Andando por la Comarca de Llerena

 

Comarca de Llerena

Municipios de la Comarca de Llerena

ÍNDICE

Ahillones
Azuaga
Berlanga
Campillo de Llerena
Casas de Reina
Fuente del Arco
Granja de Torrehermosa
Higuera de Llerena
Llera
Llerena
Maguilla
Malcocinado
Puebla del Maestre
Reina
Retamal de Llerena
Trasierra
Usagre
Valencia de las Torres
Valverde de Llerena
Villagarcía de la Torre

 

Andando por España www.nuevoportal.com

Si quiere ver la Bibliografía Extremeña, pincha aquí


Comarca de Llerena

   Esta comarca situada al suroeste de la provincia extremeña de Badajoz, limítrofe con Córdoba y Sevilla y, cercana e inmersa en Sierra Morena, "Campiña Sur", posee un clima típico del Sudoeste peninsular, con veranos muy calurosos y secos, e invierno y otoños suaves, creándose así una agradable y diferente gama de colores en las distintas estaciones climáticas.

   Ofrece un suave paisaje de leves ondulaciones en la que su cobertura vegetal queda compuesta por alcornoques, encinas, olivos, viñas, cereal, jaras, etc., alternando con zonas de terrenos secos, yermos y casi desprovistos de vegetación. Los suelos alternan las ricas zonas de campiña, muy aptas para el cultivo, con otras dedicadas a la dehesa. El paisaje de este territorio se define por no estar compartimentado y porque la población se concentra en núcleos de notable entidad, pero distanciados entre sí.

   La comarca se encuentra asentada sobre llanos pizarrosos y sierras de calizas marmóreas en los bordes, encontrándose la mayoría adehesadas. Geológicamente, está dentro de la zona denominada Ossa-Morena; con afloramientos Precámbricos, Cámbrico, Ordovícico y Devónico, y con depósitos del Carbonífero, del Neógeno y del Cuaternario. De todo ello se desprende la enorme complejidad geológica de la zona. Entre las formaciones que circundan la comarca, o las de carácter local, se encuentran las sierras de San Bernardo y San Miguel, Bienvenida, Pedroso, Argallanes, Capitana, etc. Los puntos más elevados del territorio son los picos de Bienvenida y Chinchín, con 763 m. y 666 m. respectivamente.

   La comarca carece de ríos, aunque sí pueden enumerarse arroyos secundarios de la cuenca del Guadiana-Retín, Covacha, Conejo, Culebras, Matasanos y Romanzal, y los de la cuenca del Guadalquivir: Viar y Bembézar. En toda su extensión se encuentra débilmente regada por cauces fluviales, si bien los recursos hidrográficos se han visto favorecidos gracias a la construcción de la presa de Arroyo Conejo. El embalse realiza, a través de la Mancomunidad de Aguas de la Campiña Sur el suministro entre las poblaciones

   La demarcación de la Campiña está formada por el conjunto de términos municipales que integran mayoritariamente el partido judicial de Llerena, creado tras la delimitación de las provincias españolas por el Real Decreto de 30 de noviembre de 1833, y a la que se le ha unido el municipio de Peraleda del Zaucejo.

   En La Campiña se concentran bastantes tesoros del arte religioso como Nuestra Señora de la Granada, en Llerena, y la de la Consolación en Azuaga, todas ellas dignas de mención y visita, la joya gótico mudéjar de la Purísima Concepción de Granja de Torrehermosa, declarada Monumento Nacional en 1931.

   Llerena, conocida en época árabe como Ellerina y que durante siglos sería sede de los Maestres de la Orden de Santiago, siendo Diócesis desde el siglo XV. Desde 1478 sería también sede principal del Tribunal del Santo Oficio, con jurisdicción sobre casi medio millar de ciudades.

   Junto con Llerena, otras poblaciones presentan igualmente significación muy destacada. Así, Azuaga comparte con ella en ciertos aspectos la cualidad de cabecera de la comarca, sobre todo a partir del siglo XIX, en que se consolida como el gran centro industrial y de servicios de la comarca.

