Contemporánea Medellín se verá afectado en este periodo por dos conflictos
bélicos: la Guerra de la Independencia y la Guerra Civil. En lo que se refiere a la Guerra de la Independencia, es muy
importante el episodio histórico de la famosa “Batalla de Medellín”, producida el 28 de
marzo de 1809. El origen de dicha batalla se sitúa en la pérdida de Almaraz por
las tropas francesas en enero de 1809, que pasó a manos españolas. Tras esta derrota
José Bonaparte ordenó al Mariscal Víctor que marchara contra el General Cuesta. La
batalla se desarrolló en el espacio comprendido entre Medellín, Mengabril, Don Benito
y el río Guadiana, el 28 de marzo de 1809, y terminó con la derrota de
las tropas españolas del General Cuesta, produciéndose varios miles de muertos entre
las bajas de ambos ejércitos, así como la destrucción de numerosos inmuebles
de esta localidad.
En lo que se refiere a la Guerra Civil, es un hecho conocido que
en el verano de 1936 los soldados republicanos vuelan una parte del puente moderno
sobre el río Guadiana, para impedir el avance de las tropas franquistas,
produciendo con ello que la línea del frente se detuviera en este punto, convirtiéndose
en una de las cabezas de resistencia republicana de la llamada “Bolsa de La Serena”
hasta la caída de la población de Medellín en el verano de 1938, conservándose aún
trincheras y nidos de ametralladoras en el Cerro del Castillo, en el Cerro Remondo
y en la Sierra del Pirulito. Aparte de los destrozos citados del puente, también se
producirán otros muchos, entre los que se podría destacar la demolición del campanario
existente en una de las torres del castillo, así como cuantiosos destrozos en las
iglesias (destrucción del arte mueble religioso) y en muchas de las casas del
municipio, quedando algunas de ellas totalmente en ruinas. De hecho, Medellín fue incluida
en el listado de poblaciones adscritas al Departamento de Regiones Devastadas
creado por Franco. En cuanto al punto de vista constructivo de esta época
contemporánea, podríamos destacar la reforma urbanística realizada, en el último tercio
del siglo XIX, para la construcción de la Plaza de Hernán Cortés, En ella se suprimió
la manzana de casas existente entre la Calle Jariegos y la Calle Feria y en ese
espacio se construyó una plaza en la que en 1890 se erigió una estatua de bronce de
Hernán Cortés, como monumento dedicado a glorificar la figura del insigne
conquistador extremeño. También es conveniente reseñar los cambios que se producen,
durante la segunda mitad del siglo XX, en el paisaje circundante de Medellín, a
consecuencia de las nivelaciones de terrenos desarrolladas dentro del llamado “Plan Badajoz” que
transformó en regadío gran parte de las llamadas Vegas Altas del Guadiana. 2. Listado y descripción de elementos inmuebles con valor
patrimonial incluidos en la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de sitio
histórico. Hay que destacar, que aparte del magnífico conjunto patrimonial
que ahora vamos a describir existen en Medellín otros yacimientos arqueológicos, inmuebles
inventariados y elementos histórico-artísticos que aunque no se reflejan en este documento
son de gran importancia por lo que también son protegidos por la actual normativa
patrimonial vigente. Dicho lo anterior, destacaríamos los siguientes elementos: 1. Castillo medieval. 2. Iglesia de Santa María del Castillo. 3. Teatro romano. 4. Muralla de Tapial Este. 5. Iglesia de Santiago. 6. Estructuras romanas monumentales 7. Iglesia de San Martín. 8. Muralla Romana Oeste.
9. Muralla de Tapial Oeste. 10. Porta Caeli. 11. Puente de Felipe IV. 12. Puente romano. 13. Molino hidráulico y estructuras relacionadas. 14. Muralla prerromana. 15. Trinchera de la Guerra Civil. 16. Poblado Orientalizante. 17. Puerta de las Atalayas. 18. Torre del Reloj. 19. Plaza de Hernán Cortés. 20. Iglesia de Santa Cecilia. 21. Convento de las Concepcionistas y Hospital. 22. Convento de San Agustín. 23. Convento de San Francisco. 24. Necrópolis Orientalizante.
2.1. Castillo medieval. La fabulosa fortaleza que ocupa la cima del Cerro de Medellín es
el resultado de los continuos añadidos y reformas constructivas que se han ido
realizando a lo largo de la historia, motivados en su mayoría, por acrecentar el carácter
defensivo de tan estratégico asentamiento. En cuanto al inicio de su construcción, hay que tener en cuenta
lo que recogen las fuentes escritas musulmanas. Así, conviene indicar que ya en el
siglo X, Al-Bakrí habla de un castillo en este emplazamiento, encuadrado en la kura de
Mérida. Tras la reconquista, se sabe que dicho castillo sufrió
importantes modificaciones estructurales, destacando sobre todas ellas la destrucción que hiciera en 1354,
Pedro I de Castilla, siendo reedificado posteriormente en 1373 por el
infante Don Sancho de Castilla, entonces Señor de Medellín. Es por ello, que será
en el siglo XIV cuando se construya la mayor parte de esta fortaleza, sin olvidar las
substanciales reformas que se añadan en los siglos XV y XVI. La planta del edificio es poligonal, tendente a una figura
oblonga, caracterizada por un muro central que compartimenta el espacio en dos plazas o
patios interiores y una barbacana exterior que presenta unos alzados de menor altura. La barbacana
conserva dos puertas, una situada en el centro del flanco
septentrional, más antigua, y otra emplazada en el lado sur más moderna, construida o
reformada en el siglo XVI. La fábrica de esta fortaleza es algo heterogénea, ya que refleja
las diversas técnicas constructivas desarrolladas a lo largo de las distintas etapas
históricas, pero, como norma general, se puede decir que se basa en la combinación de
la mampostería, el sillarejo y la sillería en torres y recercos de vanos. La entrada principal al castillo se localiza en el lado
meridional, desde donde se domina la población actual de Medellín. En la fachada occidental se
abre una puerta que posiblemente sea la puerta principal de acceso al interior de la
fortaleza, ya que se encuentra encuadrada por un alfiz, es de arco apuntado, y sobre ella se
hallaban dos escudos heráldicos de mármol representativos de la familia Portocarrero.
Existe asimismo otra puerta de menores proporciones en el lado sur, la cual está
alineada con la calzada que llega desde el exterior a través de la puerta meridional de
la barbacana. Otro vano a considerar es el denominado “El Postigo”, que aparece en
el lado de levante y que, tradicionalmente, ha sido considerado como una posible
puerta de escape. El muro o lienzo transversal que sirve de compartimentación
interior termina en dos torres cuadrangulares, una en el extremo norte y otra en el sur.
Esta última presenta una compartimentación interior compuesta por tres plantas y
terraza, tiene un marcado carácter defensivo, como se observa en el balcón con matacán
semicircular que defiende la puerta del recinto situada justo debajo, por el cual
se la viene identificando como torre del homenaje. En la planta baja de la torre norte existe una cisterna de
reducidas dimensiones cuyos paramentos están cubiertos de almagra, aunque se piensa que
también pudo ser utilizada como mazmorra o prisión. En el cuerpo principal de la fortificación existen además cuatro
cubos semicilíndricos, una torre cilíndrica en el ángulo de levante, y una gran torre
circular en la esquina de poniente. En el patio oriental destaca el interesante aljibe musulmán,
situado junto a la torre del homenaje. Presenta planta rectangular de 6,15 x 4,50 metros,
constituido por dos naves cubiertas con bóveda de medio cañón, de ladrillo
separado por un par de arcos túmidos que apoyan en el centro sobre una columna
cilíndrica monolítica con capitel troncopiramidal invertido. Toda esta obra está realizada
en ladrillo revocado con estuco y cubierto de almagra. La tipología constructiva es
propia del arte musulmán y debe de pertenecer al periodo de dominación almohade. Otros elementos singulares del patio oriental son los nidos de
ametralladoras del siglo XX que aún se conservan en la pared norte de dicho patio, así
como el túnel subterráneo que se abre al exterior, en la ladera norte. Con respecto al patio occidental hay que decir que, junto a la
torre septentrional, existe una gran alberca ahondada en el suelo, de planta
rectangular, que debió de utilizarse como depósito supletorio de agua para uso y servicio del castillo.