   Localidades no menos significativas por diferentes motivos, son Granja de Torrehermosa, Berlanga, Usagre, Bienvenida, Valencia de las Torres, Villagarcía, todos, centros de enorme raigambre histórica y artística, que en épocas históricas han pertenecido a la Orden de Santiago.

   El arte mudéjar y el barroco tiene bellísimas muestras en Llerena, destacando entre sus edificios la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de la Granada del siglo XIV, el Patio del Tribunal de la Inquisición y el Palacio del Obispo.

   Casas de Reina, con una Iglesia Parroquial de estilo mudéjar y a poca distancia de esta población se encuentran las Ruina Romanas de Regina, en plena estribaciones de Sierra Morena donde se conserva un magnífico Teatro de época romana con capacidad para 1.000 espectadores.


  HISTORIA

   Los pueblos que configuran la Comarca de "Campiña Sur" de Extremadura crean un gran interés en el viajero que los visita, tanto por su historia, retrato fiel de civilizaciones pasadas que aquí encontraron acomodo, como por su paisaje entre campiñas, dehesas y montañas. La historia ha dejado sus huellas presentes en el carácter de sus gentes, que ofrecen al turista una agradable y afectuosa acogida destacándose siempre la hospitalidad que les caracteriza.

   Zona transfronteríza y de cruce de caminos legendarios, "Campiña Sur", se ha configurado como un centro de vivencias de civilizaciones que en su día se asentaron en la zona y así se hace referencia en numerosos pasajes, en donde se narraban las incursiones y establecimiento de los lusitanos hacia el Guadalquivir, o se recogían los asentamientos de pueblos prerromanos en esta comarca, reconocida como Baeturia, durante la época romana. Los primeros vestigios de la ocupación humana se remontan a los últimos momentos de la Prehistoria.

   Recientemente se han encontrado vestigios arqueológicos de épocas anteriores a la Edad Media en la en la zona de la Madrona, que se sitúan en los períodos del Paleolítico Medio y el Calcolítico, consistente en objetos de procedencia humana y que nos permiten imaginarnos la forma de vida de los primeros pobladores de la comarca. En la zona de Mirasierra sehan localizado algunas tumbas procedentes de un poblado con una antigüedad de unos 4.000 años.

   Otros lugares ricos en restos de civilizaciones primitivas se ubican en el Cerro Elías o el Huertecillo, de donde procede el llamado “ídolo de Llerena”, máximo exponente artístico de la edad del cobre, que simboliza a una imagen antropomorfa de hueso de aproximadamente 10 centímetros con una objeto en la mano, al parecer un cuchillo. En la Cardenchosa se encuentra un menhir realizado sobre una fina lancha de pizarra, emplazada en pleno centro de la aldea,

   En zonas cercanas a Llerena, los yacimientos de la zona de Las Mesillas o la Dehesilla de Higuera de Llerena, pertenecen vestigios prerromanos que demuestran que los pueblos que la ocupaban explotaban minas de cobre, hierro y plata.

   Los restos de la civilización romana más importantes los encontramos en Regina, muy cerca de la zona ocupada por los túrdulos próximos a la alcazaba de Reina, en el vecino término municipal de Casas de Reina. Los restos pertenecen a la ciudad romana y el teatro romano.

   El inicio de su identidad como comarca viene de tiempos remotos, justificados por la riqueza de vestigios arqueológicos que proliferan por todos los municipios y nos confirman que las primeras civilizaciones tuvieron un asiento importante en la zona. La Historia se afianza en la comarca "Campiña Sur" quedando regazos de otras épocas en el trazado de sus calles, sus fachadas encaladas y su arquitectura popular.

   La cultura histórica de la Comarca se manifiesta en la recopilación de objetos y utensilios tradicionales, como instrumentos de creación de nuestra cultura, folklore, tradiciones y modo de vida que han sido recogidos en el Museo Etnográfico Comarcal, ubicados en el municipio de Azuaga.

   Por estas tierras anduvieron los romanos, árabes y los cristianos reconquistadores, que dejaron sus huellas en las costumbres y formas artísticas de la comarca. Pero también se conserva un legado prehistórico singular, como el curioso menhir de La Cardenchosa, aldea próxima a Azuaga.

   Pero fue la dilatada presencia árabe la que dejo la herencia mas notable, sobre todo en el campo artístico, como lo demuestran las iglesias mudéjares de Ahillones, Campillo de Llerena, Retamal, Valencia de las Torres y Valverde de Llerena.

   Los factores históricos y los geográficos resultan esenciales para determinar la personalidad del territorio. Uno de los más importantes es la localización de la Diócesis-Priorato de la Provincia de León, de la Orden de Santiago, que desde Llerena proyectaba su influencia. sobre sus posesiones una influencia unificadora que configuró el territorio con carácter unitario en múltiples aspectos.

   Con la influencia de las tres culturas (árabe, judía y cristiana) nos encontramos con los verdaderos atractivos que hacen de la Campiña una peculiar zona de la baja Extremadura llena de seductores parajes y de caseríos que conservan todavía una estructura urbana casi medieval, enormemente atrayentes para cualquier viajero que pretenda disfrutar de unos aires limpios, penetrados de edificios singulares, con sabor a leyenda añeja y donde las creaciones artísticas sobresalen y destacan al visitar cualquier municipio.

   De los años de la reconquista nos hablan los castillos de Azuaga y Villagarcia de las Torres. Y las casas señoriales, muy bien conservadas en su conjunto, que se reparten por su geografía, en especial, en Ahillones, Azuaga, Berlanga, Granja de Torrehermosa y Llerena.

   Llerena comienza a tener su protagonismo, en la historia peninsular, a partir de su reconquista en el siglo XIII, y aunque para algunos investigadores no tuvo un importante protagonismo, para otros fue pieza fundamental como plaza principal en la conquista cristiana de toda la zona.

   Pelay Pérez Correa, Maestre de la Orden de Santiago, desde la alcazaba reconquistada de Reina, comienza a sentar las bases de la administración militar y civil de toda la comarca y también fue el primer impulsor de lo que fue la Provincia de León de la Orden de Santiago en Extremadura, siendo Llerena la población que ocupó la cabeza durante varios siglos.

   La comarca se encontraba despoblada, con unos inmensos territorios que había que ocupar con gente para adquirir seguridad y a la vez explotar tan importantes dehesas y tierras de calidad. Llerena se va convirtiendo en el centro natural de la comarca y sus muros alojan a los más importantes Maestres de la Orden de Santiago, que la eligen como residencia temporal. Siendo los mas notorios; el infante don Fadrique (1342-1358), hermanastro del rey Pedro I el Cruel, don Pedro Fernández Cabeza de Vaca (1382-1387), don Enrique García Fernández de Villagarcía (1385-1387), Lorenzo Suárez de Figueroa (1387-1409) enterrado en la iglesia de Nuestra Señora de la Granada y el último de los Maestres de la Orden, don Alonso de Cárdenas (1480-1493).

    Bajo el Maestrazgo de la Orden de Santiago, se produce en Llerena un resurgir en materia económica, social y cultural que la convierten en el más importante centro administrativo de la provincia de León en Extremadura y junto a Mérida adquieren la hegemonía y adquiere la sede de la Mesa Maestral de la Orden y es la población principal de más de 30 pueblos que se gobiernan desde Llerena dependiendo del Prior de la Orden de San Marcos de León.

   En año 1340 se celebran en Llerena las Cortes, presididas por el rey Alfonso XI de Castilla, y Capítulos Generales y Particulares de la Orden con la asistencia de todos los Comendadores de la misma.

   El Maestre de la Orden Lorenzo Suárez de Figueroa recibe la licencia para celebrar las ferias de San Mateo el 21 de septiembre, construye la capilla de la Trinidad en la iglesia de la Granada, los bastimentos y termina el edificio destinado a Casa Maestral o el convento de Santa Elena. Don Enrique García Fernández de Villagarcía construye el castillo de la vecina localidad de Villagarcía de la Torre y se convierte en el patrono de la capilla mayor de la iglesia de Santa María y decide ser enterrado en ella.

   Don Alonso de Cárdenas construye sobre el solar ocupado por la ermita de San Pedro la iglesia de Santiago, y dota al recinto amurallado de algunas de las puertas más importantes de la ciudad.