En este patio occidental existe otro aljibe apenas conocido, ya
que se localiza debajo de la Iglesia de Santa María del Castillo y, hasta el año 2007,
estaba totalmente colmatado de basuras y tierras. Éste presenta una planta de
tendencia rectangular con unas dimensiones de 9,16 X 2,63 metros y 4,25 metros de
altura. La cubierta es una bóveda de cañón realizada con ladrillos macizos trabados
con argamasa de cal y arena. En dicha cubierta hay cinco entradas de recogida de
agua, siendo cuatro de ellas de menor tamaño, y una de mayor tamaño, situada en el
extremo este, que corresponde a la boca de uso principal de dicho aljibe. Sus
paredes están recubiertas con una primera capa de un enlucido blanco con marcas impresas,
las cuales servirían para que se fijara mejor la capa final de almagra. El
suelo está realizado con ladrillos rectangulares macizos, presentando un orificio
circular en su lado oeste, que debía de funcionar como desagüe. 2.2. La Iglesia de Santa
María del Castillo. La Iglesia de Santa María del Castillo está situada en el centro
del patio occidental del castillo medieval. Dicho edificio se piensa que se construyó
en el siglo XIII por los cristianos que conquistaron el Cerro de Medellín. Se tiene
constancia de que se abandonó en el año 1836, debido por un lado a las destrucciones
sufridas por la Guerra de la Independencia y, por otro, a los destrozos que
produjeron la compañía de soldados llamados “Los Nacionales” que estuvo acampada en
dicho castillo entre 1834 y 1836. Ese proceso de ruina se completó con los bombardeos
sufridos durante la contienda bélica de la Guerra Civil (1936-1939). Será en el
año 2007 cuando se desescombre y se consolide lo que aún se conserva de este
edificio, comprobándose la existencia de, al menos tres grandes reformas en el mismo. A
grandes rasgos, se podría decir que presenta planta rectangular, sobreelevada
con respecto a la actual cota de suelo del castillo, ya que fue construida sobre el
aljibe antes mencionado; tiene coro a los pies (oeste); altar elevado en su parte este; y
se le adosa la Casa del Cura por el lado exterior de la fachada este del
edificio. En la Casa del Cura se ha podido documentar parte de la cocina,
compuesta por una chimenea, banco corrido, poyete o mesa, hornacina y restos de la
bóveda de crucería, así como otro espacio posiblemente destinado a dormitorio. Con respecto a la iglesia, hay que destacar que conocemos a
través de fuentes escritas que este edificio tenía en el altar mayor un bonito camarín, con
todo el piso de azulejos y las paredes pintadas al óleo y, en su centro, las
cuatro mujeres fuertes del Evangelio: Esther, Judith, Ruth y Abigail. Ocupando el
centro de dicho camarín, la imagen de Nuestra Señora del Castillo. Existían además dos
altares colaterales y estaba cubierta por bóvedas. La fábrica de sus muros muestra diversas técnicas constructivas
reflejo de las reformas sufridas a lo largo del tiempo, destacando la mampostería de la
parte central de su pared sur y los tapiales con verdugadas de ladrillos, que
aún se conservan tanto en la pared sur, como en la oeste y norte de este
edificio. Un elemento singular de este inmueble son los restos de los dos
muros paralelos que se adosan exteriormente tanto a su pared septentrional como
meridional, con pendiente hacia el este, que funcionarían para recoger el agua de
lluvia del tejado de la iglesia hasta el aljibe subterráneo que se localiza debajo de la
misma. 2.3. Teatro romano. El teatro romano de Medellín está situado en la ladera
meridional del cerro, concretamente entre el castillo medieval y la Iglesia de Santiago. Dicho
emplazamiento parece justificarse por dos aspectos: por un lado, porque el aprovechar
la pendiente natural del cerro facilitaba en gran medida los trabajos de
construcción del graderío; y de otro, porque los materiales rocosos (granito, cuarcita,
etc.) extraídos para cimentar este edificio eran idóneos para reutilizarlos como
materia prima en la construcción de los muros, gradas y demás estructuras del mismo. Una vez terminada la excavación arqueológica de este teatro, se
puede observar un edificio que consigue crear un gran efecto de monumentalidad,
tanto por su situación a mitad de la ladera del Cerro del Castillo como por el
excelente estado de conservación de las estructuras murarías de opus incertum y opus quadratum
que lo configuran, destacando principalmente el elevado número de sillares (casi
800) que se conservan de las gradas originales, la decoración marmórea,
pictórica y escultórica documentada o la gran cantidad de piezas recuperadas de la
columnatio del frente escénico. Todo ello lo convierte en un referente científico y
turístico de primer orden. Se detallan a continuación las partes principales que componen
este edificio público romano: Descripción de las partes del Teatro: 1. Scaenae frons (Frente escénico): Muro que conformaba la
fachada interior del teatro. Presenta tres puertas, una principal en el centro (valva
regiae) y dos secundarias en los laterales (valvae hospitalium). La parte inferior de su
cara interior estaba decorada con pinturas, disponiéndose por encima del
pódium 2 órdenes de columnas de granito revestidas de estuco y un magnífico
conjunto escultórico en mármol. En las recientes restauraciones se ha
reconstruido una pequeña parte del mismo y en ella se han dispuesto algunas
réplicas de sus columnas originales. 2. Scaena (Escena): Parte del teatro destinada a la realización
de las representaciones teatrales. De su estructura original se conserva el umbral de la
entrada occidental, así como diferentes elementos en su hyposcaenium,
como lo son las fosas excavadas en la roca para alojar parte de la maquinaria
del aulaeum (telón que se bajaba al iniciar las representaciones) o las dos filas
paralelas de bloques de granito utilizados para la sustentación del escenario. En las
obras de restauración se ha reconstruido el entarimado de madera de dicha
escena. 3. Frons pulpiti: Muro de poca altura que separa la zona de la
orchestra de la escena. Está construido con sillares de granito, conservándose gran
parte del mismo en su estado original. El lado norte de dicho muro, que se ve
desde el graderío, está conformado por exedras semicirculares y rectangulares, las
cuales estuvieron revestidas por placas y molduras de mármol que, junto
a las esculturas de los dos silenos allí descubiertas, darían una gran
magnificencia y vistosidad a esta parte del edificio. En su restauración se ha reintegrado
alguna pieza original de su estructura y también se han dispuesto
réplicas de las estatuas de los silenos allí localizados. 4. Parascenium: Estancia lateral desde la que se podía acceder a
la escena. 5. Itinera: Pasillos que servían de acceso a la zona de la
orchestra, en los que aún se conservan gran parte de su enlosado marmóreo original. Bajo
ellos discurre el canal que servía para evacuar el agua pluvial que caía dentro
del teatro. 6. Orchestra: Espacio semicircular situado entre la escena y la
cavea dónde se situaba el coro. Destaca la buena conservación que presenta su suelo el
cual está conformado por una combinación marmórea realizada mediante
placas cuadradas de 0,57 x 0,57 m, enmarcadas por listeles rectangulares también
de mármol. 7. Proedria: Está configurada por tres gradas de menor altura
que las del resto del graderío, en las que se conservan unos 66 sillares, en los que
aún se observan las líneas de orificios y restos de argamasa de cal que
servirían para recibir las placas de mármol que forrarían dichas gradas. En ellas se
sentaban las personalidades de mayor rango (magistrados). En la zona de contacto con el
pasillo o praecinctio se conserva un rebaje destinado a alojar el pretil
de mármol (balteus) que separaba esta zona de la cavea, cuyos extremos remataban con
estatuas de esfinges. En la restauración se ha reintegrado parte del
balteus de mármol original y se han colocado réplicas de las esfinges que
lo remataban. 8. Sacrarium: Reforma constructiva tardía que desmonta parte de
la zona central de las tres gradas inferiores y mediante la utilización de 10
sillares de grandes dimensiones colocados en vertical, crea una estructura de planta
cuadrangular abierta hacia la orchestra, que posiblemente funcionara como una
especie de santuario. Las semejanzas que guarda con el del Teatro Romano de
Mérida anima a pensar que, quizás, en él se colocasen estatuas relacionadas
con el culto imperial. 9. Ima cavea: Parte inferior del graderío en la que entre otros
se sentaban los caballeros (equites). Conserva de forma parcial 8 de sus gradas originales,
contabilizándose un total de 327 sillares, incluyendo aquellos que conforman el
reposapiés o balteus, a partir del cual arranca la praecinctio o pasillo
inferior que separa la ima cavea de la proedria, el cual aún conserva 36 de
sus sillares originales. 10. Media cavea: Zona en la que se sentaban los ciudadanos
libres, que empieza a partir del pasillo de distribución que limita la parte superior
de la ima cavea. Conserva parcialmente 8 de las filas de gradas que la
configuraban, en las que aún se pueden contemplar 294 sillares, contando con un
reposapiés o balteus más estrecho, que separa, junto con el pasillo (praecinctio) la
media cavea de la ima. Este pasillo conserva 51 sillares, presentando un fondo
ligeramente mayor que el que tienen las hiladas de gradas.
11. Scalae: Cada una de las escaleras radiales que dividen el
graderío en varios cunei. Su misión era la de favorecer la distribución y el acceso de los
espectadores a su localidad. Aún se observan restos de 4 de ellas en la ima
cavea y 5 en la media cavea. 12. Ambulacrum o crypta: Corredor construido mediante una
galería con bóveda de ladrillos que facilitaba el acceso a la parte superior de la
media cavea. Lo que mejor se conserva es el muro externo del mismo que servía como
muro perimetral del graderío y en el que aún se reconocen 4 vanos rematados con
sillares de granito. En la actualidad se ha recuperado su nivel de uso
mediante la instalación de una pasarela de madera. 13. Summa cavea: Parte más alta de la cavea, en la que según los
estudios se sentarían entre otros, los esclavos y las mujeres. Se conserva en un
estado bastante destruido, sin embargo, aún se reconoce parte del muro exterior
que cerraba la parte más alta de este espacio. 14. Aditus maximus: Galerías laterales de 2,40 m de anchura y
bóveda de ladrillos en esviaje, que servía de acceso a la zona de la orchestra.
Están cubiertas por bóvedas de ladrillo en esviaje. El del lado oriental está
bastante destruido, habiendo desaparecido parte de las paredes y de su bóveda. En cambio, el
del lado oeste se conserva en bastante buen estado, gracias a las tareas
de izado y consolidación estructural que se han llevado a cabo en las
recientes obras. Sobre éste aún puede observarse parte del escalonamiento del palco o
tribunalia que se situaba sobre la bóveda del mismo. 15. Versurae: Ala lateral del edificio escénico que serviría
como vestíbulo de recepción y distribución de los espectadores. 16. Postscaenium: Fachada trasera o posterior del frente
escénico. En la que se efectuó una importante reforma de cara a monumentalizarla. Ésta
consistió en la construcción de una serie de pilastras estucadas y peanas para
colocar estatuas, que se adosaron a la cara sur del muro del frente escénico,
amortizando con ello, parte de la antigua calzada empedrada. Bajo dicha calzada
discurre una cloaca abovedada que debía recoger el agua de esa zona de la
ciudad romana. Exteriores del teatro. Las excavaciones que se vienen realizando en la zona del teatro
han sacado a la luz parte del urbanismo de la ciudad romana de Metellinum, el cual
parece estar basado en un complejo sistema de aterrazamientos de la ladera del
cerro. Así se puede ver en el muro de contención que nace del lado oeste del teatro
y crece hacia el oeste del cerro, el cual serviría de contención de las rocas cortadas,
al mismo tiempo que funciona como muro norte de una serie de estancias, posibles
tabernas, configuradas por otros muros de trazado perpendicular a este. Por otra parte, podemos observar parte del trazado viario de esa
ciudad, como es la calzada empedrada, con su cloaca, que discurre por el
postscaenium de dicho teatro y parte de un gran pórtico columnado que avanzaría hacia el lado
oeste del teatro, del que aún se conservan colocados en su posición original
dos fustes de columna de granito. 2.4. La Muralla de Tapial Este. Lienzo de muralla con orientación noroeste-sureste que se sitúa
en la ladera sur del Cerro del Castillo, el cual se adosa al extremo sureste del muro
perimetral del teatro. Está construida a base de un zócalo de mampostería de piedra
trabada con tierra, con una altura máxima de 2,30 metros, y por encima de éste,
alzados de tapial en los que se aprecian algunas improntas de las maderas de los
encofrados con los que se hizo. Conserva actualmente unas dimensiones aproximadas de 55
m de longitud, 1,90 m de ancho y 5 m de alto. La técnica constructiva empleada es parecida a la desarrollada
en época almohade y a la que presenta la Muralla de Tapial Oeste, atribuyéndosele
un origen almohade, aunque posiblemente sea más tardía, de época cristiana.
2.5. Iglesia de Santiago. La Iglesia parroquial de Santiago ha tenido una notable
importancia a lo largo de la historia, habiendo sido iglesia archipresbiterial, cabeza de uno
de los partidos en que se dividió la diócesis de Plasencia. El edificio actual es resultado de dos momentos constructivos:
uno inicial, realizado en el segundo tercio del siglo XIII a raíz de la reconquista
cristiana de Medellín y otro del siglo XVII. El primer edificio es de estilo protogótico, presenta un bello
presbiterio de planta semicircular, realizado en sillería bien escuadrada, lisa interiormente y
animada al exterior con unas finas semicolumnas adosadas que coinciden con los
nervios que refuerzan la bóveda de cuarto de esfera con que se cubre el ábside. Existe
una ventana en dicho ábside, que realmente es un nicho practicado en la
pared, quizás a manera de santuario, que en el exterior se ilumina con una pequeña
abertura tetralobulada. La nave única tenía cuatro tramos rectangulares, en disposición
transversal y separada por arcos diafragmas apuntados, sobre los cuales habría una
armadura de madera y el tejado. A principios del siglo XVI se haría la portada meridional
organizada sobriamente con arquivoltas de medio punto, trazándose la exterior con ligera
inflexión conopial. En el siglo XVII se lleva a cabo una importante reforma de este
edificio. Así, se cubrió la nave según solución barroca, con arcos fajones de medio punto
en ladrillo, y bóvedas de medio cañón con lunetos, colocadas éstas por debajo
de los arcos góticos precedentes, los cuales seguían manteniendo el tejado. A esta misma reforma corresponde el coro alto, situado a los
pies del edificio, con bóveda de cañón y lunetos en el sotocoro y la inscripción
realizada en 1622 en la portada meridional antes citada.
Más tardía es la construcción de la torre situada en la esquina
suroeste del edificio, la cual, según se menciona en una inscripción, fue terminada de
construir en 1699. Maciza en sus cuerpos inferiores y separados por sencillas
impostas, se accedía a su interior a partir del coro. Solamente tiene los vanos de las
campanas y se remata en una pirámide de ladrillo. El templo presentaba en su interior un bello retablo mayor de
tendencia plateresca fechable en torno a los años 1550-1560, el cual fue trasladado a
la Iglesia de San Martín, donde fue destruido. Esta iglesia sufrió varios desperfectos a lo largo del tiempo,
siendo los más notables los de la Guerra de la Independencia, que derivaron en que se
suprimiera como parroquia en 1896 agravándose a partir de entonces su estado de ruina. A
ellos vienen a añadirse los desperfectos ocasionados por la Guerra Civil y
otros que se han producido durante el siglo XX, hasta que la Junta de Extremadura
decidió recuperar este importante edificio, realizando su restauración y dedicando
dicho edificio a Centro de Interpretación de Medellín en el año 2003. 2.6. Estructuras romanas monumentales. Conjunto de estructuras romanas de carácter monumental
localizadas al sur y oeste de la Iglesia de Santiago. Aunque ambas parecen guardar relación
entre ellas en cuanto a su localización espacial, no se han estudiado en
profundidad y por lo tanto no se puede confirmar tal planteamiento. La estructura visible al sur de la Iglesia de Santiago parece
corresponder a un muro de aterrazamiento romano como el que arranca desde el lado oeste
del teatro hacia occidente. Está construido con opus incertum y refuerzos de
sillería, algo difícil de observar por las reformas posteriores, que enmascaran la
estructura original romana. La planta visible de éstas está formada por un monumental muro
en sentido este-oeste, del que nacen otros muros de menor porte en sentido
norte-sur rematados con sillares colocados a soga y tizón. En cuanto a las estructuras localizadas al oeste de la Iglesia
de Santiago, son observables varios muros paralelos de gran porte, con orientación norte-sur,
así como también alguna estructura muraria en sentido este-oeste. La
parte visible de estos muros permite observar que están construidos en opus incertum.
Este conjunto de estructuras parece configurar una monumental plataforma, sobre
la que existen varias hipótesis en cuanto a su funcionalidad (anfiteatro, foro,
criptopórtico, etc.) aunque aún no se ha hecho ningún estudio en profundidad que permita
saber realmente qué tipo de edificio era. 2.7. Iglesia de San
Martín. En la zona suroeste de la ladera del castillo se localiza la
Iglesia de San Martín. Su proceso constructivo es similar al de la Iglesia de Santiago,
documentándose una primera construcción del segundo tercio del siglo XIII, de
estilo protogótico y otra más tardía de estilo barroco.
De la construcción primitiva tan sólo se mantiene el ábside y la
portada de la epístola. El ábside está construido en sillería dispuesta en hiladas
regulares y presenta planta semicircular, con un tramo recto precedente. Se piensa
que posiblemente la cabecera original tuviera triple ábside. El tramo anterior del
ábside se cubre con bóveda de cañón apuntado, separado por un arco con sección de cuarto de
esfera absidal, trazado con hiladas concéntricas. Está iluminado por una
estrecha ventana abocinada, rematada en medio punto, la cual ocupa la parte
central del ábside. El templo tendría planta en forma de “T”, definida por una nave
y un crucero, que daba paso a una capilla mayor, mientras que a los lados se
abrían dos capillas pequeñas flanqueando a la central. A este templo protogótico se le añadiría algo más tarde una
portada en el lado de la epístola, haciendo de acceso principal. Se trata de una
portada abocinada, con tres arquivoltas apuntadas, sin más decoración que la que le
confiere su baquetonado primitivo. También se conciben con sobriedad las jambas, que
solo se animan con unas hendiduras verticales que dan claroscuro a la
superficie. De los capiteles destaca la decoración vegetal tratada con cierto esquematismo y
planitud. Finalmente, el arco está enmarcado al exterior con un sencillo
alfiz. A la izquierda de la capilla mayor existe una sacristía de
planta cuadrangular. Sobre la puerta de entrada se dispone un gran escudo del obispo Ponce
de León. A mediados del siglo XVII se llevó a cabo una gran reforma del
edificio, construyéndose una amplia nave barroca, que debió de hacer desaparecer los
ábsides laterales y el crucero. La nave actual es rectangular, de cuatro tramos
separados por arcos de medio punto, que apoyan en sencillas pilastras, cubriendo el
espacio una bóveda de medio cañón con lunetos que, al exterior, se
contrarresta mediante recios estribos. También se realizó una nueva portada en el lado del
evangelio, simétrica a la anterior, la cual presenta un ligero apuntamiento del arco. En 1700 se construyó una capilla en el lado derecho de la
cabecera dedicada al Cristo de las Misericordias, de estilo barroco. Con gran elevación, se
organiza con un corto tramo inicial en el acceso, otro cuadrado principal y otro más
estrecho en la cabecera. Los extremos se cubren con bóvedas de lunetos mientras que el
espacio central queda dominado por una gran cúpula. Completa el interior del templo actual de San Martín el coro que
se levanta a los pies. El frente del mismo presenta tres arcos, carpanel en el
centro y de medio punto en los laterales, con pilares de apoyo, cuya cara anterior se
adorna con una columna adosada que alcanza la altura total del coro, protegido por un
sencillo antepecho de balaustres. Por la escalera del coro se accede también a la
torre-campanario, que se encuentra a los pies, adosada a la nave. Está construida con sillarejos y
reforzadas las esquinas de los muros con sillería, y presenta la parte inferior macizada
y tres huecos rematados en arco de medio punto para las campanas en el superior. Culmina
la torre en una pirámide de base cuadrada.
En el interior del templo solo se conserva la pila de agua
bautismal de granito, que según las fuentes se utilizó para bautizar al famoso hijo de
esta villa, Hernán Cortés, conquistador de México. 2.8. Muralla Romana Oeste. Lienzo de muralla localizada en la ladera oeste del Cerro del
Castillo, que presenta orientación norte-sur y unas dimensiones aproximadas de unos 75
m de largo, 2,25 m de ancho y una altura máxima de 3 m. Está cimentada sobre la roca natural y se ha construido mediante
tongadas superpuestas de argamasa de cal y piedra, bien careadas externamente. La
visión de este potente y recio muro recuerda a las murallas romanas por lo que
popularmente se le ha denominado como Muralla Romana Oeste. La limpieza realizada en el año 2007 ha permitido observar la
existencia de algún fragmento de teja curva dentro del núcleo de argamasa de dicha
muralla, que hace dudar sobre su posible origen romano y lleva a pensar que su
construcción se hiciera posiblemente en épocas más tardías. 2.9. Muralla de Tapial Oeste. Lienzo de muralla localizado en la ladera oeste del Cerro del
Castillo, construido a base de un zócalo de mampostería de piedra trabada con tierra y
alzados de tapial. Esta muralla presenta una orientación este-oeste y unas
dimensiones aproximadas de unos 130 m de largo, 2,45 m de ancho y una altura máxima de unos
5 metros. Los cajones de sus tapiales presentan unas dimensiones de 3,20 x 2,45 m y
1,20 de altura. Por zonas se conserva una altura de su base de mampostería de
hasta 1,20 metros. A falta de información histórica y de estudios arqueológicos
sobre la misma que nos pudieran informar sobre su cronología, solo se puede indicar que
la técnica constructiva empleada es parecida a la desarrollada en época almohade, por lo
que en Medellín se la ha identificado tradicionalmente como Muralla
Almohade, aunque también podría ser algo más tardía su construcción. 2.10. Porta
Caeli. Estructuras murarías excavadas en 1988, que se localizan al
suroeste de la Iglesia de San Martín y parecen ser restos de una puerta fortificada
construida en el siglo XIV. De la original puerta romana en relación con el acceso a
través del puente sobre el Guadiana nada se sabe actualmente. Con las fotografías de principios del siglo XX de esta puerta y
con los restos que han subsistido, como es la parte inferior del torreón más occidental
y parte de otro torreón, semioculto por muros de contención posteriores, se ha podido ver
que la misma estaba configurada por dos torres y un arco ojival de dovelas
graníticas, siguiendo el patrón de las puertas defensivas de la post - Reconquista.
Dicha puerta fue dinamitada durante la II República, reutilizándose la sillería que la
componía para construir una guardería.
2.11. Puente de Felipe IV. Considerado uno de los puentes más hermosos de Extremadura, se
localiza al noroeste de la población (sobre el río Guadiana). Actualmente sigue
estando en uso para el tránsito de las personas y vehículos que acceden a Medellín. Según la documentación histórica de que se dispone, la
construcción de este puente se inició el día 6 de junio de 1612 y terminó en 1630, dieciocho
años más tarde, siendo rey Felipe IV, como así queda consignado en la gran
inscripción que existe en el templete central del mismo. Se trata de un puente de notables dimensiones, realizado en
cantería el exterior, dispuestos los sillares en hiladas regulares trabados con argamasa de cal.
El río se salva gracias a los veinte ojos que lo componen, alcanzando una
longitud de más de 400 m, con una anchura variable entre los 8 y los 6 metros.