   Pero a la repoblación de la Comarca de Llerena, no acuden solamente leoneses, cantabros y vascos, gran cantidad de familias judías apoyadas por la corona se asientan en la zona, convirtiendo a Llerena en un población próspera y con unos niveles muy elevados en los sectores económicos y culturales.

   Las tres culturas, cristiana, judía y musulmana, convivían de forma pacifica. En el año 1479, el judío Rabí Mayr consigue de los Reyes Católicos eliminar la prohibición, que sobre los judíos que existía en toda España, de celebrar ferias y mercados. Fruto de esta convivencia fue la creación de la escuela de traductores, la aljama o población judía de Llerena estaba compuesta por 600 familias que se agrupaban en torno a la zona ocupada por la sinagoga (ermita de Santa Catalina) y la fuente pellejera.

   Tras el decreto de expulsión ordenado por los Reyes Católicos en 1492, en Llerena se quedan 125 familias judías que adquieren su cualidad de judeoconversas, que junto con Fregenal de la Sierra se convierten en los núcleos poblacionales de mayor número de cristianos nuevos.

   A finales del siglo XV se establece del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, conseguido por la influencia del licenciado Luis Zapata, Consejero y Asesor de los Reyes Católicos y ayudado por la existencia de población hebrea en la Baja Extremadura. El Tribunal del Santo Oficia fue el tercero de España, en cuanto a la extensión de su jurisdicción, ocupaba 42.260 kilómetros cuadrados, e incluía los obispados de Ciudad Rodrigo, Plasencia, Coria y Badajoz. Ocupando en Llerena tres sedes permanentes, el palacio prioral en la calle Zapatería, la casa maestral en la calle La Cárcel y por último, hasta su abolición en 1834, el Palacio de los Zapata, hoy de Justicia en la calle Corredera.

   Desde comienzos del siglo XVI se produce un gran aumento demográfico que se ve mermado en cierto modo por la emigración al Nuevo Mundo, convirtiéndose en el segundo mayor núcleo poblacional de Extremadura en 1591, detrás de Badajoz capital.

   La decadencia de Llerena comienza a finales del siglo XVII, debida a crisis política del imperio, las guerras con nuestros vecinos y el difícil sostenimiento de una infraestructura política y territorial guiada por regentes poco activos y validos aprovechados. También fueron causa de este declive la expulsión de los moriscos, las sucesivas pestes que asolaron Llerena y que la mantenían aislada durante muchas cuarentenas del exterior con el cierre hermético de sus puertas.

   Durante el siglo XVIII consiguen la independencia municipal los lugares de Higuera de Llerena en 1786 y Maguilla en 1749, que anteriormente habían pertenecido a su Ayuntamiento.

    Durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) y en ocasión de la batalla de Cantalgallo en 1810, Llerena es destruida en parte y esquilmada por las tropas francesas. Se produjeron muchos destrozos en edificios y parte del archivo histórico fue destrozado y sirvió de asiento a las caballerías, gran número de obras de arte fueron expoliadas, como parte del retablo de la iglesia de Nuestra Señora de la Granada obra de Zurbarán.

    En el año 1826, Sebastián de Miñano; en su Diccionario Geográfico Estadístico, publicado en Madrid, se refiere de la siguiente manera. "Llerena, Partido de España, en la provincia de Estremadura, consta de 43 pueblos, con Alcaldes Mayores, Alcalde Ordinarios, corregimiento en Guadalcanal y gobernador en la capital"

   En el siglo XIX desaparece la Orden de San Marcos de León, deja de ostentar su cargo en Llerena el gobernador de la Provincia y del Partido y se decreta en 1834 la abolición del Santo Oficio de la Inquisición.

   Tras el decreto de suspensión de la jurisdicción religiosa que mantenían desde siglos las Ordenes Militares, en Llerena se produce el llamado “Cisma de Llerena”, provocado por el clérigo don Francisco Maesso de la Fuente al no admitir acogerse a la jurisdicción del Obispado de Badajoz. En algo más de un año se produjeron diversos altercados que se apaciguaron cuando Alfonso XII llega al trono, provocando con aquel decreto la desaparición del provisorato de Llerena.