Lateralmente está flanqueado por un pretil macizo de más de un metro de alto. El firme de la calzada está alomado, ensanchándose en su parte
más elevada con unos balcones dispuestos sobre los correspondientes tajamar y
contratajamar, que se elevan hasta la parte superior para este fin. Encima de uno de estos tajamares, del más cercano a Medellín, se
dispone una especie de templete conmemorativo de la construcción de esta obra.
Consiste en una estructura similar a una espadaña, reforzada con sendos paños
laterales oblicuos, con forma de “C” torsa. El paramento central tiene en su parte
inferior la inscripción antes citada, en mármol blanco, así como también un gran escudo
real de los Austrias, dispuesto encima. También existen tres pequeñas hornacinas, protegidas con rejas,
destinadas a alojar las imágenes en mármol de S. José, S. Antonio y S. Francisco, y
como remate final, dos pirámides de tradición herreriana. Todos los ojos del puente están construidos con arcos de medio
punto, que arrancan del fundamento de cada pilar, en cuyos frentes anterior y
posterior está el correspondiente tajamar y contratajamar, diseñados ambos con planta triangular y
rematados en forma de pirámide escalonada. 2.12. Puente romano. Sobre el antiguo puente romano poco es lo que se conoce. Los
datos más fehacientes son los que describió D. Eduardo Rodríguez Gordillo en su obra:
Apuntes históricos de la Villa de Medellín (provincia de Badajoz). Imprenta y
librería Santos Floriano. Cáceres, 1922. En ella afirma que el puente romano se
localiza aguas abajo del puente moderno, muy cerca de éste, a unos treinta y cuatro
metros de distancia en la zona de la orilla izquierda y señala que casi confluía el
trazado de ambos en el inicio de estos en su orilla derecha. En la actualidad,
son visibles parte del arranque de dicho puente en la orilla izquierda y parte de los
pilares y materiales constructivos que lo conformaban, en la orilla derecha.
Según esa documentación histórica este puente estaba compuesto
por veintiocho arcos, algunos más que el puente actual, por lo que se deduce que los
ojos del antiguo puente debían ser de menos luz que los actuales. Debía de medir
unos 400 m arrancando en la orilla oriental con un alto parapeto,
configurado por un monumental lienzo de opus quadratum bien conservado. La planta de los pilares era un alargado rectángulo, provisto de
un espolón enfilado contra la dirección de la corriente. El lado opuesto al tajamar
estaba cortado en plano. La longitud total del eje de estos pilares era de 12,50 m,
duplicando el ancho de la vía que sobre ellos y los arcos corría. El estudio de García
y Bellido indica que esta vía tenía una anchura de 6,20 m de amplitud, según medidas
tomadas en las bóvedas de los arcos. Si se le restara la anchura de los dos pretiles o
antepechos quedaría para la vía una anchura utilizable de 5 m, como solían medir de
ancho las vías romanas. La obra estaba realizada en recio hormigón de cal con grandes
piedras en su interior y estaba revestida al exterior por hiladas regulares de sillares
de granito bien escuadrados, que suelen estar dispuestos en general a soga, y en
menor medida alguna a tizón dentro del núcleo cementicio, dando mayor solidez a los
paramentos. La importancia estratégica y comercial de la vía Corduba-Emerita
que pasaba por dicho puente, la antigüedad de Metellinum, y la técnica constructiva,
son datos que, según García y Bellido, llevan a pensar que este puente se debió
de hacer en fechas tempranas, posiblemente en tiempos de Augusto o de los
Julio-Claudios. 2.13. Molino hidráulico y estructuras relacionadas. Molino hidráulico conocido popularmente como “Molino de Lozano”
que se localiza aguas arriba del puente moderno, en la orilla izquierda del río
Guadiana, y cuya construcción parece remontarse a la época medieval. Este elemento
histórico-etnográfico presenta planta poligonal y muros de mampostería. Destaca la
posición de la fachada este, cuya esquina funciona como tajamar, estando por su parte
la fachada oeste reforzada por seis espolones para contrarrestar los
empujes de las aguas. Se encuentra en bastante buen estado, conservando aún completas
las paredes y cubierta. En su interior se conservan colocadas en su posición
original las piedras y estructuras vinculadas a la molienda. En las cercanías del mismo
puede observarse parte del azud por el que le llegaba el agua para moler, y
restos de la casa del molinero, ya bastante arruinada. 2.14. Muralla prerromana. En el año 1991 el profesor Martín Almagro realizó dos sondeos
estratigráficos en la ladera norte del Cerro del Castillo, que evidenciaron el origen
de la posible muralla prerromana. El denominado Corte 1 se llevó a cabo en una cota situada entre
250 y 260 metros, en una línea de talud que rodea el Cerro del Castillo. En este
corte se pudo documentar un lienzo de muralla construido con mampostería de cuarcita, que
tenía 1,90 metros de altura, el cual se dató entre los siglos XIII y XIV, y
debería de constituir parte de la muralla de la población bajomedieval. El Corte 2 se realizó a una cota más baja que el anterior y
sobre una plataforma que también marca un talud, y cuyo estudio indicó que esta zona fue
utilizada como basurero extramuros del recinto amurallado. La presencia de materiales prerromanos (molino barquiforme,
alguna moneda, fragmentos de cerámica ática, exvoto de bronce ibérico, etc.) diseminados
por la ladera norte del cerro y situados intramuros de la muralla medieval
identificada, hacen pensar que quizás el trazado de muralla prerromana pueda
coincidir con el perímetro de la muralla bajomedieval de Medellín. 2.15. Trinchera de la Guerra Civil. Trinchera que se localiza en la ladera este del cerro, que nace
en las proximidades de la puerta más oriental del castillo y baja hasta las peñas
cuarcíticas que existen a mitad de esa ladera. Aún es visible parte de la zanja o corte longitudinal que
excavaron en la pendiente de este cerro los soldados republicanos durante el desarrollo de
la Guerra Civil. 2.16. Poblado Orientalizante. Tras el hallazgo de la necrópolis tartésica comenzó la búsqueda
del poblado que estaba en relación con ella, realizando Martín Almagro Gorbea varias
catas arqueológicas en el Cerro del Castillo, localizándose estructuras
habitacionales de época orientalizante en la cata que se realizó al este del teatro. Dicha cata se localizó a unos 20 m al este de la cavea del
teatro romano, a la altura del vomitorio. Con planta cuadrada de 1,50 m de lado y una
profundidad máxima de 4,85 metros. En ella se documentaron 17 estratos, hallándose
estructuras constructivas en el IV y XVI. El estrato XVI proporcionó, según Almagro, los primeros
vestigios que hasta esa fecha se conocían de hábitat orientalizante en Medellín. Estos parecen
corresponder a una habitación excavada en la roca para adaptarse mejor a la
fuerte pendiente que ofrece la roca natural del cerro. Sobre el resalte dejado en la
roca natural que formaba el límite noroeste de la habitación aparecieron algunas piedras
unidas con greda que se deben considerar como restos de un muro. Al otro lado de este resalte, en la zona noreste, aparece una
brusca depresión tallada en la roca, de la que se desconocen sus dimensiones, que puede
ser parte de otra habitación o restos de la estructura de un silo. En el fondo de ese estrato se documentó un hogar cubierto por
los fragmentos de dos grandes urnas de cerámica a mano, con un borde realizado con adobes de color amarillo, que resaltaba claramente del color de las cenizas.
Presentaba un contorno algo ovalado de unos 50 cm de ancho por unos 60 cm. de largo y una orientación noroeste-sureste.
Con respecto a los restos de un muro de adobe y restos de revestimiento encalados hallados en el estrato IV, hay varias hipótesis planteándose por
un lado que pertenezcan a la muralla orientalizante o bien que sean parte de los muros
destruidos de una vivienda de esa época. Las intervenciones arqueológicas que desde el año 2007, se
vienen desarrollando en el Cerro del Castillo y sus proximidades, han permitido
identificar nuevas muestras de esa ocupación y hábitat humano de cronología orientalizante.
2.17. Puerta de las Atalayas. Puerta de estilo barroco que se localiza al sureste de la
Iglesia de Santiago. No parece ser propiamente una puerta de muralla, aunque está en el entorno
de la zona en la que debió estar la llamada “Puerta de Santiago” de la
muralla histórica de Medellín. Parece ser el acceso a una propiedad privada, quizás
la del Palacio del Conde de las Atalayas. Los restos conservados de esta puerta parecen ser de una fábrica
moderna, con mampuestos, ladrillos y algunos sillares reaprovechados, que
configuran una portada adintelada, con el muro coronado por un tejaroz y rematada con
tres frontones redondos y pináculos troncopiramidales, y con un escudo
ajedrezado perteneciente al linaje de los Portocarrero, Condes de Medellín, en el frontón
central. 2.18. Torre del Reloj. Estructura que inicialmente conformaba la parte oeste de la
llamada “Puerta de la Villa”. El estado que presenta actualmente es el resultado de la
reforma urbanística de finales del siglo XIX, ya que en esas obras se llevó a cabo
el derribo del torreón occidental y del arco de la puerta ya mencionada, quedando
únicamente el torreón oriental. La estructura de este fue modificada posteriormente,
añadiéndosele un cuerpo más e instalándose en la misma la antigua campana del
reloj, lo que le da su actual denominación. 2.19. Plaza de Hernán Cortés. Esta hermosa y amplia plaza se construyó a finales del siglo
XIX, gracias al espacio que se obtuvo en 1883 con la expropiación de las 23 casas que
existían al norte del Ayuntamiento entre las calles Jariegos (oeste) y Feria (este). Entre las casas demolidas, una de ellas fue la de la familia de
Cortés, en la que después se colocó un pequeño monumento que señala el lugar de la
vivienda en que nació el conquistador, con su escudo y el dintel de la misma. En dicho
escudo aún pueden verse los cuatro cuarteles en que está dividido, existiendo en
el primero de ellos un águila bicéfala explayada; en el segundo tres coronas, una
arriba y dos de menor tamaño debajo; en el tercero un león rampante; y en el cuarto un
castillo torreado, sobre las aguas. Todo ello enmarcado con bordura de cadenas y
remate conopial. En la parte central de la plaza se construyó en 1890 un
monumento a Hernán Cortés, compuesto por un pedestal de piedra de Novelda en forma de torre
y sobre este la colosal estatua de bronce de Hernán Cortés que realizó el escultor Eduardo Barrón.
En la parte sur de la plaza se localiza el edificio del
Ayuntamiento, el cual fue reformado en los años cuarenta, mostrando en la actualidad un pórtico
formado por tres arcos escarzanos en la planta baja, y un balcón corrido en la
primera, con dos sólidos cuerpos a modo de machones en los extremos y realzado mediante
pilastras rehundidas y pináculos. 2.20. Iglesia de Santa Cecilia. Esta iglesia fue construida en el siglo XVI con el fin de
atender las necesidades religiosas que surgieron del crecimiento urbanístico que experimentó esta
villa en época moderna. Su construcción se planificó siguiendo los criterios propios del
Renacimiento, con una sola nave de gran anchura, sin crucero y con ábside ochavado.
Sin embargo, las obras no se pudieron concluir adecuadamente, quedando parte de las
cubiertas y la fachada de los pies inacabadas. En la actualidad consta de una espaciosa
nave en dos tramos, más el presbiterio. Está construida con muros de sillarejo, y
con sillares en los contrafuertes y elementos arquitectónicos nobles, como portadas, vanos,
nervios, etc. A ambos lados del tramo de los pies hay sendas portadas de
distinta concepción. La meridional está construida mediante un amplio vano rematado en
medio punto, cuyas dovelas se despiezan en un solo bloque con las enjutas. Presenta
a cada lado una pilastra cajeada, con capitel corintio, y rematada con frontón triangular
que incluye una hornacina avenerada. La portada septentrional por su parte
parece más tardía, quizás barroca, construida mediante estructura adintelada, con sumarias
molduras, que remata en frontón triangular cuyos laterales avanzan apoyando en pares
de columnas de mármol reutilizadas, de escasa altura, que apean sobre
elevados pedestales. A los pies del templo se interrumpe bruscamente el edificio,
advirtiéndose que inicialmente se proyectó más largo. En esta zona, a escasos metros, se
levanta una modesta torre con remate piramidal. El edificio presenta contrafuertes
escalonados que disminuyen su masa en la parte superior, donde culminan mediante pináculos
abalaustrados. Dispone de cuatro ventanas de diferente traza en los laterales del edificio.
El interior es espacioso, existiendo además de la nave, dos
capillas y una sacristía. Esta se localiza junto a la cabecera y está formada por un
ámbito rectangular de dos tramos, cubiertos con bóveda de crucería estrellada, con
terceletes, cuyos nervios apoyan en finas repisas renacentistas. La nave tiene abovedamiento diferente en cada uno de sus tramos:
en la cabecera se cubre con bóveda de crucería con terceletes, cuyos nervios
radiales, con clave común exenta, apoyan en ménsulas de pequeño tamaño, con venera; el
tramo siguiente presenta bóveda de crucería con terceletes rematados por
florones; y la bóveda del otro tramo se diferencia de éste en que está rematada por
caprichosas curvas. A los pies del templo hay una pequeña capilla también con bóveda de
crucería. El retablo y bienes muebles originales de esta iglesia fueron
destruidos en la Guerra Civil, quedando constancia de los mismos gracias a la
documentación que realizó José Ramón Mélida a principios del siglo XX.
2.21. Convento de las Concepcionistas. El Convento de Religiosas de la Purísima Concepción fue
construido a mediados del siglo XVI, por D. Francisco de Monroy y Sandoval y por su esposa
Dña. Constanza de Morales. Gracias a las notas escritas por el párroco D.
Eduardo Rodríguez Gordillo sabemos que dicho convento tenía una buena iglesia con un altar
mayor y dos laterales y una hermosa y elegante portada, sobre la que se abría un nicho
u hornacina de piedra de granito, en forma de concha, en la que era visible
una bonita imagen de la Purísima Concepción en mármol. También sabemos que el edificio conventual tenía buenos
claustros, muchas y espaciosas habitaciones, dos magníficas cisternas comunicadas entre sí,
adonde iban a parar todas las aguas pluviales del edificio, y a su vez
disponía de una buena cerca o huerta, por lo que era convento capaz de acoger a unas
cincuenta religiosas, siendo esas las que aproximadamente había en el año 1645. En la actualidad han desaparecido todas las paredes del mismo,
pero se conoce la ubicación original que tenía al lado sur de la llamada
“Portaceli” o “Portacoeli” y se tiene constancia además de que aún se conserva parte de su
aljibe o cisterna debajo de las casas que allí hay construidas. 2.22. Convento de San
Agustín. El Convento de San Agustín, de las Madres Agustinas Recoletas,
fue fundado por don Luis Velázquez, quien era visitador general del obispado de
Plasencia y vicario eclesiástico de Medellín. Según la documentación histórica existente el
convento fue dotado con importantes propiedades y rentas, oficiándose su primera
misa en 1631. Fue desamortizado en el siglo XIX, pero aún se conserva su
iglesia, la cual ha sido reutilizada como nave y secadero de productos agrícolas. Actualmente puede verse en la acera sur de la calle Otumba la
fachada principal y parte del ábside ochavado de esta capilla, donde se puede
contemplar la fábrica de mampostería y contrafuertes de sillería que la conforman. En el centro de la fachada se abre la puerta, con jambas y arco
de medio punto rehundidos, rematada con friso liso y frontón partido, que
incluye un escudo episcopal con profusa decoración barroca. 2.23. Convento de San
Francisco. Se situaba en las proximidades del río Ortigas, y fue fundado en
1508 por don Juan Portocarrero, tercer Conde de Medellín, y su esposa doña María
Osorio Manuel. Según la información que refiere Fray Alonso Fernández, contaba
en 1627 con unos 20 franciscanos. En este convento financió el propio Hernán
Cortés la construcción de una capilla a S. Antonio, de donde pudo rescatarse el blasón
familiar que actualmente se ubica en la Plaza Mayor. En 1809 el edificio del convento franciscano sufre serios
desperfectos debido a la destrucción provocada por la ocupación francesa de Medellín. En
1840 este inmueble es desamortizado y vendido por el Estado, agravando este hecho
la conservación de las estructuras del mismo. Actualmente se puede observar un túmulo de tierra en el lugar
del edificio conventual, producido seguramente por el derrumbe de las paredes y techos de
este. La única estructura que se conserva en pie es parte de un muro de
mampostería y tapial, situado unos metros más al este del túmulo que, según los
vecinos de Medellín, funcionaba como cerramiento del espacio de huertas de este
convento. Seguidamente se describe una zona arqueológica que no presenta
estructuras visibles en superficie pero en la que se han documentado la existencia de
importantes evidencias y materiales arqueológicos. 2.24. Necrópolis Orientalizante. El descubrimiento de esta necrópolis orientalizante viene
motivado por el hallazgo fortuito de parte de una kylix ática realizado por don José
Barrueco, al abrir un pozo para el riego en las proximidades de Medellín hacia 1960. La zona en concreto donde está situada la necrópolis es la
terraza baja del río Guadiana, que se localiza al suroeste del casco urbano de la
población. En lo alto de una suave loma se halla el pozo cuya construcción llevó a la
localización de los hallazgos, por lo que se le ha denominado “Necrópolis del Pozo”. La primera campaña de excavación de esta necrópolis se inició en
la primavera de 1969. A estas le siguieron otras en 1970, 1982, 1985 y 1986,
todas ellas dirigidas por el Prof. M. Almagro Gorbea. Las intervenciones se
desarrollaron mediante el método de excavación en cuadrícula, con el fin de facilitar la
documentación y ubicación tridimensional de los diferentes hallazgos. Durante las diferentes campañas de excavación se han documentado
en esta necrópolis unas 200 tumbas, si bien, a juzgar por la extensión del área
funeraria y densidad de los restos, la necrópolis del Pozo podría haber albergado
unas 2000 tumbas. En la necrópolis se distinguen dos tipos de sepulturas: las
urnas en hoyos y los busta. Para todas ellas el rito funerario utilizado fue la
cremación de cadáveres. En la necrópolis se han recuperado además varios depósitos de
ofrendas íntimamente relacionados con los ritos funerarios que acompañan los
enterramientos. Con su estudio y el de las estructuras funerarias Almagro ha podido establecer
una periodización de la necrópolis, estableciendo una primera fase que se
desarrollaría entre la segunda mitad del siglo VIII aC e inicios del siglo VI aC, una
segunda etapa se situaría entre el año 575 aC y el 500 aC y la última fase entre el 500 aC y el 475 aC.
3. Delimitación del sitio histórico y entorno de protección.
Limitaciones de uso. Prescripciones técnicas. El Sitio Histórico de Medellín y su entorno de protección se
ubican en Medellín en torno al Cerro del Castillo de la localidad, abarcando las laderas del
cerro, parte del casco urbano y de zonas próximas al río Guadiana. La delimitación se prolonga
incluyendo el puente sobre el río Guadiana (que sirve de delimitación al Sitio
Histórico en gran medida) y parte de la orilla norte. Los núcleos más alejados dentro del Sitio
Histórico son la necrópolis orientalizante, referenciada en el plano con el número 24, así
como el convento de San Agustín, (número 22), los restos del Convento de San Francisco
(número 23); y el puente de Felipe IV (número 11). El casco urbano de Medellín se encuentra parcialmente afectado
por las dos áreas. El área afectada por la delimitación de entorno es superior a
los 200 metros alrededor del bien que marca la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio
Histórico y Cultural de Extremadura debido a la gran abundancia de restos arqueológicos
de diversos periodos (periodo orientalizante y romano, especialmente) de los cuales
se tiene constancia fehaciente por la Carta Arqueológica de Extremadura. Además, es presumible
la existencia de restos de infraestructuras vinculadas a la propia ciudad de
Metellinum, tales como vías de comunicación y necrópolis, entre otras. La delimitación del entorno de protección es aproximadamente la
siguiente: en la parte norte, tanto el bien como su entorno son limitados por el norte
por la carretera del puente contemporáneo de Medellín (sin incluirlo). Por el este, y
atravesando el río Ortigas, la línea de delimitación sigue un camino que desemboca en la
carretera EX-206 (Carretera de D. Benito). La línea de delimitación del entorno, incluyendo
el espacio correspondiente al Convento de San Francisco, continúa por las calles Don
Benito; Diputación Provincial y calle Mayor. Desde la calle Mayor la línea hace un quiebro
hacia el sur siguiendo la calle Carretera de la Estación hasta enlazar con un camino que
atraviesa la Cañada Real Leonesa. La línea imaginaria continúa su trazado por la zona sur
y oeste hacia el río Guadiana, atravesándolo en dirección hacia la cabecera del lado
norte del puente de Felipe IV hasta enlazar de nuevo con el puente contemporáneo de
Medellín. El bien se sitúa lógicamente dentro del ámbito protegido por el
entorno y cuenta con tres zonas diferenciadas. La principal es, de forma aproximada, la
que agrupa el puente de Felipe IV, el Cerro del Castillo limitado en sus zonas norte y
este por una serie de caminos, y, atravesando las calles Ortigas; Tebasco; plaza de Hernán
Cortés; Tena; Olea; Holguín y Palacios hasta incorporar los restos del puente romano
y regresar de nuevo al puente de Felipe IV. La segunda zona del bien corresponde a la citada necrópolis
tartésica, localizada al suroeste de la población. La tercera zona corresponde al Convento de San Agustín. Su
parcela catastral es la correspondiente a la referencia catastral 3973710QD6137S0001BH y a la
localización en calle Otumba, 8, localizado en el plano con el número 22 . A efectos identificativos, se detallan a continuación los
polígonos y parcelas catastrales del término municipal de Medellín, afectados directamente, de forma
total o parcial, por la declaración, diferenciando las que se ven afectadas por la delimitación del
bien y las que lo son solo por el entorno de protección, o las que se encuentran afectadas por ambos mecanismos de protección.