   Las sucesivas desamortizaciones produjeron también un gran descalabro para la economía municipal de Llerena y en definitiva para todo su vecindario. La de Mendizábal de 1837 y Madoz en 1855 dejaron casi sin recursos al Ayuntamiento de Llerena que perdió las dehesas de su propiedad y que había mantenido y explotado durante siglos proporcionando unos importantes beneficios para las arcas municipales. Desparecieron también algunos conventos, como Santa Isabel, San Francisco, La Merced, San Sebastián y la Concepción,quedando solamente el de Santa Clara.

   Durante este siglo XIX, se mantuvieron en la ciudad algunas industrias que unido a la construcción de la línea del ferrocarril Mérida-Sevilla, en la segunda mitad de la centuria hasta su conclusión del último tramo en 1885 entre Llerena y El Pedroso, contribuyendo al progreso económico de toda la comarca.


ECONOMÍA

   La economía se basa fundamentalmente en la agricultura y la ganadería. destacando dentro del sector agrícola el olivar, el trigo y el garbanzo y las especies ovinas y porcinas dentro de la ganadería. En la actualidad, los cultivos del cereal, girasol, olivos, viñas, lino y garbanzos son la principal fuente de ingresos para la agricultura local. En algunos casos sus derivados como aceites, aceitunas y vinos contribuyen a la revalorización de la economía agraria. En cuanto a la ganadería el ovino y, sobre todo, el porcino ibérico son los sectores en alza y los principales recursos de este sector.

    Estos dos gruposconstituyen sus recursos endógenos mas destacables, por ello el punto fuerte de desarrollo le corresponde a la industria agroalimentaria basada precisamente en el aprovechamiento y transformación de las producciones de la zona, destacando entre ellas:

  • Productos del cerdo ibérico
  • Aceituna aderezada
  • Bollería y dulcería

    La minería, tan prodiga hace unos años, ha decaído hasta casi la desaparición. Se puede adivinar la pasada magnitud del sector minero al caminar por cualquier parte de un territorio salpicado con los restos de aquellos pozos que se empleaban para extraer el mineral. Como ejemplo más vistoso hay que resaltar la Mina La Jayona, en Fuente del Arco, declarada Monumento Natural y visita obligada a visitantes de estas tierras.


PARAJES NATURALES

   En la comarca Campiña Sur, existen amplias zonas propicias por sus características para el desarrollo optimo de la actividad cinegética, ejemplo claro de ello es su tradicional gastronomía basada en suculentas recetas elaboradas con piezas de caza.

   Estas tierras, en su mayoría estas declaradas como Cotos de Caza, dedicadas tanto a la caza mayor (ciervos y jabalies) como a la caza menor (liebres, conejos, perdices, tórtolas y palomas).

   Son múltiples las cacerías y monterías que anualmente se realizan en la zona destacándose la montería de la Sierra de Azuaga, al ser una de las más importantes de la región por el número de piezas cobradas.

   Pero "Campiña Sur" también puede ofrecer al visitante un lugar privilegiado de esparcimiento y observación de especies naturales como: búhos reales, búhos chicos, mochuelos, jinetas, meloncillos, zorros, gatos monteses, e incluso algún tejón. Igualmente en la comarca anidan cigüeñas, avutardas y grullas, entre otras, convirtiéndose toda la zona en un paraje idóneo para el disfrute de la naturaleza.


   GASTRONOMÍA

   La región presenta una gastronomía propia, la mesa de la Campiña Sur, cada vez más rica y valorada, mezcla las influencias arabigoandaluzas, las de la cocina pastoril cristiana y las excelencias de las recetas monacales que evolucionaron incluyendo ingredientes y productos del Nuevo Mundo.

    Son claves de la gastronomía de la Campiña el cerdo, el cordero, la carne de caza y los productos de huerta. A todos esos manjares se le suman excelentes vinos cada vez más elaborados, seguidos de la repostería propia de cada municipio.

   Derivada de la abundante caza, abundan los platos de tórtola, perdiz y paloma, así como de venado y jabalí. Pero el plato mas representativo de la comarca es la caldereta o cochofro (un guiso especial de cordero) que se prepara principalmente en celebraciones en el campo.