Todo lo cual se expresa en el correspondiente plano (anexo planimétrico), en el que se incluyen las coordenadas correspondientes. Respecto al citado plano, en
el mismo se incluye la delimitación del Sitio Histórico de Medellín y su entorno de
protección, así como la localización concreta de los principales elementos patrimoniales
que lo integran. En dicha figura o plano se puede observar marcada mediante una
línea continua el perímetro del bien (el Sitio Histórico), en el que se localizan los
elementos de mayor valor patrimonial, como son el castillo medieval, el teatro romano, los puentes
sobre el río Guadiana (de Felipe IV y restos del romano), las Iglesias de
Santa María, Santiago y San Martín, diversos lienzos de murallas, Porta Caeli y demás
estructuras arqueológicas que se sitúan en el llamado popularmente Cerro del Castillo. También
incluye el Sitio Histórico por su lado sur parte de la actual trama urbana de esta
localidad, la cual, según las fuentes históricas, pertenecía al espacio intramuros de la antigua
muralla de Medellín. En ese espacio intramuros se localizan elementos patrimoniales
relevantes como la Iglesia de Santa Cecilia, la Torre del Reloj, la plaza de Hernán Cortés y
el Convento de las Concepcionistas, existiendo además escudos heráldicos sobre
fachadas y casas señoriales de singular relevancia histórica. Hacia el oeste el bien incluye también, tal y como se ha
indicado, el núcleo principal de la Necrópolis orientalizante de Medellín, en concreto los terrenos
en los que se realizaron las excavaciones arqueológicas en la zona conocida como “El Pozo de
Medellín”. Así como, en un punto separado del resto, el referido Convento de San
Agustín. La delimitación del entorno de protección del bien, marcado con
una línea discontinua, rodea perimetralmente el bien siguiendo la línea imaginaria ya
descrita. Integra como principal inmueble con valor histórico el Convento de San Francisco. Dentro de la delimitación del bien y de su entorno se incluyen
las siguientes localizaciones y referencias catastrales: Delimitación del bien Delimitación del entorno de protección. El entorno de protección del bien afectado se sitúa igualmente
dentro del término municipal de Medellín. Tal y como se ha indicado, conforme a lo que marca la Ley de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura en su artículo 39.3 en
referencia a los elementos de naturaleza arqueológica, se ha delimitado un entorno de 200 metros alrededor del bien. Dentro del entorno de protección se localizan las siguientes
parcelas: Se hace constar expresamente que las siguientes localizaciones
catastrales, ya citadas en el listado anterior, corresponden cada una a dos fincas
diferentes con sus correspondientes referencias catastrales, pero cuentan con una única localización
catastral: CL Pedro Alvarado 25; CL Nueva 3 ; PZ Hernán Cortés 33; CL Otumba 8;
Polígono 201 Parcela 3 Vegas de Ortiga. Z.;CL Tlascala 15; CL Tlascala 17; CL Tlascala
9; Polígono 1 Parcela 62 El Castillo. Se hace constar expresamente que las siguientes referencias, ya
citadas en los listados anteriores, corresponden a localizaciones catastrales
correspondientes a una misma finca y a una única localización catastral, pero que cuentan cada una
con dos referencias catastrales - distintas. — Polígono 1 Parcela 62 EL CASTILLO. 06080A001000620000OB — Polígono 1 Parcela 62 EL CASTILLO. 06080A001000620001PZ — Polígono 201 Parcela 3 VEGAS DE ORTIGA. Z.
06080A201000030000RL — Polígono 201 Parcela 3 VEGAS DE ORTIGA. Z.
06080A201000030001TB — Polígono 507 Parcela 1 CP ZUJAR-MEDELLIN. 06080A507000010000IX — DS VEGA MARTEL 1 Polígono 507 Parcela 1 000500100QD41E
- CP ZUJAR-MEDELLIN.06080A507000010001OM
— CL MEJICO 11 Es:1 Pl:00 Pt: 01. 3573715QD6137S0002YJ — AV GUADIANA 10 Es:1 Pl:01 Pt:01 .3573715QD6137S0003UK — CL SAN FRANCISCO 32 Es:1 Pl:00 Pt:01.3872016QD6137S0001EH — CL DIPUTACION PROV 32 Es:1 Pl:01 Pt:01.3872016QD6137S0002RJ
4. Normativa de protección del sitio histórico y su entorno a) Caracterización, justificación y criterios básicos para
futuras intervenciones El Sitio Histórico de Medellín está integrado por bienes
inmuebles singulares o monumentales de alto valor cultural e histórico-artístico y zonas en las que
se tiene conocimiento fehaciente de la existencia de restos arqueológicos. La buena conservación de los importantes restos arqueológicos
puestos al descubierto recientemente (teatro romano), los cuales se vienen a sumar a
los bienes patrimoniales preexistentes, iglesias, puentes, castillo y demás estructuras
defensivas allí localizadas. También su entorno próximo es de indudable valor arqueológico,
tal y como demuestra la Carta Arqueológica de Extremadura en la que se van recogiendo
los yacimientos que continuamente van apareciendo, sin desdeñar el
trasfondo histórico de las zonas próximas a Medellín, ya que han sido los escenarios
de importantes batallas y contiendas bélicas. así como los hechos históricos producidos
en esa localidad, suscitan un gran interés científico, El interés científico, histórico y patrimonial que emana de todo
lo anterior son argumentos más que determinantes para garantizar su salvaguarda y
conservación futura mediante la figura de protección de Bien de Interés Cultural. La presente normativa tiene por objeto entre otros el regular la
conservación, protección, restauración, investigación, utilización, visita y defensa de
los valores del Sitio Histórico compuesto por el conjunto arqueológico, histórico-artítisco
y los bienes inmuebles con valor patrimonial que integran el mismo. Con carácter general, las actuaciones a realizar en el bien
declarado están sujetos a lo dispuesto en el Título II, Capítulo II de la Ley 2/1999, de 29
de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura en el que se regula la
Protección, conservación y mejora de los bienes inmuebles, en lo relativo a la autorización
de intervenciones (art. 31), contenido de los proyectos de intervención (art. 32),
criterios de intervención (art. 33), procedimiento para la obtención de autorizaciones y de
licencia urbanística (art. 34) y tramitación de expedientes de ruina (art. 35). También
estarán determinadas por lo preceptuado en el Título III, de la misma que regula el
Patrimonio Arqueológico así como por el Plan Especial, u otro instrumento de ordenación
urbana que en su caso se apruebe. Asimismo, el Plan Director que se apruebe deberá establecer una
estrategia y orden de prioridades de intervención en este yacimiento arqueológico
que, en todo caso, deberán primar los trabajos de investigación, consolidación y
acondicionamiento para su conservación y puesta en valor.
Con este fin, todas las solicitudes de licencia dentro del
ámbito del Sitio Histórico y su entorno quedarán sujetas a Informe arqueológico de la
Administración competente en materia de patrimonio cultural. Este informe será previo a la
concesión de licencia de tal manera que el Ayuntamiento de Medellín habrá de comunicar a
la Dirección General de Patrimonio Cultural cualquier solicitud de licencia con el
fin de que ésta, emita el informe previo en el que se establecerá el tipo de intervención
arqueológica a realizar en función del proyecto constructivo a ejecutar. Las conclusiones
del citado informe serán trasladadas al administrado junto con la concesión o denegación
de la licencia por parte del Ayuntamiento. El informe deberá estar fundamentado en
función del conocimiento previo que se tenga de la zona a actuar y/o del resultado de los
sondeos arqueológicos que se efectúen. Los costes derivados de la ejecución de las intervenciones
arqueológicas necesarias para la realización de obras dentro del ámbito de protección de
referencia y su entorno correrán a cargo del promotor, pudiendo articular el
Ayuntamiento de Medellín y/o el organismo competente del Gobierno de Extremadura ayudas o
apoyo técnico para este fin. b) Régimen de intervención en el Sitio Histórico y su entorno Las actuaciones a desarrollar en los terrenos e inmuebles con
valor patrimonial que integran el Sitio Histórico y su entorno serán objeto necesariamente de
una intervención arqueológica de carácter preventivo, en el sentido que regula el
art. 52.1.b) de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, modificada por la Ley 3/2011, de 17 de
febrero. Así, los proyectos de obras que afecten a alguno de los bienes
inmuebles, elementos patrimoniales o arqueológicos que se enumeran y describen en
este documento, tanto en la zona Bien de Interés Cultural como en su Entorno, han de
incluir un estudio histórico-arqueológico del elemento de referencia y una
evaluación del posible impacto que dicho proyecto podría producir a las estructuras y otros
vestigios que allí se localizan, de cara a que el organismo o administración competente pueda
establecer aquellas medidas que garanticen una mejor salvaguarda de los
mismos. En el caso de que se prevean remociones de tierra bajo cota de
rasante natural en alguno de esos elementos más relevantes, como norma general será
obligatoria la realización de una excavación arqueológica de la zona afectada por el
proyecto de referencia. Por otro lado, todas las obras las de nueva edificación,
urbanización e infraestructuras que impliquen la remoción del subsuelo dentro de los límites del
Sitio Histórico, con carácter previo al inicio de las obras se deberán realizar sondeos
arqueológicos con medios mecánicos que abarcarán la totalidad de la superficie de
actuación prevista por las obras. En el caso de que los sondeos den resultado positivo será
indispensable la excavación arqueológica de la zona afectada por el proyecto de referencia,
o en su caso la modificación del proyecto de obras a realizar, al objeto de
salvaguardar y/o integrar la mayor parte de los restos o vestigios que aparezcan. En ambos casos, será necesario realizar un seguimiento
arqueológico preventivo de las obras autorizadas hasta que se extinga el riesgo de afección
patrimonial que éstas puedan producir.