   Otros platos típicos de la Campiña son, cocido de matanza, potaje, gazpacho, migas y lechoncito. También son importantes los platos de caza típicos, tales como los preparados con jabalí, venado, conejo, liebre, perdiz y tórtola.

   De las matanzas caseras de cerdos, se obtienen, chorizos, morcillas, costillas adobadas, lomos y jamones, todos preparados a la antigua usanza.

   Entre otros productos de la Campiña encontramos sus quesos, de vaca, oveja y cabra, sus aceites, sus aceitunas aliñadas, la miel, el arrope y los vinos, así como su repostería ligada a cada festividad del año: gañotes, prestines, roscos blancos, flores, tortas de chicharrones, perrunillas, hojaldre y todo un conjunto de suculentos platos que hacen inconfundible el sabor de la Campiña.


PERSONAJES ILUSTRES

    Los que mayor importancia han tenido en el desarrollo de la comarca son sin duda los Maestres de la Orden de Santiago. En el siglo XVI el licenciado Zapata, miembro del Consejo de los Reyes Católicos, testigo del testamento de Isabel la Católica y consejero de la reina Juana y del emperador Carlos V. Bajo su consejo se aprobaron los privilegios de la Mesta, intervino en la redacción de las leyes de Toro y en la guerra de las Comunidades de Castilla. En Llerena construyo el palacio situado en la calle Corredera, así como en la dotación y terminación de la capilla de San Juan Bautista, que compró al cabildo tras la expropiación que sufrió el hereje Hernando de León.

    Su nieto don Luis Zapata de Chaves, autor de la Miscelánea, el Libro de Cetrería y el Carlo Famoso, fue paje de Felipe II y de la emperatriz. Residió en la Corte y viajó por toda Europa acompañando al monarca.

    Don Rodrigo Porrado, comendador de la Orden de Santiago, que con su mujer doña Isabel Delgado fundó en 1508 el convento de Santa Clara; don Gabriel de Cárdenas, hijo del Conde de la Puebla, fue rector de la Universidad de Salamanca; el doctor Juan de Amezqueta, miembro del Consejo de Felipe II, regente en Navarra y presidente del Consejo de Órdenes Militares; el teólogo Juan de Maldonado, también filósofo y nacido en Casas de Reina, Sancho de Paz, contador mayor de Castilla y tesorero de la Casa de Contratación de Indias en Sevilla, que fundó y construyó el convento de San Francisco; don Luis de Toro, que sufragó los gastos de construcción de la iglesia del convento de la Concepción; Juan Domingo de Castro, el Hospital de San Juan de Dios, y don Pedro de Mena Barriga, fundador del convento de Santa Ana.

    Son de destacar igualmente los personajes que emigraron a las Indias en el siglo XVI y que con su participación hicieron posible la colonización social y cultural del Nuevo Continente. Entre otros tenemos:

    Pedro Cieza de León, de origen judeoconverso, llamado “El Príncipe de los Cronistas de Indias” y autor de la Crónica del Perú, obra fundamental e imprescindible para el conocimiento de la América precolombina así como los sucesos que a lo largo de la conquista se van sucediendo.

    Fray Luis Zapata de Cárdenas, segundo Arzobispo de Santafé de Bogotá, impulsor de la evangelización del Nuevo Reino de Granada.

    Don García López de Cárdenas, hijo del Conde de la Puebla don Alonso de Cárdenas y doña Elvira de Figueroa, descubridor del Gran Cañón del Colorado.

    Alonso de Llerena, fundador en 1571 de la villa de “Llerena Real y Mina de Sombrerete”, actualmente Sombrerete, en el estado mexicano de Zacatecas.

Pedro López de Cazalla, secretario de Francisco Pizarro, primo hermano de Cieza de León.

    Lorenzo Suárez de Figueroa, fundador de la provincia de Santa Cruz de la Sierra y las ciudades de San Lorenzo de la Frontera, Tucumán y Santafé.

    Sancho Sánchez de Muñón, vicerrector de la Universidad de Salamanca y uno de los fundadores de universidad de México.