Conviene destacar, que las medidas de salvaguarda del patrimonio
antes mencionadas, también serán aplicadas en las zonas donde se localizan los
restos del Convento de San Francisco, ya que, aunque se localizan en el Entorno del BIC,
disponen de una importante relevancia histórica que justifica su máxima protección. También
se aplicará esto mismo a otros lugares en los que se tenga conocimiento o
descubran hallazgos histórico-arqueológicos. c) La conservación de los restos arqueológicos en el Sitio
Histórico y su entorno Si como resultado de las intervenciones arqueológicas se
descubriera la presencia de estructuras de cierta monumentalidad o restos materiales de gran
interés, cuya preservación contribuyera a obtener una mejor comprensión del Sitio Histórico
será necesario que los proyectos y actuaciones a desarrollar se modifiquen o
adecuen de cara a garantizar su total preservación. También se intentará, en la
medida en que sea posible, el quedar visible algún elemento que informe de la existencia
soterrada u oculta de los vestigios allí detectados. Para ello, la Consejería de Educación y Cultura emitirá al
promotor un informe vinculante en base a los resultados de la actividad arqueológica realizada
definiendo los restos que en su caso debieran conservarse e integrarse en el proyecto
de edificación para permitir su ejecución. La Ley 2/1999, de 29 de marzo, modificada
por la Ley 3/2011, de 17 de febrero recoge estas actuaciones dentro del art. 50.f)
por lo que será de aplicación lo previsto en la misma. Cuando en situaciones excepcionales, se determine la necesidad
de conservación e integración de restos arqueológicos en las plantas bajas de las nuevas
edificaciones de uso privado y se adecue su accesibilidad desde el espacio
público, la pérdida del aprovechamiento urbanístico de ese espacio se compensará conforme a la
legislación y planeamiento vigentes. También se valorará, en función de su importancia, la
incorporación de estos espacios o elementos a la declaración de Bien de Interés Cultural. En casos muy excepcionales, ante el hallazgo de restos de máxima
importancia histórica y/o arqueológica, se podrían iniciar actuaciones de compra o
expropiación de suelos a instancia del Ayuntamiento o de la consejería competente en
materia de patrimonio histórico en función de su utilidad e interés social. d) Administración competente La Administración competente será la Consejería que tenga
atribuidas las competencias en materia de patrimonio cultural. Esta administración será la
encargada de emitir las autorizaciones e informes vinculantes preceptivos en todas
las intervenciones sobre bienes inmuebles de valor patrimonial y elementos arqueológicos
en el ámbito del Sitio Histórico y su entorno de protección de acuerdo con la Ley
2/1999, de 29 de marzo, modificada por la Ley 3/2011, de 17 de febrero. Esta
Administración arbitrará los mecanismos de inspección del desarrollo de las intervenciones
arqueológicas y de los proyectos que se ejecuten al amparo del artículo 52.9 y artículo
24 de la citada ley.
El ejercicio de alguna de estas tareas será asumido por el
organismo de gestión del Sitio Histórico de Medellín que se constituya. La estructura y
objetivos de este organismo serán determinados reglamentariamente. Por otro lado, el Ayuntamiento de Medellín colaborará con la
Consejería competente en materia de patrimonio cultural para conseguir los fines de
protección, conservación y mejora del Sitio Histórico. Esta colaboración se enmarca en las
obligaciones previstas en los artículos 2 y 3 de la Ley 2/1999, de 29 de marzo,
modificada por la Ley 3/2011, de 17 de febrero y las competencias que le atribuye el artículo
25 de la Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local. Por
ello esta institución comunicará a la Consejería de Educación y Cultura cualquier circunstancia
que considere de interés para la mejor protección del Sitio Histórico y el
patrimonio que lo integra. e) Usos permitidos en el Sitio Histórico y su entorno Los usos permitidos serán todos aquellos que sean compatibles
con la investigación, la conservación, la puesta en valor y el disfrute del Bien y
contribuyan a la consecución de dichos fines. En ningún caso, los usos permitidos podrán
alterar su valor patrimonial. La autorización particularizada de uso que se emita se regirá
por el art. 31 de la Ley 2/1999, modificada por la Ley 3/2011, de 17 de febrero. f) Régimen de visitas El régimen de visitas al Sitio Histórico de Medellín se regirá
por lo dispuesto en el art. 24.3 de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, modificada por la Ley
3/2011, de 17 de febrero. Se podrá mejorar el mismo siempre que cuente con su total
aprobación por parte de todas las instituciones que tengan competencia en su gestión. APÉNDICE: BIBLIOGRAFÍA A N E X O
PLANIMÉTRICO DOE num. 144, lunes 28 de julio de 2014
BOE num
257 jueves 23 octubre 2014 CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN Y CULTURA Bienes de Interés Cultural.- Decreto 162/2014, de 22 de julio, por el que se declara el patrimonio
histórico-artístico en el término municipal de Medellín (Badajoz) como Bien de Interés Cultural, con categoría de Sitio Histórico.
DOE Núm.: 154 viernes, 9 de agosto de 2013 CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN Y CULTURA Bienes de Interés Cultural.-
Resolución de 30 de julio de 2013, de la Consejera, por la que se incoa expediente de declaración de Bien de Interés Cultural para el Palacio
Carvajal-Girón de Plasencia, en la categoría de Monumento
El Estatuto de Autonomía en la redacción dada por Ley Orgánica 1/2011, de 28 de
enero, de reforma del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Autónoma de
Extremadura, recoge como competencia exclusiva en su artículo 9.1.47 la “Cultura
en cualquiera de sus manifestaciones”, así como el “Patrimonio Histórico y
Cultural de interés para la Comunidad Autónoma”.
La Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y
Cultural de Extremadura, regula la competencia y el procedimiento para llevar a cabo la declaración
de Bien de Interés Cultural de un bien que se entienda de entre los más relevantes del
Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura. El procedimiento se describe en los artículos 7 y
siguientes de la citada ley.
El llamado “Palacio de Ansano” o “Casa de los Carvajal-Girón” se
sitúa en el casco histórico de Plasencia. El mismo está conformado por un edificio y dos
patios a continuación de sus costados derecho y trasero. El frente principal se abre a la
plaza de Ansano, mientras que la fachada trasera da a la calle Trujillo.
El edificio actual debe de remontarse al siglo XVI, aunque en su
interior se aprecian adiciones e importantes reformas arquitectónicas que debieron de
transformar parcialmente la fisonomía de elementos y espacios. Su origen está ligado a uno de los
linajes nobiliarios más destacados de la ciudad y de la región, entre cuyos hijos se
encuentra el que fue célebre obispo de Coria a comienzos del siglo XVII, Pedro de Carvajal y Girón y
Loaysa.
Se construyó a continuación del espacio que en su día ocupara la
judería placentina, una vez fue desocupada de su ubicación original en el entorno del
Palacio de Mirabel.
El inmueble que hoy podemos ver es el resultado de múltiples
reformas acometidas a lo largo de su historia. Se trata de una construcción de dos alturas y de
planta aproximadamente cuadrangular. Hacia esta última muestra su fachada principal y
de porte más destacado, con fábrica de sillares almohadillados, un gran vano de acceso en
arco de medio punto sobre el que se sitúa esculpido un gran escudo nobiliario —de los
Carvajal— y ventanas de formato vertical con recerco de granito, dos flanqueando la puerta
principal y otras cuatro en planta primera. La prolongación de esta fachada hacia la callejuela de
Santa Isabel, en cambio, muestra un paramento liso, con fábrica de mampostería y revoco de
mortero de cal. En el flanco lateral, correspondiente a la calle de Vargas, el muro es
también de mampostería, y en el mismo también se abren grandes huecos verticales, algunos abalconados;
en la parte superior de la esquina entre éste y el muro delantero se inscribe un
nuevo emblema heráldico, como el anterior, coronado por un yelmo. Hacia atrás, la fachada de
la calle Trujillo muestra la continuidad arquitectónica del edificio, con dos balcones por cada planta, y
una tapia de porte, factura y altura más modesta, que corresponde al cerramiento de
un patio posterior.
Interiormente cuenta con elementos de interés como, entre otros,
un patio parcialmente porticado y soportado por estructuras adinteladas de granito, con
balaustrada en la segunda altura y escalera; forjados; pavimentos; azulejería, etc.
Durante los años 2010 y 2011 el Palacio de Carvajal-Girón ha
sido reformado substancialmente para adaptarse a su nuevo uso hotelero.
Así pues, el inmueble constituye un interesante ejemplo de
arquitectura monumental que conserva sobresalientes valores patrimoniales que lo hacen merecedor se
su declaración como Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento.
Vista la propuesta de 5 de julio de 2013 de la Directora General
de Patrimonio Cultural de la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Extremadura y
en virtud de las competencias en materia de Patrimonio Cultural, Histórico-Arqueológico,
Monumental, Artístico y Científico de interés para la región, recogidas en el artículo
2.1. de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, y en
virtud de las facultades conferidas por el Decreto 104/2011, de 22 de julio, por el que se regula la
estructura orgánica básica de la Administración de la Comunidad Autónoma de
Extremadura y por el Decreto 210/2011, de 5 de agosto, por el que se establece la estructura
orgánica de la Consejería de Educación Cultura y demás preceptos de general aplicación,
RESUELVO:
Primero. Incoar expediente de declaración de Bien de Interés
Cultural para el Palacio Carvajal-Girón en Plasencia (Cáceres) que se encuentra descrito en el
Anexo, en la categoría de Monumento, para el reconocimiento y protección de este elemento
del patrimonio cultural extremeño.
Segundo. Continuar la tramitación del expediente, de acuerdo con
la legislación vigente.
Tercero. Remítase la presente resolución al Diario Oficial de
Extremadura para su publicación y la apertura de un trámite de información pública por periodo
de un mes.
Cuarto. Notifíquese a los interesados, al Ayuntamiento de
Plasencia, al Registro General de Bienes de Interés Cultural del Ministerio de Educación, Cultura
y Deporte para la anotación preventiva, y publíquese en el Boletín Oficial del Estado.
Mérida, a 30 de julio de 2013. La Consejera de Educación y Cultura, TRINIDAD NOGALES BASARRATE
A N E X O Introducción.
El llamado “Palacio de Ansano” o “Casa de los Carvajal-Girón” se
sitúa en el casco histórico de Plasencia. El mismo comprende un elemento unitario desde el
punto de vista parcelario, conformado por un edificio y dos patios a continuación de sus
costados derecho y trasero. El frente principal se abre a la plaza de Ansano, situada a medio
camino entre el centro público y geográfico de la ciudad, que viene constituido por la Plaza
Mayor, y el entorno monumental del Convento de Santo Domingo - Palacio de Mirabel - Iglesia de
San Nicolás. La fachada trasera da a la calle Trujillo, una de las arterias radiales del
conjunto histórico de Plasencia y que desemboca en la monumental Puerta de Trujillo o “Cañón de la Salud”.