   En el mundo del arte, Francisco de Zurbarán. Su actividad artística comienza en Llerena y su comarca, Azuaga, con la confección de la talla de un Cristo en madera, para Zafra, Bienvenida, Fuente de Cantos, Montemolín obras de diversas características hoy desaparecidas en su mayor parte, si bien nos queda en Llerena una impresionante obra original, el “Cristo Crucificado” de la Iglesia de Nuestra Señora de la Granada, recientemente restaurado en Madrid y que formó parte del retablo que fabricó con el entallador sevillano Jerónimo Velázquez en 1636.

    La poetisa Catalina Clara Ramírez de Guzmán, una de las más importantes plumas femenina de las letras españolas.

    Juan de Hermosilla y Sandoval, que nació en 1715, autor de las obras del trazado del Paseo del Prado de la capital de España, el proyecto del palacio Anaya de Salamanca, del edificio que ocupa en la actualidad el Centro de Arte Reina Sofía de Madrid o la restauración del palacio de Carlos V y de la Alambra en Granada.


Lo mas recomendable.

   Los dos conjuntos Históricos Artísticos de Llerena y Azuaga

   La ruta del arte mudéjar; Granja de Torrehermosa, Ahillones, Campillo de Llerena, Valencia de las Torres y Valverde de Llerena.

   La Plaza Mayor de Llerena, la Iglesia de la Consolación de Azuaga, el paisaje de la Campiña en primavera, el menhir de la Cardenchosa

   Comer El cochofro de cordero, guisos de caza mayor y menor, en especial la perdiz, tórtola y paloma.

   Comprar, Chacinería en Azuaga, reproducción de muebles antiguos en Berlanga y cerámica en Llerena.


   Poblaciones que han pertenecido al Partido de Llerena

    Antonio Vegas en su Diccionario Geográfico Universal, Tomo II, publicado en Madrid en el año 1795. dice:

   "Cañaveral de León, Villa de España en la Provincia de Estremadura, Partido de Llerena: es Pueblo de las Ordenes Militares, que corresponde a la Orden de Calatraba, y tiene Alcaldes Ordinarios"

   En el año 1826, Sebastián de Miñano; en su Diccionario Geográfico Estadístico Tomo I, publicado en Madrid, se refiere a Arromolinos de León de la siguiente manera.

   "Arroyo Molinos de León, Villa Ordenes de España, provincia de Estremadura, partido de Llerena, priorato de San Marcos de León. Alcalde Ordinario, 288 vecinos, 1,025 habitantes, 1 parroquia, 1 gran casa perteneciente á la encomienda, muy mal caserío (V. Fuentes de León). Abunda de agu, pero escasea de granos y demas comestibles, pues apenas produce para sus habitantes. Dista 18 leguas de la capital, 7 de la cabeza de partido, 28 de Cáceres, 70 de Madrid; 4 horas de marcha militar de Segura de Leon, en cuyo intermedio se pasan algunos arroyos de poca consideracion y se encuentra el pueblo de Cabeza de la Vaca, y de Santa Olalla 8 1/2, en cuyo tránsito se encuentra Cala que corresponde á la provincia de Sevilla, y se pasa la rivera de la Garganta, que no tiene puente ni vado en tiempo de avenidas. Contribuye 3,600 rs."

    En la actualidad pertenecen a la Provincia de Huelva

    Antonio Vegas en su Diccionario Geográfico Universal, Tomo III, publicado en Madrid en el año 1795. dice:

    "Guadalcanal, Villa de  las Ordenes Militares de España en la Provincia de Estremadura, Partido de Llerena, situada en tierra llana, á 4 leguas de la dicha Ciudad y 15 de Sevilla, con una grande Encomienda del Orden de Santiago que vale en líquido 36151 reales al año, y pone Corregidor en ella. Tiene dos Parroquias, dos Conventos de Monjas, y dos de Frayles. Su poblácion es de 1.000 vecinos, y su territorio abundante en ganados, viñas, olivos, y demás cosechas. A distancia de un quarto de legua entre Norte y Oriente están las famosas minas de plata y azogue de que hoy se saca mucha porcion. A corta distancia de esta Villa empieza la Sierra Morena."

    En 1833, en la división provincial de Javier Burgos, se segrega del Partido de Llerena la Villa de Gualdacanal, integrándose en el de Sevilla, y lo hace de Guadalcanal la pedanía de Malcocinado, quedándose en Badajoz