El edificio actual debe de remontarse al siglo XVI, aunque en su
interior se aprecian adiciones e importantes reformas arquitectónicas que debieron de
transformar parcialmente la fisonomía de elementos y espacios. Su origen está ligado a uno de los
linajes nobiliarios más destacados de la ciudad y de la región, entre cuyos hijos se
encuentra el que fue célebre obispo de Coria a comienzos del siglo XVII, Pedro de Carvajal y Girón y Loaysa.
Se construyó este edificio a continuación del espacio que en su
día ocupara la judería placentina, una vez fue desocupada de su ubicación original en el entorno
del Palacio de Mirabel para la ampliación del Convento de Santo Domingo el Viejo a
finales del siglo XV. Los nuevos terrenos para el asentamiento de los judíos y de su sinagoga,
limítrofe con la oficial “Casa del peso de la harina” -hacia la calle Trujillo- corresponde al área
denominada “de las Algeciras”, parcialmente adquiridos por la familia Carvajal pocos años
después tras su expulsión en 1492.
Aquel edificio religioso pasará a ser propiedad del Cabildo de
Clérigos, y en él se instalará el altar de Santa Isabel, que dará nombre a la plaza a que se abre
el palacio y que será destruida en el contexto del conflicto comunero de 1521.
La imprecisión de los datos toponímicos ha propiciado alguna
indefinición acerca del lugar que ocupó la sinagoga, situándola en alguna ocasión entre los restos
del Palacio de Carvajal-Girón, aunque hoy se acepta mayoritariamente que aquella se emplazó en
la manzana contigua y más próxima a la Plaza Mayor. Los trabajos arqueológicos,
promovidos con ocasión del proyecto de rehabilitación de esta gran casa solariega para uso hotelero,
parecen desmentir que
la sinagoga se hallase entre los restos del palacio. En estos
trabajos, además, se ha puesto de manifiesto la existencia de diversas fases constructivas
dentro de la construcción.
Descripción.
El edificio que hoy podemos ver es el resultado de múltiples
reformas acometidas a lo largo de su historia. Se trata de una construcción de dos alturas y de
planta aproximadamente cuadrangular, inserta entre las calles Santa Isabel, de Vargas, Blanca,
Trujillo y plaza de Ansano.
Hacia esta última muestra su fachada principal y de porte más
destacado, con fábrica de sillares almohadillados, un gran vano de acceso en arco de medio punto
sobre el que se sitúa esculpido un gran escudo nobiliario -de los Carvajal- y ventanas
de formato vertical con recerco de granito, dos flanqueando la puerta principal y otras cuatro
en planta primera.
La prolongación de esta fachada hacia la callejuela de Santa
Isabel, en cambio, muestra un paramento liso, con fábrica de mampostería y revoco de mortero
de cal. En el flanco lateral, correspondiente a la calle de Vargas, el muro es también de
mampostería, y en el mismo también se abren grandes huecos verticales, algunos abalconados; en la
parte superior de la esquina entre éste y el muro delantero se inscribe un nuevo emblema
heráldico, como el anterior, coronado por un yelmo. Hacia atrás, la fachada de la calle
Trujillo muestra la continuidad arquitectónica del edificio, con dos balcones por cada planta, y
una tapia de porte, factura y altura más modesta, que corresponde al cerramiento de un patio
posterior.
Ya en el interior, un amplio recibidor o primer distribuidor, da
paso hacia un patio parcialmente porticado y soportado por estructuras adinteladas de granito,
con balaustrada en la segunda altura y escalera. En este espacio confluyen la escalera
monumental de acceso a la primera planta, el paso hacia el referido patio posterior y otras
estancias de la casona, generalmente comunicadas entre sí. La mayor parte de las estancias en planta
baja cuentan con techos de madera, destacando el gran forjado del recibidor, del soportal y
de la escalera.
Tanto los suelos del recibidor como del patio central son de
grandes losas de granito, sólo interrumpidos por la presencia de dos pozos de cuidada factura, del mismo
material y con artísticos herrajes de forja. El resto de los pavimentos conservan
complejas y ricas composiciones geométricas de cantos de pequeño tamaño, en aceptable estado de
conservación, sobre todo en las habitaciones que dan hacia la calle de Vargas; en
otros puntos del edificio esos suelos debieron de ser sustituidos por losas de ladrillo y
puntualmente de piedra.
Existe un tercer patio o área abierta en el lateral derecho del
cuerpo principal del edificio, que comunica con éste a través una galería porticada que sostenía
una estrecha terraza en primera planta. En un flanco de este espacio se encontraban las cuadras,
un ambiente rectangular y compartimentado mediante elementos verticales en madera y de
cuidada factura, con pavimentación de granito.
En lo relativo a los acabados interiores, prevalece el enlucido
esgrafiado imitando sillería (en patio, recibidor y escalera) y encalados en las habitaciones.
Destaca el uso de azulejería de buena calidad artística en los frisos de algunos espacios y en
los zócalos de la galería de la primera planta.
Del conjunto edilicio es posible identificar un cuerpo o
conjunto de ambientes, localizados junto al ángulo sur de la parcela, cuyas soluciones arquitectónicas
difieren manifiestamente del resto: un estrecho pasillo que parte del patio principal; un
pequeño patio, con galería en segunda planta; y diversas estancias cerradas mediante bóvedas de medio
punto y de crucería.
Por encima de la cubierta sobresale una torre circular rematada
en chapitel prismático que equivale a una escalera de caracol.
Con una importante rehabilitación durante 2010 y 2011, el
Palacio de Carvajal Girón ha sido reformado substancialmente, adaptados los espacios y recorridos,
recuperando algunos acabados e incorporando elementos estructurales para el nuevo uso
hotelero. Sucintamente, se han modificado accesos interiores y alguno exterior, con
apertura y cierre de huecos, reforzado o reconstruido forjados, picado de revestimientos para solución
de humedades y aplicación de distintos tratamientos; se han trazado nuevas acometidas de
saneamiento e instalaciones diversas, transformado determinados pavimentos, generalmente ocultando/protegiendo los originales, etc.
El Palacio de Carvajal-Girón compone, al menos desde el punto de
vista volumétrico, un elemento unitario que ocupa la práctica totalidad de la superficie
disponible de la parcela en que se enclava. Además del cuerpo principal, con dos patios
interiores —uno mayor y central y otro pequeño—, también forman parte consubstancial de la casona
señorial otras dos áreas abiertas: un jardín trasero, al que se accede directamente desde
aquel patio central y que comunica también con la calle Trujillo, y otro lateral que sirvió para
carruajes, adonde desembocan las cuadras. La construcción principal y espacios libres que integran el
palacio, en definitiva, se insertan completamente en los límites de la parcela, de aproximadamente
1288 m2, comprendida entre la plaza de Ansano, la calle Trujillo, de Vargas y Santa Isabel,
ocupando prácticamente la mitad de la manzana. Cronología.
El edificio actual es el fruto de sucesivas reformas que sobre
el mismo se producen a lo largo de su historia y que abarcan desde el siglo XVI hasta el siglo XXI.
De este modo podemos situar el origen del edificio hacia la
segunda mitad del siglo XVI momento el que podemos ubicar la fachada renacentista y el espacio
interior de planta baja, donde destaca el empedrado de algunas estancias de canto de río con
formas reticuladas, así como el espacio porticado del patio oeste.
Ya en el primer cuarto del siglo XVII se acomete una importante
reforma de reestructuración del inmueble que afectó a las tres fachadas, cornisas y
cubiertas, elevando la altura libre de la planta primera. Esta reestructuración supuso la ejecución del
patio central, quedando preparada su ampliación como se aprecia en las ménsulas y cornisas y en
los huecos simulados en sus paramentos ciegos, y de la escalera de acceso a la planta
alta, así como del aljibe de bóveda de ladrillo. En estas fechas pueden fecharse gran parte
de los artesonados y el trabajo de rejería de los balcones y ventanas.
Del siglo XIX pueden datarse los espacios domésticos ubicados en
el ángulo sur del inmueble organizados alrededor de un pequeño patio con azotea transitable
al que se accede desde el patio central.
Finalmente, en fechas recientes se han ejecutado trabajos de
rehabilitación en el inmueble para adaptarlo a uso hotelero.
Conclusión.
Así pues, es necesario concluir que desde el punto de vista
histórico, el inmueble objeto de protección legal como Bien de Interés Cultural, cuenta con gran
interés como testimonio de primer orden de la historia de la ciudad, en tanto que por su
arquitectura y adición de elementos de prestigio forma parte de las señas de identidad de la
oligarquía nobiliaria de Plasencia. De un modo específico, el linaje de los Carvajal es
uno de los más arraigados de la nobleza placentina y extremeña. Además, el edificio se inserta
en el caserío histórico formando parte del elenco de palacios señoriales y que copan amplios
espacios próximos a los más importantes centros del urbanismo de la ciudad cacereña, como son los
entornos de la catedral, del complejo de Santo Domingo el Viejo y de la Plaza Mayor.
El inmueble en sí constituye un interesante ejemplo de
arquitectura monumental, con empleo frecuente de técnicas y materiales constructivos de calidad,
acabados de interés artístico —esgrafiados, pavimentos y azulejería—, donde no faltan tallas
en molduras y escudos, que conforman y envuelven un diseño arquitectónico de espacios y
vanos simétricos de gran porte.
Por todo lo expuesto, el Palacio de Carvajal-Girón de Plasencia
conserva sobresalientes valores patrimoniales que lo hacen merecedor se su declaración como Bien
de Interés Cultural en la categoría de Monumento. Delimitación del bien y del entorno.
El inmueble se sitúa en Plasencia entre la plaza de Ansano y las calles Trujillo y Santa Isabel.
Delimitación del bien. El inmueble objeto de protección corresponde a la finca
catastral cuya localización y referencia catastral es: plaza de Ansano, 1, referencia catastral:
8352011QE4385A0001HH. Delimitación del entorno.
No se considera necesario señalar un entorno de protección para
el Palacio de Carvajal-Girón, al integrarse en el caserío intramuros de Plasencia, declarado
Conjunto Histórico (BOE de 08-07-1958) y estar sujeto en lo que se refiere a la normativa
urbanística al ámbito de aplicación del Plan Especial de Plasencia.
Todo lo cual se expresa en el correspondiente plano. Limitaciones de uso.
Los posibles usos que se den a este bien deberán ser compatibles
con la conservación del mismo y, en ningún caso, alterarán su valor patrimonial.
BOE num. 33 viernes 7 de febrero de 2014 COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA
Bienes de interés cultural Decreto 242/2013, de 23 de diciembre, por el que
se declara el Palacio Carvajal-Girón en
el término municipal de Plasencia (Cáceres) como bien de interés cultural, con
categoría de monumento